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Meditaciones sobre José Ortega y Gasset

December 20, 2022

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En Reconocimiento

I

En primer lugar, me gustaría compartir con mis lectores mi mayor agradecimiento a Billy Bussell Thompson (n. 23 de noviembre de 1942), Ph.D., Profesor Emérito de Lingüística de la Universidad de Hofstra, por su generosidad al ser mentor y editor.    Su trayectoria académica va desde 1963 hasta 1993.   Entre sus publicaciones más destacadas en español, tenemos:   La razón de algunos refranes . . .; La vida de Santa María Egipçiaca . . .; Historia del virtuoso caballero don Túngano . . .; La leyenda medieval de Santo Toribio y su arca santa. . .; etcétera…

II

Desde 1989, nuestra amistad se ha extendido por más de tres décadas.    Hemos trabajado en estrecha colaboración en al menos una docena de artículos y cuentos (publicados en WordPress).   He tenido la suerte de contar con su franqueza y apoyo.  Nunca ha andado con rodeos.   Fue contundente, cuando cualquiera de mis borradores parecía sin mérito.   Cuando ése era el caso, los artículos se trituraban y quedé satisfecho con la integridad de su prosa, además de comprender mis propias limitaciones como escritor.    El Prof. Bussell Thompson (B.B.T.) generalmente compara la habilidad de escribir en prosa con la de un cono de visión cada vez más estrecho.   Este cono selectivo es similar a la integridad estética de una obra de arte plástica.   Con el presente esfuerzo, el Prof. B.B.T. creyó, desde el principio, en la posibilidad de sacar adelante esta historia en equipo.   A pesar de que vivimos en distintas regiones – geográficamente muy alejadas – de EE. UU., no hemos tenido problemas para comunicarnos por teléfono y correo electrónico.

III

Esta narrativa busca explicar la confusión que se encuentra en la sociedad y la política, e incluso su aparente falta de propósito.   De hecho, por este impulso dedico mi narración a los lectores.

IV

Inicialmente, no sabía a dónde conduciera esto.    Presenté un borrador de cinco párrafos al profesor B.B.T.   Cuando empezó a leer, hizo una pausa y me preguntó si me estaba refiriendo a la alegoría de la caverna de Platón.   Sorprendido, le pedí que se detuviera.    Respondí que su referencia a Platón me colocaba en una perspectiva diferente.    Agradecido, añadí que su pregunta fue bien recibida; en ese momento, quería proseguir con la investigación antes de continuar.

V

B.B.T. me animó a releer los diálogos de Platón.   A esto añadió que tomara en cuenta cualquier ambigüedad asociada con la concepción de Platón sobre la autoridad ideal del Estado (politeia) o Nación.    B.B.T. se refiría a las ideas platónicas controvertidas en los debates actuales.   También recomendó la lectura de José Ortega y Gasset (1883-1955).   Incluyó La rebelión de las masas [1929] y La deshumanización del arte [1925].   Me sugirió que fuera consciente de la perspectiva liberal meritocrática de Ortega (aunque creíamos que Ortega no se había caracterizado por respaldar abiertamente ninguna ideología política) y que prestara atención a la relevancia que Ortega le da al hombre que es consciente de sus limitaciones, frente al hombre que las ignora:    tanto en el caso de la burguesía como el caso del hombre de masas (que ejemplifican, para él, “la razón sinrazón”) – tal como lo explica en La rebelión de las masas.   Y finalmente, que me centrara en la distinción entre “contenido” y “forma”, para explicar la ruptura de la vanguardia con la burguesía.

VI

El profesor B.B.T. y yo también tuvimos un intercambio de ideas sobre los paralelismos entre el pensamiento platónico y el orteguiano.   Me aconsejó entonces que leyera de nuevo Meditaciones sobre el Quijote [1914] tanto en español como en inglés.   Allí, B.B.T. pensaba que yo podría encontrar un terreno fértil de ideas significativas sobre lo cual reflexionar y, así, poder desarrollar mis propias interpretaciones sobre la naturaleza del conocimiento, sus límites y cómo encontrar el significado del ideal de la verdad.

VII

Al escribir mi último cuento, titulado En la oscuridad el profesor B.B.T. ya me había instado a investigar el significado de “circunstancia”1, tal como define el vocablo Ortega en Meditaciones sobre el Quijote.    Nos quedaba claro que tanto el enfoque fenomenológico de la “circunstancia” de Ortega como la tesis de Platón sobre la transformación del individuo (a través del conocimiento) compartían puntos en común, que nutrirían mi propia narrativa.

VIII

Pero el viaje narrativo resultó ser tan desafiante como el profesor B.B.T. había previsto.   Su crítica, incluso entonces, nunca dejó de ser constructiva y entusiasta.   Su compasión estuvo presente siempre que me percatara de la necesidad de ser claro y preciso.   A menudo citaba la autenticidad y precisión de Ernest Hemingway.

IX

Una y otra vez me invadía un desgarrante dolor al tratar de comprender lo que deseaba expresar.   Liberar mi prosa de la superficialidad era tal cual como respirar profundo para así exhalar la vaguedad de mis angustias   A veces era incapaz de alejarme de lo obvio. Otras veces, o me escondía detrás de lo complejo o me aferraba al pensamiento abstracto y críptico:   al igual que la jerga reduccionista de las ciencias sociales.   El profesor B.B.T. sugería repetidamente ser breve:   Necesito respetar, ante todo, la sencillez del lenguaje y abrir el camino hacia su acceso.   Llevar a Platón y Ortega al lector era mi responsabilidad.   No debía imitarles ni pensar como ellos, sino representarles auténticamente.   Mi primera obligación es con el lector.   Para ello es esencial evitar eufemismos, aleatoriedad y devaneo.   El asentimiento de una comunicación efectiva es el objetivo de mayor importancia:   sólo me entiendo a mí mismo si comprendo al lector.

X

Las insistencias y críticas de B.B.T., las acogí con entusiasmo.   Su desafío se convirtió en el mío.  Hacía dos décadas que él me exorcizaba las limitaciones:   siempre que trabajáramos juntos, descubriera algo nuevo en mí y me hallara más en sintonía con la lengua inglesa y española.   Habría de ser mi propio traductor.   En dichos casos, tornaría con mayor respeto hacia ambas lenguas.   Habría de captar sus esencias, comparando los dos idiomas, mientras el uno informara al otro.


Prólogo

En el diálogo Teeteto de Platón [alrededor del 369 a.E.C.], Sócrates propone que la extracción extraordinaria de ideas es como producir una vida nueva y purgar lo superfluo e innecesario.   Asimismo, el objetivo aquí es producir y discutir qué es la iluminación y cuáles sean los obstáculos para su logro.   Sócrates me ha ayudado en cómo definir el conocimiento:   ¿Es la moralidad universal?, o incluso, ¿es posible la moralidad objetiva?   Por estas ideas estoy en deuda con Platón y Ortega y Gassett.


Ricardo F. Morín, 20 de diciembre de 2022
Redactor Billy Bussell Thompson


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Platón, busto romano de mármol copiado de un original griego, siglo IV, a. E.C., Museos Capitolinos, Roma

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Sócrates, busto romano de mármol copiado de un original griego, segunda mitad del siglo IV, a. E.C., Museos Capitolinos, Roma.

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José Ortega y Gasset (1883-1955), detalle de fotografía de su personificación de Honoré de Balzac, hacia 1900.

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Una forma de objetividad es reconocer la propia subjetividad.   Escasean las metáforas para comprender la realidad.   Uno observa el mundo principalmente a través de su propia experiencia.   Es difícil (aunque no imposible) comprender lo que uno no ha experimentado.   La verdad nunca descansa:   No es singular, sino siempre plural.

Anónimo

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  • 1. Conciencia de la Transformación de Uno Mismo:

El principio supremo de la indagación es la conciencia de uno mismo.   En la indagación yacen los comienzos del cambio.

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  • 2. La Ausencia de Confianza:

En nuestra era de incredulidad, las historias que nos contamos sobre el pasado y el presente parecen estar en un estado de colapso.   Hay una falta de continuidad en el orden social, cada vez más asfixiado por la desinformación y la desconfianza.   Nos desafiamos unos a otros sobre lo que es real y lo que no lo es.

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  • 3. La verdad incuestionable:

Para la mayoría de nosotros, una verdad última sigue siendo inalcanzable y las historias que compartimos del pasado y el presente ya nos parecen inútiles.   Junto con la desaparición de nuestras historias pasadas, la persona que busca la verdad y el acto de dar a una persona lo que le corresponde están en crisis.   Nuestra sociedad se encuentra marcada por una disminución de la confianza en el gobierno y sus instituciones.   Desesperadamente, el desafío de la creación de nuevas historias se ha convertido en un acto de preservación.   Asimismo, la autocracia está en ascenso.   La pérdida de fe ha sembrado la falta de sentido.   ¿Qué puede cambiar este curso de desesperanza?   ¿Cómo nos proporcionaremos una iluminación?

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  • 4. La conciencia:

El conocimiento está en constante cambio y el resultado de esta desestabilización nos lleva a un mayor desorden.   Por eso la claridad es más necesaria para que nos entendamos.   Aunque la claridad no siempre sea posible, conocerse a sí mismo es imperativo.   Surge así la contradicción entre continuidad y cambio.   Aquí yace la búsqueda de la supervivencia.

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  • 5. El no saber

No saber es la condición esencial de la existencia, a pesar del aparente deseo del saber o de su autoridad.   Saber es indagar.   La realidad, aunque fugaz, inspira a la reflexión.   El cambio comienza con el reconocimiento de que uno no está aislado.   Ni siquiera aquel (quien busca el sacrificio de sí mismo para su avance espiritual), mediante una clausura absoluta, podría librarse de su enredo con el mundo.   Es relacionándose con otras personas y con su entorno que esta persona pueda llegar a saber quién es.   Ni siquiera aquel (quien desprecia supuestos símbolos del miedo) es capaz de liberarse de su angustia.   El miedo a no saber se cierne sobre todos nosotros.   Es posible que esforzarse sin medida alguna (en la aspiración a la racionalidad) sólo nos lleva a terminar siendo irracionales:   Aquí radica el origen de la complejidad dado el abandono de nuestra inocencia.

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  • 6. La energía vital:

En su teoría de los atributos culturales (Meditaciones del Quijote, Meditación preliminar; Índice 8, La pantera o del sensualismo, pág. 21), José Ortega y Gasset nos entrega su concepto de razón vital2, es decir, la razón se expresa a través de la vida misma.   Ortega disecciona la mente europea en dos arquetipos:   el “germánico” y el “mediterráneo”.   El primero es meditativo y el segundo sensual.   De lo sensual dice:   El predominio de los sentidos arguye de ordinario falta de potencias interiores.   ¿Qué es meditar comparado al ver?   Apenas herida la retina por la saeta forastera, acude allí nuestra íntima, personal energía, y detiene la irrupción.    La impresión es filiada, sometida a civilidad, pensada – y de este modo, entra a cooperar en el edificio de nuestra personalidad (Meditación preliminar, Índice 8, pág. 41).    La advertencia orteguiana aquí es encontrar un equilibrio entre extremos:   entre los excesos y las deficiencias de estos dos arquetipos.

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  • 7. La agencia humana y su historia:

Una segunda fuente para mi comprensión de la mente y los sentidos se encuentra en la República de Platón (politeia) en el diálogo de Sócrates sobre la alegoría de la caverna al comienzo del Libro Siete.   Han habido una gran cantidad de interpretaciones.   La mía diferirá.   Mi propósito es escindir el significado del sufrimiento de la mente del esclavo liberado.   Una vez liberada de las ataduras, la mente del liberto (que asciende a la boca de la cueva) descubre su propia visión del mundo.   A pesar del resplandor del sol, la mente sin educación es transformada por el nuevo ideal de la verdad.   Pero la conciencia del cautivo (que se ha quedado atrás) es inseparable de la condición del liberado:    El esclavo (que permanece en las sombras del sufrimiento) no es enteramente separable de la memoria del liberado.   Debido al sufrimiento, la mente del hombre libre es consciente de su incapacidad para saber.   Al mismo tiempo, la mente libre aprende cómo su propia transformación puede depender del nuevo curso de su historia.   Las acciones de esta mente permiten la participación en el cambio y el cambio es posible a través del examen de si misma.   La mente se examina mientras medita sobre sí misma.   La meditación no es una obligación, sino una necesidad.   La meditación es el resultado de la libertad de la mente y es el medio para comprender sus propias elecciones al aproximarse a la verdad:   Pero dicho esfuerzo es tan sólo una aproximación a la infinitud de la verdad.   Aquí la mente liberada (deficiente frente al mundo visible), reconoce que ni sus acciones ni el curso de su historia son predecibles.   Ellos (es decir, las acciones de la mente y el curso de su historia) provienen de múltiples posibilidades sobre la creencia.

La mente liberada se da cuenta de que el tiempo es una ilusión:   el tiempo es fugaz, falso y engañoso.   La mente, habitualmente atrapada en su pasado, permanece sumida en el dolor.   La ira (que viene del pasado en busca de la justicia) tiene por único fin la manifestación del resentimiento.   Pero la ira sólo logra poner su existencia en suspenso, a la espera de una compensación.   Así como el tiempo es una ilusión para la mente, la búsqueda de una reparación emocional también es ilusión.   Para la mente, no hay reivindicación al estar atrapada en el laberinto de la ilusión.   Sólo la racionalidad del amor activo puede compensar la ira.   Si la mente del amador de la verdad puede proyectarse amorosamente en la dirección que le molesta, entonces surge hacia sí misma un sentido liberador de valentía.   La ira y el sentimentalismo son lo mismo.   A medida que la fuerza del amor se deshace del sentimentalismo, los deseos se disipan y con ellos también la ira.   Por lo tanto, la violencia deja de existir.   La alegoría de la mente de Sócrates (liberada del sufrimiento) lleva todas estas implicaciones y comparaciones hacia una meta de la Verdad Ideal.

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  • 8. Vigilancia e intuición:

En un esfuerzo por entender el concepto de circunstancia de Ortega, su Meditación preliminar, Índice 6, Cultura mediterránea, nos explica que cuando transita por el paisaje de las ideas tiene que meditar con atención sobre la influencia de sus experiencias.   No hace falta decir que esto incluye todas sus relaciones pasadas y presentes, las geografías que ha ocupado y todo aquello que ha hecho en la vida.   Ortega nos advierte de los riesgos de este acto de meditación:   Una viva sospecha nos acompaña de que a la menor vacilación por nuestra parte, todo aquello se vendría abajo y nosotros con ello.   Tiene que sostenerse el ánimo a toda tensión; es un esfuerzo doloroso e integralÍndice 6, Cultura Mediterránea, pág. 13.   En los diálogos de Platón se encuentra el mismo “esfuerzo”:   Mediante el acto de la meditación, el hombre libre de Sócrates extrae transformación y redención de las estrechas hendiduras entre las ideas:   La meditación ayuda al amador de la verdad a acercarse a su condición existencial; le ofrece la posibilidad de reaccionar de distinta manera y le sostiene con la misma energía que le da la vida.

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  • 9. La Fe:

Para la persona quien teme a la meditación, tener fe en las propias acciones y cambios no es suficiente para cumplir con su propia indagación.   Para ella, la historia no está viva:   está en un punto sin retorno; está muerta.   Ésta está en un mundo de desesperación, rodeada por la danza proverbial de las sombras.   Ésta está atada por sus propias cadenas, está abrumada por la falta de confianza y, sin confianza, es incapaz de dar el salto de fe.   Ni la noción de individualidad ni el concepto de libre albedrío parecen ya satisfactorios.   Ésta renuncia a su propio poder sin darse cuenta de las fuerzas que le influyen en la mente y los sentidos.   Su negativa a enfrentarse a la realidad se convierte en una decisión consciente de supresión de la verdad.   Este rechazo es antitético a la vida misma.   Para ella, la vida se convierte en esclavitud, oponiéndose al hombre liberado (quien reflexiona sin miedo sobre la realidad del mundo visible) y oponiéndose a quien se adentra apasionadamente en la exploración de lo desconocido.   La mente del liberto representa el concepto de la razón vital orteguiana, deseosa de ser absorbida por ella.

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  • 10. La salvación:

Las distracciones pueden ser múltiples.   En éste análisis lúdico orteguiano, él nos da a entender que si la meditación se ajena por los miedos (de la mente), ésta puede sucumbir a la obsesión, e incluso caer desesperadamente en manías.   Ortega valora la relevancia de cada influencia.   Él entiende que un ser humano y un paisaje no están separados.   La unidad de los dos significa su salvación por “circunstancia”:   Así su apreciación concluye “Yo soy yo y mi circunstancia, si no la salvo a ella no me salvo yo –   Al Lector, Índice, pág. 41. (lo que a mi ver interpreto “soy yo mismo [en un mundo de percepciones] y en relación al mundo material que me rodea; si no los salvo a ambos, no me salvo a mí mismo”).   Por cierto, aquí Ortega se adelanta a su conclusión con lo que habría leído en la Biblia:   Benefac loco illi quo notus es3 (traducido libremente al español “haz el bien en el lugar donde eres conocido”).   Con estas declaraciones, Ortega refuerza la idea de que es incapaz de desvincularse de su entorno.   Para que florezca y encuentre la salvación, será necesario que se comprenda y proteja lo que comparte con el entorno.

Paralelo al análisis de Ortega se encuentra la alegoría socrática de Platón, quien nos enseña el efecto que el mundo visible ejerce sobre nuestra mente.   Desde estas dos perspectivas, la mente tiende a desanimarse por lo que no comprende.   La conciencia del mundo visible (de su influencia) es para ambos pensadores un instinto de sobrevivir.   Ser consciente, por lo tanto, significa estar en silencio, lejos del sonido ensordecedor del miedo.   Mientras haya miedo, promovido por el progreso de la civilización, no habrá movimiento ni separación de las distracciones.   Enfrentar el miedo significa dispersarlo, hacerlo desaparecer.   La dispersión del miedo es fundamental para la comprensión del yo.   Liberarse del miedo es enfrentarse al propio no-saber.   La esclavitud (en el fondo de la cueva) equivale a aceptar las imposiciones del miedo.   Tanto para Ortega como para Platón, la oposición a la indiferencia se encuentra a través de la meditación; así uno es capaz de estar alerto y conocerse a sí mismo.

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  • 11. La percepción y su narrativa:

Vivir en la incertidumbre es la verdadera confianza.   El hecho es que los seres humanos se organizan en torno a las historias.   Cada historia creada es un acto de piedad que consuela la mente.   Sin embargo, las historias nuevas y antiguas son herramientas provisionales que llenan la ausencia de la fe, volcándose sobre el vacío de nuestra ignorancia.   Sea cierta o no, ella, la historia, es decir contar historias, nos rescata de nosotros mismos.   Contar historias es la razón vital.   Ella busca exponernos al mejor significado posible:   Éste se encuentra invirtiéndonos en el afán de superar la adversidad.   Éste se encuentra en algo nuevo dentro de sí mismo.   Éste se encuentra en el dolor constante por superar la adversidad.   Este proceso revela que la verdad no se puede controlar.   La felicidad depende de cómo se acepte la ausencia de control de la verdad y de cómo se deje de sentir aversión sobre las limitaciones.

La narración nos persuade a pensar que las propias acciones se extiendan profundamente en la conciencia misma.   Es posible que no se derrote el elemento preconcebido, porque el sesgo siempre está presente.   El sesgo persistirá siempre que exista el sufrimiento, la incertidumbre y el esfuerzo por superarlos.   El sesgo acecha detrás de nuestros pensamientos (insidioso y en silencio) y permanece allí a pesar de sus efectos nocivos.   La ironía es que si uno desterrara las ideas preconcebidas del sesgo, no habría progreso.   En cualquier historia, si el héroe supera la villanía del sesgo4 es porque él es capaz de cambiar:    Si no se vence el sesgo, uno deja de crecer y no hay transformación.   El éxito es menos importante que la lucha por superar los prejuicios.   Cada vez que la adversidad aparece, es un momento para reconocer esos prejuicios que aún residen en nosotros.   El éxito no proporciona la felicidad.   La felicidad sólo es posible a través del auto-descubrimiento.   Como tal, uno se convierte simbólicamente en la humanidad entera.   Ésta es su máxima expresión:   La creación de algo nuevo ante la adversidad, y cuanto peor es la adversidad, mayor la oportunidad.

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  • 12. El Razonamiento (sensibilidad versus sapiencia):

La conciencia de la ficción es la apreciación de la paradoja entre lo que es y lo que no lo es.   El conocimiento expresa no sólo la conciencia de las propias intuiciones y sentidos, sino también el propio razonamiento sobre dichas intuiciones, sentidos o impresiones.   Es decir, cada vez que examinamos la percepción de nuestra memoria, estamos reinterpretando nuestra comprensión.   Así, la forma en que nos organizamos y nos observamos proviene de nuestros deseos y sentidos del momento, aunque estos (los deseos y sentidos) parten de nuestros recuerdos y preferencias habituales.   Por ejemplo, es difícil para nosotros estar de acuerdo con un origen en común, o con un hilo singular que nos una como especie, incluso si sea cierto.   Lo queramos o no, nos definimos por las historias que creamos ya sea por grupos o por países.   Al hacerlo, en realidad estamos imaginando creencias separadas y fragmentadas de que pertenecemos a lugares, culturas y razas distintos, aunque exista ese hilo insoslayable que nos conecta como especie.   Tal composición se encuentra en nuestra oriundez (común y preponderante) aunque nuestra percepción se resista a formar parte de ella.   Nos dotamos de diferencias dictadas por el condicionamiento de nuestras percepciones.   En La rebelión de las masas, Ortega se refiere a esta condición como la razón de sinrazón, lo que explica nuestra arraigada irracionalidad y fragmentación.   El conocimiento implica mayor contenido del que se adquiere a través de la forma de nuestras percepciones.   Nuestras mentes tienden a abreviar la historia, aun creyendo inclusive que no existe.   Sin embargo, cuanto más expansiva es la “circunstancia” o condición de aprehensión de la verdad, la razón vital de nuestra existencia nos exije mayor madurez.

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  • 13. La inteligencia Emocional:

Si un ser humano es la medida de todas las cosas, entonces también se llega a apreciar que el conocimiento es siempre inconcluso.    De allí que sea productivo que la meditación fortalezca nuestra mente, nuestra memoria, nuestro aprendizaje, nuestra atención y nuestra autoconciencia.   La meditación sobre el pasado, el presente o el futuro depende de la inteligencia emocional.   La inteligencia emocional se basa en captar la importancia de las influencias de todas las áreas de la vida del ser humano, desde su comportamiento hasta la relación con los demás y su entorno.   La realidad última depende del nivel de madurez de una persona, y es a través de la meditación que uno madura.   Por lo tanto, la forma en que una persona elija actuar depende de la meditación y de su nivel de inteligencia emocional.   Para el fanático (obsesionado por el miedo) la meditación parece imposible.   Para el fanático, la duda no es el problema.   El fanático busca reiterar ciclos.   El fanático no logra comprender que el miedo al cambio es irracional porque es inevitable que el mundo esté en constante evolución.   El fanático busca cambiar lo que está fuera de su control.   Desde el punto de vista orteguiano, esta persona, dentro de un sistema de valoración cerrado, no encuentra consuelo alguno porque su mente teme lo que no entiende.

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  • 14. Conexión con nuestro universo:

Desde la perspectiva orteguiana del Quijote de Cervantes [1605-15], aprendemos que la valentía que otorga el Amor – no el odio – nos impulsa a comprender … las materias de todo orden que la vida, en su resaca perenne, arroja a nuestros pies como restos inhábiles de un naufragio (Al lector, Índice, pág. 18)  : Amor es un divino arquitecto que bajó al mundo, según Platón -ὥστε τὀ πᾶν αὐτῶ ξυνδέδέσθα- «a fin de que todo en el universo viva en conexión.»   La inconexión es el aniquilamiento.   El odio que fabrica la inconexión , que aísla y desliga, atomiza el orbe y pulveriza la individualidad (Al lector, Índice, pág.18).  

Así, Ortega explica que el imperativo para el individuo es reflexionar sobre su circunstancia
(in medias res) … para despertar el deseo de comprender lo universal en sus particulares:   Desconocer que cada cosa tiene su propia condición y no la que nosotros queremos exigirle es, a mi juicio, el verdadero pecado capital, que yo llamo pecado cordial, por tomar su oriundez de la falta de amor.   Nada hay tan ilícito como empequeñecer el mundo por medio de nuestras manías y cegueras, disminuir la realidad, suprimir imaginariamente pedazos de lo que es.   Esto acontece cuando se pide a lo profundo que se presente de la misma manera que lo superficial.   No; hay cosas que presentan de sí mismas lo estrictamente necesario para que nos percatemos de que ellas están detrás ocultas. [Al lector, Índice 2, Profundidad y superficie, pág. 4].

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  • 15. Una perspectiva heroica:

Antes del fanatismo viene el conocimiento.   El fanatismo es para Ortega el rechazo a las perspectivas ajenas.   Ortega subraya el razonamiento como un acto de caridad, que descubre las diferencias, y sugiere que la comprensión sea como el vuelo de un águila en círculos.   Para Ortega y Cervantes ser uno mismo es igual.   El acto de ser un héroe se lleva a cabo a través de una exploración sensible de la naturaleza de la realidad.   En la opinión de Ortega, así como la de Cervantes, la voluntad del héroe pertenece sólo a la persona de Don Quijote:   Porque ser héroe consiste en ser uno mismo.   Si nos resistimos a que la herencia, a que lo circunstante nos impongan unas acciones determinadas es que buscamos asentar en nosotros, y sólo en nosotros el origen de nuestros actos.   Cuando el héroe quiere, no son los antepasados en él o los usos del presente quienes quieren, sino él mismo.   Y este querer él ser él mismo es la heroicidad – Meditación Primera, Índice 15–pág. 41.  
No creo que exista especie de originalidad mas profunda que esta originalidad “práctica”, activa del héroe.   Su vida es una perpetua resistencia a lo habitual y consueto.   Cada movimiento que hace ha necesitado primero vencer a la costumbre e inventar una nueva manera de gesto.   Una vida así es un perenne dolor, un constante desgarrarse de aquella parte de sí mismo rendida al hábito prisionera de la materia.Índice 15–pág. 63.

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  • 16. El temor al azar:

Una vida socrática es heroica, que de no examinarse, carece de valor.   En el dolor de vivir, uno tiene que aceptar como un hecho que el examen del miedo es parte integral de la vida.   Junto al miedo el destino nunca es postizo.   El destino no engaña, ni siquiera en nuestros infortunios.   El destino no es ilusorio, aunque nuestra percepción del tiempo pueda serlo.   De hecho, el destino nos desafía a cambiar.   El destino nos protege del estancamiento.   Lo que parece ser aleatorio es de cierto una oportunidad para aprender.   En consecuencia, el destino no existe para atacar, sino para estimular nuestra transformación.   El destino no se mueve en nuestra contra, sino que nos reta al cambio mientras enfrentamos obstáculos.   El destino ataca el miedo, porque el miedo de uno le quita la capacidad de tomar decisiones.   Las narrativas del miedo resultan ser profecías que se cumplen por nuestra propia voluntad.   El miedo engaña y nos define.   Dificulta la supervivencia.   El miedo nos impide evolucionar, nos paraliza:   Nos resistimos a abandonar los hábitos por miedo.   Así pues, uno languidece y no logra vencer la incredulidad.

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  • 17. La infinitud y la humildad:

La sombra de la vergüenza representa los defectos de uno.   La sombra es lo que uno desea no ser, aunque su sombra sea parte de uno mismo.   Sólo cuando la sombra es aceptada con humildad, sus defectos se disuelven en el acto de uno amarse con compasión.   En última instancia, el fanático reconocerá su incompletud y se dará cuenta de su propia insignificancia:   La incapacidad para la plenitud se cierne sobre todos nosotros.   Sólo a través del riesgo se aprende el alcance de los propios límites y cuánto más allá se pueda llegar.   Avanzamos a través de la humildad y la humildad no aprecia ni la verdad ni la falsedad.   La humildad es el reconocimiento del propio alejamiento inexorable de la verdad infinita.   Sólo la voz humilde reconoce la lucha por el entendimiento y la necesidad del cambio.   Ambos (el entendimiento y el cambio) dependen de huir de la desesperación.   Para Ortega y para Platón, la marca de los más altos valores se encuentra en nuestra vulnerabilidad.   Si nos entregamos absolutamente, entonces encontramos nuestra redención.

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  • 18. Epilogo:

Mi perspectiva trata a Platón y Ortega fuera de cualquier justificación teísta.   Dejo de un lado cualquier aplicación de Platón al pensamiento teológico.   Asimismo, hago caso omiso a cualquier intento de atribuir respetos religiosos a la teoría de los valores de Ortega.   Para mí, sus nociones, cuando se sobreponen a la teología, no son creíbles.   Entiendo a Platón y Ortega en su búsqueda de los límites de la percepción y la racionalidad humana.   Los esfuerzos de sobreponer sus filosofías como fundamentos religiosos no se prestan a mi meta.

La profundidad del pensamiento de Platón y Ortega no se encuentra en un método para la moral objetiva.   Tampoco es relativismo ético, ni siquiera se encuentra en una pretensión de universalidad.   Las ideologías sobre la moralidad se derivan de normas dictadas por teólogos, aparentemente reacios a renunciar a la autoridad.   El papel del amador de la verdad no consiste en dictar la virtud ni definir una deidad.   Sus enseñanzas se centran en el racionalismo.   Su humanismo se asienta sobre un concepto de justicia que es antitético a normas fijas.   El paradigma del verdadero conocimiento – según Platón y Ortega – se deriva del amor basado en la originalidad del heroísmo.   Este amor no reside fuera del individuo.   No se encuentra en la promesa de un mundo trascendental.   El amor encuentra la salvación del ser humano en el presente.   Él requiere del propio examen de uno mismo.   Y sobre todo, este amor es una liberación del entumecimiento de la mente.

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Notas finales:

1Circunstancia“, es una representación de la suma total de influencias en la conciencia del individuo, expresando así la razón por su existencia.

2 “Razón vital” se erige como la filosofía de Ortega y Gasset que considera que la razón es, en sí misma, una expresión de la vida, mientras que “circunstancias”, es una representación de la suma total de influencias en la conciencia del individuo, expresando así la razón de su existencia.

3 He fallado en encontrar esta nota bíblica.

4  La villanía del sesgo se refiere al concepto definido por la filosofía del Dr. John Stutz (autor, psiquiatra y terapista en Bronx, NY) tal cómo lo arguye en el documental de Netflix dirigido por Jonah Hill. Veáse en https://youtu.be/UKCmefQdplI

Bibliografía

  • Meditaciones del Quijote:  Meditación Preliminar y Meditación Primera, by Jose Ortega y Gasset.  First Edition, PUBLICACIONES DE LA RESIDENCIA DE ESTUDIANTES, SERIE II.—VOL. I, Universidad Central de Madrid, MADRID, 1914
  • La Rebelión de las Masas de José Ortega y Gasset, publicado por primera vez en 1927 en serie por el diario El Sol, antes de su publicación como libro al año siguiente.

«Morín + Tortolero»

January 19, 2022

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Reconocimientos

Reconozco los aportes brindados a lo largo de ocho años por mis hermanos Alberto José, Andreína Teresa, Bonnie María Teresa y José Galdino, a quienes agradezco por salvaguardar la memoria de la familia. También doy las gracias a nuestro primo Eduardo Morín Brea, hijo de nuestro tío Calixto Eduardo Morín Infante, por su resumen biográfico de la familia Morín. Por igual debo al tío Calixto Eduardo su guía al inicio de mi estudios universitarios en los Estados Unidos. Como a él, debo a mi padre José Galdino Morín Infante los alicientes que lo hicieron posible allí. Asimismo manifiesto mi gratitud y afecto hacia nuestra madre por su calidez y optimismo. De igual manera honro a todos los primos y tíos tanto de la familia Morín como de la familia Tortolero, quienes ayudaron con la investigación genealógica. Estoy especialmente endeudado con Ala Gaidasz Salamaja de Tortolero, viuda del hermano de nuestra madre, Federico Tortolero Rivero, y con su difunda hermana Lina Angelina Gaidasz Salamaja de Pystrak. Y por final, digo gracias por el apoyo de mi amigo y editor más leal, el profesor emérito, Billy Bussell Thompson, Ph.D.

Ricardo Federico Morín , Fort Lauderdale, enero 20, 2022 .

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Dedicado a mis hermanos y hermanas

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Capítulo 1

El inexorable paso del tiempo

“¿Cómo hace uno un viaje en el tiempo a manos de sus antepasados? En cierto modo uno viene a hacer el papel de su guardián.”

Ricardo F. Morín

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La diversidad genética es innata a la condición humana. La figuración de que unos animales sean más diversos que otros es una interpretación tan limitada como subjetiva. La forma más adecuada de ver nuestros orígenes sería como lo describía un amigo andaluz: “. . .es como buscar parientes de todo el mundo”. Ciertamente, busco enmarcar las historias de mis padres a través de sus antepasados, para desarrollar una biografía, la cual vaya más allá del mero listado de fechas y lugares a definir los posibles vínculos entre costumbres y modos de pensar. Mas no puedo decir adónde me llevará esta narración.

Hace unos años, me hice una prueba del ADN a través de Ancestry y 23andme. Los resultados mostraron que el 40% de los marcadores eran de origen español y portugués. El 60% restante eran no ibéricos: de Europa, África y del Nuevo Mundo.

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Capítulo 2

Hacer conciencia

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Conocernos a nosotros mismos implica la necesidad de comprender las influencias que afectan nuestra conciencia: de quiénes somos y de dónde venimos. Aunque estamos limitados a corto plazo—en su comprensión, porque no tenemos un control absoluto de nuestras facultades. Es importante, más que nunca en la historia humana, conocer nuestros orígenes hasta donde podamos. La noción del autoconocimiento es una necesidad intrínseca e ineludible. ¿De qué otra manera podemos reflexionar sobre nuestro carácter humano, tanto sobre nuestras imperfecciones como sobre nuestras aspiraciones, si no distinguimos entre variabilidad y naturaleza cambiante?

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Capítulo 3

Etimologías y toponímicos

“El estudio etimológico científico moderno se basa en los métodos y hallazgos de la lingüística histórica y comparativa, cuyos principios básicos fueron establecidos por lingüistas durante el siglo XIX”.

Encyclopedia Britanica, 2021. Traducción mía.

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La comprensión de la etimología de los nombres propios y sus ubicaciones geográficas se derivan de la lingüística comparada, como una forma de clasificar a las personas en grupos, por ocupación, lugar de origen, clan, parentesco, adopción y características físicas.

El apellido Morín deriva del francés antiguo Moré, apodo del ‘moro’ o moret. En sus formas diminutivas significa ‘negro’ o ‘marrón oscuro’, o un bereber del noroeste de África. El término fue utilizado por los europeos cristianos para designar a los habitantes islámicos del Magreb, la Península Ibérica, Sicilia y Malta durante la Edad Media: El término moro se aplicó indistintamente a árabes, bereberes e íberos arabizados. El apellido Morín se asoció con los moros de España. En el siglo VIII los árabes entraron en la Península Ibérica y permanecieron como fuerza política de algún modo hasta 1492, con la caída de Granada. El apellido Morín se encuentra principalmente en la provincia de Santa Cruz de Tenerife en las Islas Canarias, y en menor medida en Madrid y Salamanca.

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El apellido Tortolero proviene de la región de Lombardía. El término parte de la denominación dada a las palomas del género Columbina, “tórtola” o “tortolita”, que proviene del latín turtur, probablemente una onomatopeya. Desde sus orígenes en la antigüedad, el nombre Tortolero era asociado con la mitología divinatoria por su habilidad de enviar mensajes, entre otras cualidades, y se les designaba a aquellos que por oficio criaban tórtolas: Un tortolero en cierto modo era también un místico. En España el principal asiento del apellido Tortolero es Andalucía, originario de Écija. Los Tortolero se extendieron por el Nuevo Mundo, especialmente México, Venezuela y Puerto Rico.

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Capítulo 4

Orígenes

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Como muchas familias criollas, de ambos apellidos, Morín y Tortolero, encontramos documentación desde la Inquisición en adelante. En 2015, el gobierno español ofreció devolver la ciudadanía a las familias que la habían perdido por expulsión forzosa.[1]

La familia Morín, comerciantes canarios, se instaló en Caracas en 1745. Durante el período colonial, sus descendientes trabajaron como ganaderos, y luego, después de la Independencia (1821), sirvieron en el ejército federalista luchando contra varios caudillos.

Los Tortoleros, en cambio, según María Teresa Tortolero Rivero, se remontan al Toledo del siglo XIX. El apellido Morín se puede rastrear a través de documentación en la Biblioteca Nacional de Venezuela y de registros eclesiásticos tanto en el estado Guárico como en el Distrito Capital de Venezuela. Antes de su llegada a Venezuela se desconoce el oficio de la familia Tortolero, pero luego trabajaron como cañeros y cafetaleros en Altos de Reyes.

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Capítulo 5

Familia Morín

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En 1813 el cuarto tatarabuelo paterno, el “bachiller” José Calixto Morín Fuentes era párroco de Lezama de Orituco (fundada en 1688), hoy Altagracia de Orituco en Guárico [2]. Su esclava María de Los Santos fue la cuarta tatarabuela de la familia Morín. Ésta le dio dos hijos a José Calixto, quienes, según las actas de bautismo, fueron emancipados por él. Uno de sus hijos fue nuestro tercer tatarabuelo, Críspulo Morín. De la unión entre Narcisa Landaeta y él, nació Venancio Antonio (1843-1929), conocido como El Tuerto. El bisabuelo Venancio Morín Landaeta fue un general federalista perteneciente al régimen Azul.

Venancio Antonio Morín Landaeta se casó con su prima hermana Andrea Fuentes Ramírez en 1870. De esta unión nacieron siete hijos: Luis Ramón, Críspulo, Jesús Antonio, Venancio, Sofía, Catalina y José Calixto. Salvo nuestro abuelo, José Calixto Morín Fuentes, todos sus hermanos fueron abogados. José Calixto estudió música; se desempeñó como director de orquesta en Altagracia de Orituco y fue compositor de valses y otros géneros.

Posteriormente, de la unión de José Calixto Morín Fuentes (1892-1967) y Domitila Infante Hernández (1892-1985), nacieron nueve hijos: Calixto Eduardo (farmacólogo y filólogo), José Galdino (abogado y Doctor en Ciencias Políticas), Jesús María–apodado Chucho–(educador y funcionario ministerial), Sofía del Carmen (asistente del director general de la Biblioteca Nacional de Venezuela), Venancio Enrique (comerciante), María Josefina–apodada Pipina–(ama de casa), Luis Eduardo (abogado), María de Lourdes–apodada Malula–(secretaria de colegio) e Isaura Inés (ama de casa).

La familia Morín Infante vivió en Altagracia de Orituco hasta 1944. En ese año, José Calixto Morín Fuentes fue habilitado al puesto de miembro de la Banda marcial de Caracas. Dos años antes, el hijo mayor Calixto Eduardo (1917-2000) y José Galdino (1920-1997) eran estudiantes de la Universidad Central de Venezuela. Calixto Eduardo se hizo cargo de su hermano a pedido de José Calixto, a quien le preocupaba lo difícil que era disciplinarlo. José Galdino y Calixto Eduardo se habían alojado con su tío Luis Ramón Morín Fuentes, hermano mayor de su padre José Calixto. Durante este tiempo José Galdino sedujo al ama de llaves, quien dio a luz a un hijo suyo. Nuestro primo Luis Morín Loreto, hijo de Luis Ramón, adoptó al recién nacido y le dió el nombre de César Morín Padrón. José Galdino estudió derecho egresando summa cum laude de la Universidad Central de Venezuela el 26 de julio de 1947. Su tesis doctoral, titulada “Capital humano”, estudió los principios básicos de los derechos humanos aclarados por primera vez por Frédéric Bastiat (1801-1850). A partir de entonces, José Galdino se destacó como abogado litigante tanto en casos civiles como penales. Nunca se involucró en la política venezolana

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Capítulo 6

Familia Tortolero

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Los bisabuelos maternos fueron Elogio Tortolero Cabrera y Paula Ojeda. Todavía se desconoce el segundo apellido de la bisabuela materna, como también se desconoce la existencia de hermanos y hermanas. Se sabe, sin embargo, que el bisabuelo Elogio tuvo cuatro hermanos: José Antonio (quien murió en las guerrillas de Ezequiel Zamora), Tobías, Rosa Manuela y María José. Se cree que los hermanos trabajaban como agricultores.

Los Tortolero Cabrera poseían una hacienda en el estado Carabobo, llamada “el fundo de Marta López”, en Altos de Reyes. De la unión de Elogio Tortolero Cabrera y Paula Ojeda nació Rafael Eusebio Tortolero Ojeda (1893-1938). Rafael Eusebio se casó con Marcolina Rivero (1898-1937). Ellos heredaron la finca y tuvieron cinco hijos: Lucía (ama de casa), Leopoldo (tendero), Rafael Eusebio (contratista), María Teresa (abogada) y Federico (representante farmacéutico). El abuelo Rafael Eusebio, sin embargo, llevó una doble vida manteniendo a seis hijos ilegítimos, que nunca se involucraron con los suyos legítimos.

La abuela Marcolina Rivero murió a los 39 años por eclampsia, y un año después nuestro abuelo Rafael Eusebio Tortolero Ojeda murió a los 49 años por una neumonía.

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Capítulo 7

María Teresa Tortolero Rivero

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María Teresa (1927-2011) tenía 11 años cuando quedó huérfana. Entre 1938 y 1944 asistió al Colegio de Lourdes de Valencia. El párroco Francisco Martínez, le facilitó el ingreso donde estuvo internada durante seis años. Luego estudió por 2 años en el Liceo Pedro Gual tras lo cual empezó a trabajar como higienista en Valencia. Poco después obtuvo el título de secretaria en Los Teques, estado Miranda, donde conoció y se casó con un emigrante ruso, Aleksander Sarayeff, en 1949. A los pocos días del matrimonio, éste desapareció.

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Capítulo 8

María Teresa y José Galdino

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En 1950, María Teresa Tortolero Rivero se muda a Tacarigua donde conoce a José Galdino Morín Infante, cuando éste era jefe de personal en la Central Azucarera de Tacarigua. Aconsejada por él, introdujo una demanda de divorcio. Sarayeff reaparece con amenazas contra ella, y José Galdino lo somete a una medida cautelar que le impide contactarla. Luego, en 1951, por falta de recursos médicos y de incubadoras neonatales, José Galdino y María Teresa pierden a su primer hijo, dos meses prematuro (Carlos Alberto). El niño vivió sólo unos pocos días. Un año después, en 1952, María Teresa, a los 25 años, se casa con José Galdino, de 32.

José Galdino compró una casa en un terreno de 12 hectáreas en las afueras de Guacara. El terreno, enmarcado entre la carretera a Guacara y la autopista a Caracas, tenía una casa con piscina cerrada. En esta residencia nacieron tres hijos: Alberto José (abogado) en 1953, Ricardo Federico (autor y artista visual) en 1954 y Andreína Teresa (abogada) en 1955. Las familias de sus padres les visitaban a menudo. Luego los Morin Tortolero cambiaron de residencia al municipio de Naguanagua. Allí nació María Teresa, apodada por su familia Bonnie (dramaturga, directora y enseñante) en 1958. En 1959, la familia Morín Tortolero se mudó por última vez a la urbanización Carabobo en Valencia. Allí nació José Galdino (comerciante de almacenamiento para la importación y exportación) en 1960.

Después de quince años de matrimonio en 1967, a instancias del reverendo Dr. Simón Salvatierra [3], María Teresa se presentó como candidata a la Asamblea del Estado de Carabobo y posteriormente fue elegida para la misma. Su esposo José Galdino la obligó a renunciar al cargo debido a la historia de persecución del líder del partido, Marcos Pérez Jiménez, a la familia Morín. Posteriormente, María Teresa abrió una boutique y, una vez más, su marido desaprueba su condición de tendera.

*

Capítulo 9

El encanto de la superstición

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María Teresa se creía clarividente. Las personas referidas por amigos cercanos a menudo acudían a ella en busca de consejo espiritual. Inspirada en el Teosofismo y la orden Rosacruz, se adentró en los estudios metafísicos. Buscando consejo para su propia iluminación, frecuentaba sesiones de espiritismo. José Galdino cuestionaba su cordura. Él, a su vez, practicaba sus propios rituales de magia. Sus clientes y amigos le daban consejos sobre cómo mantener a raya enemigos, las raíces de su propio destino y los principios para lanzar hechizos.

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Capítulo 10

Separación y divorcio

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Los matrimonios permanecen intactos por mutuo entendimiento. Tal unión es posible siempre que hayan historias compartidas. Pero sin confianza las relaciones se desmoronan.

José Galdino y María Teresa no pudieron hacer frente a sus diferencias. Después de 16 años de matrimonio, José Galdino seguía siendo un mujeriego empedernido, y María Teresa, sintiéndose no correspondida, se cansó de él y sus aventuras. En cierto sentido, no conocían sus propias emociones y deficiencias.

Para José Galdino, el divorcio estaba fuera de discusión: una amenaza para su estatus y sus finanzas. Según la ley venezolana, el divorcio significaba dividir los bienes; algo que él no estaba dispuesto a hacer. Cuando fue notificado en 1975 de la petición de divorcio de su esposa, su furor se volvió incontrolable.

Sabiendo cómo maniobraba su esposo en los casos de divorcio, María Teresa bloqueó cualquier posible transferencia de bienes conyugales. Como resultado, José Galdino intentó arrojar al abogado de su esposa (Padrino Príncipe) por las escaleras del juzgado.

La sentencia de divorcio se dictó en 1979, justo un año antes de que José Galdino se volviera a casar (esta vez a Piedad Urán Cardona: una estudiante de odontología,25 años menor que él). La división de bienes entre José Galdino y María Teresa no concluyó hasta 1985. A pesar de la sentencia judicial a su favor, María Teresa despidió a su abogado y asumió la representación de su hijo Alberto José! Al hacerlo, tuvo que renunciar a gran parte de sus propios derechos. Ahora se sentía agotada y sin ningún sentido de la justicia. A partir de ahí se concentró sólo en su propio futuro.

Entre 1975 y 1985, María Teresa se puso por meta convertirse en abogada (quizás para vengar sus sentimientos de haber sido tratada injustamente por el sistema legal). En preparación para la facultad de derecho, se enamoró de su tutor de matemáticas, José Espirilión Valecillos Carrillo (Piri). Éste era profesor de secundaria en Valencia y quince años menor que ella. Mientras ella se preparaba para ingresar a la facultad de derecho de la Universidad de Carabobo, él también decidió postularse. Antes de terminar sus estudios de derecho, se casaron y se graduaron en 1992: ella tenía 64 años y él 49.

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Capítulo 11

Ironía de ironías

*

Inexplicablemente, María Teresa y el Piri trabajaban en el mismo despacho de su exmarido José Galdino y su hijo Alberto José. María Teresa creía que sus sacrificios anteriores le habían dado el privilegio de formar parte del mismo despacho. Su práctica se centró en la protección de los derechos legales de menores. Sin embargo, su segundo matrimonio fue tan decepcionante para ella como el primero, por lo cual se disolvió después de sólo dos años. Luego, en 1996, anunció que su divorcio de José Galdino había sido un error. Ahora estando derrotada mental y emocionalmente comenzó a manifestar una especie de disociación cognitiva (¿era esto simplemente depresión o los comienzos de la enfermedad de Alzheimer?).

Al mismo tiempo, el matrimonio de José Galdino con Piedad Urán estaba en crisis. Desde 1993, ella había estado pidiendo la derogación de su acuerdo prenupcial, obligándola así a renunciar a los derechos de propiedad acumulados durante el matrimonio. José Galdino negó la solicitud. Sin embargo, al cabo de tres años, fue la fortuna quien le concedió el anhelo de Piedad.

Entre 1994 y 1995, José Galdino desarrolló síntomas del Síndrome Neurológico de Pick, dejándolo incapaz de caminar, hablar y razonar. Aunque busqué tratamiento para él, la interferencia de su esposa fue un gran obstáculo. En noviembre de 1996, a sugerencia de mi padre, regresé a los Estados Unidos para tratar mis propios problemas de salud. Unos meses después, José Galdino fue operado de una hemorragia cerebral. José Galdino murió de una neumonía el 4 de agosto de 1997.

Para 1998, María Teresa ya no podía seguir ejerciendo la abogacía. Para ocupar su tiempo, su hija Bonnie le instó a volver a escribir poesía. María Teresa alegó que José Galdino había quemado lo que ella había escrito antes. Entre 2004-05 reconstruyó unos 15 poemas, que luego fueron distribuidos a los miembros de la familia bajo el título Magia Azul.

*

Capítulo 12

Últimos años de María Teresa

*

En 1999 a la edad de 72 años, María Teresa, cumpliendo un sueño de toda la vida, y yo viajamos a Europa. Visitamos Madrid, París, Venecia y Roma. En el viaje, María Teresa recordó cuando cinco años antes se había tropezado camino a los tribunales: Para ella era mi consuelo de ella lo que representaba al más preciado de recuerdos compartidos. Días después, en el aeropuerto, vio nuestro reflejo en un espejo en el club privado de la aerolínea y me dijo: “Espero guardar este momento para siempre en mi memoria”.

En 2004, la invité a celebrar su septuagésimo séptimo natalicio en la ciudad de Nueva York. En este último viaje, conoció a David, mi esposo durante nueve años, y a Eva, su madre, la cual era cuatro años mayor que ella misma. María Teresa admiraba la vitalidad de Eva. Al año siguiente, María Teresa fue diagnosticada con Alzheimer.

En 2009, ella languidecía en las etapas avanzadas de la enfermedad y sabíamos que su tratamiento debía continuar en una clínica. Ya no era posible que su hija Andreina asumiera la responsabilidad exclusiva de su cuidado. Asimismo su hijo José Galdino no escatimó esfuerzos en el cuidado de su madre. Su dedicación y conducta fueron ejemplares.

A la edad de 84 años murió María Teresa, el 18 de junio de 2011.

*

Epílogo

Un viaje en el tiempo

*

Al escribir esta historia, reconozco mis propias limitaciones al tratar de comprender vidas que creía conocer íntimamente. Tanto mi familia como yo no sabíamos quiénes éramos, más de lo que realmente podemos sabernos a nosotros mismos. Esto resalta una evanescencia que busca definir nuestras relaciones, que apenas tocan los bordes de nuestra existencia. Hay mucho que no podemos decir. Nuestros propios remordimientos, sentimientos de vergüenza o imprudencias solo pueden ser censores para nuestra comprensión.

El reconocimiento de que la vida es imperfecta es la definición de dignidad. Cabe señalar que un ensayo sentimental no es el objetivo que deshonra nuestra existencia; es más bien una incongruencia que encubre nuestras imperfecciones. Nuestras vidas se celebran por sus diferencias. Ya sea que nos cuidemos unos a otros o nos inflijamos dolor, es una cuestión de tolerancia. Lo que sería más notable sería el perdón.

María Teresa Tortolero Rivero a través de su vida. De izquierda a derecha: 1. En 1945 con el uniforme del Liceo Pedro Gual. 2. En 1954 durante su tercer embarazo, acompañada de su esposo José Galdino Morín Infante y seguida de su cuñado Chucho Morín Infante. 3. En 1992 luciendo toga y birrete con diploma y medalla tras graduarse de abogada. 4. En 2004 a la edad de 77 años en frente de su yerno David Lowenberger y de brazo a su madre, consuegra, Eva Lowenberger.

Editado por Billy Bussell Thompson

Notas de pié de página:

  • [1] Ref: http://www.exteriores.gob.es/Consulados/SANFRANCISCO/es/Consulado/Paginas/Articulos/Leynacionalidadespañolasefard%C3%ADes.aspx Este enlace reporta que el Congreso de los Diputados de España aprobaron en el 2015 el Proyecto de Ley, el cual concede la nacionalidad española a los sefardíes descendientes de los judíos expulsados de España en el siglo XV. La norma suprime la necesidad de residencia española y no exige la renuncia a la nacionalidad anterior.
  • [2] Ref: http://lavozdeoritucohistorialocal.blogspot.com/2015/08/casa-amarilla-de-lezama.html?m=1 Este enlace menciona al “Bachiller” José Calixto Morin quien reportaba al Arzobispo de Venezuela, en el año 1813, el estado administrativo y avance del Lezama. Por decreto las tierras todavía pertenecían a los nativos indios Guarinos de la región, quienes las cultivaron hasta ser desplazados a finales del siglo XIX.
  • [3] Ref,: https://issuu.com/academiahistoriacarabobo/docs/la_hora_de_las_tinienblas_homenaje_ as_tinienblas_homenaje_ La hora de las tinieblas, conmemora en 2010 el nacimiento del párroco Simón Salvatierra. El reverendo Dr. Simón Salvatierra (1910-69) era natural de Bejuma: un sacerdote de la Arquidiócesis de la ciudad de Valencia, quien rompió con las normas de la iglesia al ser senador afiliado a un controvertido partido político: El Indio, también conocido como Cruzada Cívica Nacionalista, fundado por seguidores del expresidente, dictador militar, Marcos Pérez Jiménez. A mediados de los años sesenta María Teresa mantuvo su consejo y estrecha amistad. El Reverendo Salvatierra fue instrumental en que María Teresa hubiese sido electa a la Asamblea del Estado de Carabobo como representante de dicho partido y ella a su vez se sentía especialmente honrada de ser la primera mujer asambleísta de su estado.

*

*

Poemario de Maria Teresa

*

Magia Azul

(Dedicado a sus hijos)

i

Cuando florezca en primavera
(junio 15 de 1974)

*

Cuando florezca en primavera
hermosa flor de mi jardín,
te ofrezco en ella la vida entera
por que de pronto ...
se nos va al fin.

Cuido tu suelo, riego tus plantas
y dulces frutos darte quisiera
de mis campiñas de oro y plata
cuando florezca en primavera.

Hermosa flor de mi jardín
cruzo los valles, profundos mares
con sus alitas de querubín.

Dejo sus suelos y amados lares
pues ya su sabia no riega más
y las campiñas de sus cantares
deja su aroma y al fin se va.

Allá a lo lejos de verdes valles
en que yo soñé,
y esa la meta de mis andares
allá tus plantas que tanto amé.

ii

Alas al viento
(junio 15 de 1974)

[Poema escrito y anexo por su hija Bonnie Morín Tortolero]

*

Nacimos libres
cual amapolas sin alas
con la inquietud innata
de remontar escalas.
Y en un abrir y cerrar de ojos
emprendemos el vuelo ...
¿En qué aposento amargo
dejará su anhelo,
aquel que encubra sus ojos un velo
y el corazón el destello
de afrontar el mundo
cual ufano cielo?

*

[Alas al viento, escrito por Maria Teresa Tortolero Rivero en respuesta al mismo poema de su hija Bonnie]

*

... sigue su raudo vuelo
con el paso de su sino
que ancho y largo es el camino
y al primer paso ha caido,
avecilla mal herida:
levanta tus ojos al cielo,
no temas más al destino
que es de cobardes la huida
cuando el amor es divino.

iii

Ven a mí
(junio 30 del 2004)

*

Alma mía , ven a mí
si es que me amas.
Te estoy esperando.
No te hagas de rogar,
por que yo te amo
y sufro por no verte.

Me hace falta la luz
de tu mirar
para seguir viviendo,
por que aparecistes en
mi camino
para amarte hasta 
la eternidad.

¡Qué absurda es la vida
en algunos casos!,
donde no hay correspondencia,
no hay nada que esperar.

Dejar que las cosas sigan
su camino y nada más,
dejar todo en su lugar.
Se impone el olvido
y así será.

iv

Vive por ellos mi bien
(abril 9 del 2004)

*

De la estrechez de la forma
surge el principio de bien,
el bien de mis amores,
el bien de mi querer.

Sintiendo cuanto les amo
vive por ellos mi ser.
Es cuanto tengo,
es cuanto soy.

Sin ellos no sería nada.
Vive por ellos mi bien.
Les amo, les amo.
Gracias a mi creador,
amar es vivir.

v

No quiero, no quiero
(abril 14 del 2004)

*

No quiero forzar las barreras.
No quiero tener en mis sueños quimeras,
alentando la ilusión por un falzo amor,
tan frágil como brizna de paja en el viento.

¡Qué más quisiera borrar,
todo recuerdo ingrato de su vida,
qué más quisiera,
con la fuerza de este amor
que llevo indeleble en mi ser,
como un reto al destino:
Ése que jugó con nosotros
como si fuéramos niños!

vi

No te apartes de mi camino
(mayo 11 del 2004)

*

Pon en mi alma tu fuerza creadora
para cantarte con embeleso
todo lo que mi alma añora.
Ávida de tu consuelo
tu presencia implora.
Plena mi alma con tu amor divino
y no te apartes de mi camino.

vii

Soñé
(mayo 11 del 2004)

*

Soñé que era una diva
del bel canto
que con devoción
cantaba a mi Creador.
Era este soñar despierta
que me acompaña desde niña
con una dulce melodía,
dentro de mi alma,
que sin saber canto todavía. 

viii

Se hace un sueño realidad
(enero 26 del 2004)

*

Lo que fué para mi una lisonja
fué para otros un atrevimiento total.
Yo no juzgo, sólo sopeso las acciones.
El hombre no está en su lugar.
Él vive soñando.
Una manera de pasar el tiempo.
Mientras se limita a soñar
no le hace daño a nadie.
Sólo con sus sueños está,
y a manera de vivir soñando
se hace un sueño realidad.

ix

La más bella entre las bellas
(septiembtre 11 del 2004)

*

Era bella, la más bella entre las bellas,
de nariz respingona y fina,
de labios delgados y expresivos
con unos ojazos de cielo
que sonreían al mirar
y con una voz dulce que invitaba a cantar,
Yo cantaba con ella
a la sombra de un ventanal
y mientras cantaba
los pájaros venían 
y se ponían a cantar.

La canción que ellos oían ,
pajaritos mañaneros,
que venían a su ventana,
cantando en la mañana
para despertar el día.

Mamá se sonreía
y entre cantos me decía:
"Tú eres una pajarita más,
mi niña buena, mi niña inteligente.
Habrá que educarte bien
para que, entre vuelo y vuelo,
tus sueños se hagan realidad,
para que, entre sueño y sueño,
aprendas a volar.

x

Ausencia
(junio 13 del 2005)

*

Cuánto encierra la ausencia
angustias y sin sabores
por el que espera al ausente
que nunca llega, dejando dudas
al que espera desesperanzado
por no saber de su amado;
qué le ha pasado.
Hay que llenarse de paciencia
con un amor singular
y saber esperar
que Él se haga presente
con su amor de siempre.

xi

Del cielo bajó un ángel
(junio 30 del 2004)

*

Del cielo bajó un ángel
cargado de luz
y sus ojos como dos luceros
penetraron en mi alma
y se adueñaron de mí.

Pero estoy sola y triste
por que sin Él no sé vivir.
¿Qué se ha hecho mi ángel amado?
¿Dónde se ha ido?
¿Con quién está?
Aprende a vivir.
Yo te esperaré.
Sabré esperar.
Tu volverás a mí.
Te hare feliz
por que te amo.

xii

Por que te ví
(marzo de 1978)

*

¿Por qué te ví para quererte?
¿Por qué te amé
para vivir ausente?
¡Qué destino tan cruel!
Amarte tanto
sin saber si soy amada
y soportar estar distante.
No puedo comprender:
¿Qué se hizo de ese amor
de un alma enamorada
que ví brillar en su mirada?

xiii

Mirar quisiera
(marzo de 1978)

*

Errante voy entre las sombras
y como al ciego mirar quisiera,
mirando y viendo entre las cosas
donde no llega la luz del día;
mirando entre las cosas
hasta encontrar el alma mía.

Al cielo pido en su piedad infinita
se apiade de mi dolor acerbo,
pues si sufro por creerme diosa,
tambié sufro por sentirme sola;
pena que a mi alma roba
todo el encanto de su gloria.

xiv

Un alma grande me diste
(julio de 1979)

*

Una alma grande me diste
pues cabe un mundo en mi pecho,
sin embargo, vago triste
con el corazón desecho,

Como paria en el desierto,
de mi alma peregrina,
siento el punzar de la espina
y la duda de lo incierto.

Solitario etá mi nido.
Sólo ausencia existe en él.
¿Por qué señor tanto olvido,
por qué tanta hiel,
si mi hiciste para amar
y a Ese Amor quiero ser fiel?

xv

Como magia azul
(julio 9 del 2004)

*

Ya verás como el
águila real en raudo vuelo
al infinito alcanzará.

Ya verás como a todo lo amado
como Magia Azul
a ti vendrá.

Ya verás que la magia del amor
transforma al corazón,
da fuerzas a vivir,
el Sueño Aquel, tan esperado,
¡de amar y ser amado!

Herta Lager Kane

January 6, 2022

Introducción

***

Edited by Billy Bussell Thompson

*

Foto proporcinada por la hija de Herta, Vivien Kane.

Herta Lager Kane (1928-2021) nació en Viena. Con su familia, llegó a la ciudad de Nueva York en 1941, a través de la Suiza, huyendo de la persecución nazi.

Herta comenzó su educación en el Fashion Institute of Technology y Cooper Union for the Advancement of Science and Art, School of Art and Architecture, antes de obtener un B.F.A. en Diseño Gráfico y una M.F.A. en Pintura de la Universidad de Buffalo.

Herta inició su carrera como profesora adjunta de pintura en la Universidad de Buffalo, luego dedicando su vida como profesora de diseño gráfico en el State University College de Buffalo. Han sido expuestos del arte plástico de Herta, sobre un estilo formalista de abstracción geométrica, sus pinturas y dibujos constructivistas en la Galería de Arte Albright Knox, el Centro de Arte Burchfield Penney, el Centro de Arte Contemporáneo Hallwalls y varias cooperativas locales alternativas dedicadas a la investigación y el desarrollo de videos para el teatro y la televisión.

En su trabajo, Herta buscó una nueva dirección en su representación del espacio pictórico, resultante del gran legado de nuestro mentor Seymour Drumlevitch. En sus propias palabras, Herta aspiraba a llegar al poder “… de una ambigüedad elusiva y mística”.

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Una elegía

Herta siempre denotaba una generosa calidez y profunda comprensión del ser humano. Incluso cuando éramos conscientes de nuestra fragilidad, en aquellos momentos de angustia, no teníamos que decir mucho para asegurarnos que todo estaría bien. En el silencio y distancia, nos apoyamos con una sensación consciente de lo extraordinario, a veces incluso con un jocoso donaire de lo incomprensible del destino.

Desde que conocí a Herta en 1975, como profesora de pintura en la Universidad de Buffalo, ella compartió su riqueza de conocimientos y siempre me animó con mucho entusiasmo. Cuidó de mi bienestar hasta que ya no pudo. Nuestra amistad atestigua el hecho de que nadie tiene control sobre su destino, aunque nuestro amor persistió más allá de dichos límites.

En la confianza de Herta, en la labor de ser un artista visual y sobrevivir a las innumerables incertidumbres de una carrera profesional, encontré respuestas para saber manejar lo que el destino brindara.

Su humanidad, dignidad e inteligencia fueron una fuente de inspiración para todos nosotros, quienes tuvimos la suerte de conocerla. Más que mentora, Herta se convirtió en una fiel amiga. Nadie más podría ocupar su lugar en mi corazón.

Le debo a Herta mi posición, no sólo en la madurez emocional sino también intelectual. Sin ella, sería otro; a ella le debo el espíritu de ser auténtico y reflexivo.

R.F.M.

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In Memoriam Herta Lager Kane

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 El destino

      De las lágrimas, el destino y el azar nos dibujaron una sonrisa, 
como de los fracasos nos trajeron un consuelo.
Miramos hacia arriba después de tropezar
y al tocar fondo,
confiamos en alzarnos.
      En la soledad encontramos nuestra compañía, 
y al ayudar a otros, 
fuimos ayudados.
Incluso en la búsqueda de la perfección,
conocimos nuestras fallas.
      En la brevedad de cada instante
nada parecía descansar para ser poseído.
Cuando nos maravillamos del gran arco del tiempo,
Este nunca expira  
aun ante la desesperanza.
      Los flujos y reflujos de las diosas, las tres Moirai y Tyche,
en sus excesos de sabores y sinsabores,
no nos impedirán seguir adelante,
aunque nos encontrásemos conscientes 
de nuestras imperfecciones.

Ricardo F Morin, December 29, 2021, coautor Billy Bussell Thompson

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Herta’s Art

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Herta Kane, artista estadounidense nacida en Austria (1928-2021), Pintura titulada “Sin título”, c. 1980, Acrílico sobre lienzo, díptico, 49 5/8 7/8 “x 50”, Donación del artista a Burchfield Penny Art Center Collection 2002. https://burchfieldpenney.org/art-and-artists/people/profile:herta-kane/

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Herta Kane, artista estadounidense nacida en Austria (1928-2021), Pintura titulada “Sin título”, c. 1980, Acrílico sobre lienzo, díptico, 57 7/8 “x 37 5/8”, Donación del artista a la Colección Burchfield Penny Art Center, 2002. https://burchfieldpenney.org/art-and-artists/people/profile:herta-kane/

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Herta Kane, artista estadounidense nacida en Austria (1928-2021), obra sobre papel titulada “Sin título”, Acrílico y collage sobre papel, 10 1/2 “x 10 1/2”. Donación de Arts Development Services, Inc., 1978 a la Colección Burchfield Penny Arts Center, 1978. https://burchfieldpenney.org/art-and-artists/people/profile:herta-kane/

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Herta Lager-Kane (1928-2021) Artista estadounidense nacida en Austria, obra sobre papel, “Sin título”, 1978; rotulador acrílico y con punta de fieltro sobre papel de dibujo, 10 “x 21”, Gift of the Arts Development Services, Inc., 1978. https://burchfieldpenney.org/art-and-artists/artwork/object:1978-006-012-untitled/

Recuerdos de Herta

January 6, 2022

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Foto proveída por la hija de Herta, Vivien Kane

En el verano de 1975 tomé un taller de pintura bajo la instrucción de Herta en la Universidad de Buffalo: A partir de ese momento evolucionaron los lazos de nuestra amistad. La sabiduría de Herta provenía de su propia vitalidad; su curiosidad parecía ilimitada. Exploraba temas de diferente índole, desde el arte informático hasta la caligrafía japonesa. Todo esto la realzó como artista. Como maestra que trataba con estudiantes, tenía poca paciencia y muchos de ellos se sentían intimidados por sus exigencias. Lo más memorable es que me enseñó que un artista tenía que evocar el significado que se esconde detrás de cada imagen. El arte no era una evolución progresiva; nada era nuevo: todo ya estaba hecho; el imperativo era hacer algo significativo.

Herta se identificó con las historias que compartí sobre mi familia y especialmente sobre mi madre. También me contó historias sobre sus propios padres, particularmente sobre cuánto admiraba a su padre. A través de los años, la lealtad de Herta fue constante. Ella instaba atenta como una madre. Siendo 26 años mayor que yo, me preguntaba por qué quería pasar tanto tiempo con ella. Respondí que la gente de mi edad me aburría.

El último semestre de mi tercer año, Herta me invitó a almorzar con su esposo Ernest, un cardiólogo en el Hospital de Administración de Veteranos al lado de la universidad. Esa mañana, algunos estudiantes habían prendido fuego afuera de mi puerta. Llamé a la policía de la universidad pero no acusé a nadie. Más tarde le conté a Herta lo que había sucedido. Ella y su esposo me aseguraron que todo estaría bien. Esa tarde escuchamos la música de Handel y Brahms, hablamos sobre la poesía de las matemáticas y discutimos las polémicas de la antropología del arte. Esa noche no volví a mi dormitorio universitario, sino que me quedé con un estudiante de arquitectura polaco: Jurek Pystrak me invitó a quedarme con él hasta que se arreglaran las cosas. Poco sabía lo importantes que llegarían a ser Herta y Jurek.

Mientras estudiaba para los exámenes finales, alguien que no conocía se me presentó. Parecía que había sido mi guardaespaldas desde el momento del incendio en el dormitorio. Nunca supe por qué me vigilaba. Más tarde, Herta comentó: “… la universidad debió haber hecho un balance de lo laxo que era su sistema de seguridad”.

Después de que me fui a Yale para realizar estudios de posgrado y Jurek se mudó a Berlín, Herta y yo nos mantuvimos en contacto. A veces nos encontrábamos en Manhattan e íbamos a museos y galerías. Después de haber terminado mis estudios en Yale, trabajé como escenógrafo en Manhattan. En 1988 visité Herta en Buffalo. Su esposo Ernest había muerto dos años antes. Herta y yo fuimos a la función inaugural de Abingdon Square de María Irene Fornés (1930-2018) en el Studio Arena Theatre. Esa noche, Herta y yo tuvimos la oportunidad de hablar con ella (yo había realizado la escenografía de tres de sus obras, que se habían estrenado en la ciudad de Nueva York). De nuevo en 1989, visité Herta en Buffalo; allí asistimos a una retrospectiva del pintor Seymour Drumlevitch, quien había sido nuestro consejero académico, mentor artístico y amigo.

En 1992, Herta asistió a mi primera exposición solista de pinturas en Manhattan. Aunque no la vi entonces, nos mantuvimos en contacto por teléfono. Karl, la pareja de Jurek en Berlín, le dijo a Herta que Jurek había muerto de SIDA en 1984. Esto nos sorprendió a ambos; explicaba por qué no habíamos tenido noticias de Jurek durante ocho años. Herta fue fundamental para conectarnos con el pasado de Jurek. Luego, Karl visitó mi estudio de pintura en Tribeca. Posteriormente, invitó a Herta a un crucero para pasar una noche en el Rin y conmemorar su inminente muerte (éste había descartado mi optimismo sobre el tratamiento antirretroviral como un sentimentalismo misionero). Le dije a Herta que la perspectiva de Karl era totalmente fatalista.

Cuando conocí a Herta por primera vez, intuí que ella estaba luchando contra la depresión. Más tarde supe que gran parte de su búsqueda de afecto no había sido correspondida. Su esposo también estaba luchando contra la depresión, habiendo intentado suicidarse si no hubiese sido por su esposa. Luego ella lo cuidó durante un largo período de enfermedad. Después de su muerte, su círculo de amigos se redujo. Ella pensó que no era bienvenida por otras parejas. En esos años, Herta estaba sola y plagada de culpabilidad. Desconcertada, llamaba a mi puerta a altas horas de la noche, mucho después de la medianoche, pidiendo apoyo. Ahora, en la década de los 90, nuestros papeles se invirtieron: Ella venía en mi ayuda, alimentando mi optimismo y ayudó a recuperarme del suicidio de mi pareja de tres años.

Luego, en la primavera de 2005, Herta conoció a David, mi pareja durante cinco años. Mientras caminaba hacia la avenida para ayudarle a ella a tomar un taxi, me dijo que sólo deseaba haber conocido a alguien como David por sí misma. Su declaración no me sorprendió, aunque tocábamos el pasado por sus bordes. Comprendí que David le recordaba su deseo de haber conocido durante su vida a alguien de igual sensibilidad.

En mayo de 2008, David y yo asistimos a la celebración de su octogésimo natalicio en Filadelfia. Conocimos a toda la familia, incluidos sus nietos. Antes del festejo, Herta me había confiado a menudo sus inseguridades acerca de ser abuela. Ella cuestionaba cómo la percibían sus nietos y yerno, de si fuese aceptada por ellos. Más que nunca estaba consciente de su acento alemán, aunque lo glorificase como una distinción sofisticada. Estos fueron años importantes para Herta, pero la carga de sentirse desplazada en una nueva vida pesaba mucho sobre sus hombros.

En 2011 mi madre murió de Alzheimer a los 84 años. Durante los años anteriores le había mencionado a Herta que solía llamar a mi madre en Venezuela para leerle Don Quijote. De vez en cuando mi madre reaccionaba con sonidos guturales, que yo tomaba por afirmaciones de risa. Durante estas conversaciones, comencé a tomar conciencia de las propias dificultades de Herta en su percepción de la realidad. Ella se agitaba fácilmente. A menudo se sentía incomprendida. Desencadenaba eventos pasados, como si estuviesen ocurriendo en el presente. Le escuché en silencio, esperando que pudiese recuperar la calma. Traté de interesarla en otros asuntos. ¿Seria esta la razón por la cual me dijera que era importante para nosotros estar en contacto? A partir de entonces traté de llamarla hasta que ya no fue posible. Después de lo que pareció ser un largo período de silencio, su hija Vivien me llamó para informarme que Herta necesitaba la atención de una guardería las 24 horas. David y yo condujimos desde Manhattan para visitarla en Pensilvania. En 2016 Herta todavía podía hablar. Creí que se acordaba de mí hasta nuestra despedida, cuando dijo lo agradable que había sido conocerme.

Durante nuestra visita, Herta parecía alerta. Después de mostrarle fotografías de nuestro hogar en Fort Lauderdale, hizo varios comentarios extravagantes. Con descaro, criticó los cojines que parecían donas y estaban completamente fuera de sitio. Su ingenio parecía tan perspicaz como siempre. Pero luego nos contó sus recomendaciones para la escuela de posgrado, en la que —para mi horror— me había llamado del calibre de Leonardo da Vinci. El caso es que a ella le encantaba ser polémica.

El verano antes de su muerte, Herta estaba mucho más limitada en movimiento y habla; se veía apática, aunque sonreía a menudo con lo que parecía ser un dejo de resignación. Hubo un momento de bromas entre nosotros, cuando ella repentinamente frunció el ceño con una mirada furtiva y pícara. Nos sonreímos con asombro y ella jadeaba de regocijo. Seguido esto, Herta hizo un gesto, con las manos alrededor de la boca, como si preguntase por qué requería de mi bigote. Luego le mostré uno de mis cuadros geométricos. Ella lo miró, alzó sus cejas abriendo los ojos ampliamente y dijo “¡BIEN”! Me conmovió su aprobación. Ella parecía estar al mando. Mientras tanto seguía saboreando su helado de vainilla, jugando sin rumbo fijo con la cucharilla, y se negaba a dejar que nadie le ayudara. Cuando nos despedimos, mencionamos que regresaríamos en la primavera, y ella dijo con la misma expresión facial: “¡BIEN”!

Los recuerdos de la pérdida de un ser querido son dolorosos, precisamente porque nos amamos. Aceptar su pasado con humildad es la única opción por su pérdida. Es indiscutible que abrazamos nuestra existencia a través de sus recuerdos. El duelo es el momento que nos exige soportar el sufrimiento con paciencia.

De espaldas a Times Square en 1998

Escrito por Ricardo Morin y editado por Billy Bussell Thompson

Bosque de helechos

March 20, 2021

Nubes de algodón pasan sigilosas

A lo largo del cielo azul bebé

Enfoca Y Toma, E.Y.T.

Ponte el sombrero y relájate!

Las libélulas suspiran en el aire

Cruzando nuestros senderos

Me diviertes. Eres mi musa

Como ramas en espiral nuevas hojas

No más el sueño del león a punto de saltar

Ahora puedo moverme y respirar

Hongos blancos, juguetes del albar

Lagartijas se escabullan al cruce de senderos

Correteando furtivamente entre troncos mutilados

Ennegrecidos por su edad, aun de color marrón

Mañana comienza la primavera, 20 de marzo

Llega el Equinoccio Vernal

Un claro iluminado por el sol, ya no bajo la sombra

Tum, tum, tum: Oigo golpes de martillo

Una familia joven camina hacia nosotros

Una mariposa revolotea bailando sobre el suelo humedecido

Aletea sus alas con rayas negras y amarillas

Se queda en un solo lugar entre barro y piedras grises

Alimentándose de minerales, alimentándose de miii-neee-raaa-les

Despliega sus alas y se queda en un lugar

Luce collar amarillo sobre planos negros

Una libélula gigante también se alimenta del barro.

Sus alas resplandecen luz

Como ningún diamante podría jamás

Su cuerpo parece una serpiente

Con ojos grandes,

Una libélula gigante.

Pasó un chihuahua.

¿Izquierda o derecha? Izquierda …

Para freír peces más grandes

Insectos de superficie navegan sobre el río

Parecen estar patinando o peleando.

Son graciosos.

Una serpiente de rayas marrones se desliza sobre el agua.

Y una tortuga joven revolotea al flotar,

Pez pequeño iridiscente con largas colas.

Mira, mira, mira, mira

La tortuga se aleja lentamente

Ver, ver, ver

Una serpiente que también se ondula

Entre nenúfares

Flotando sobre el espejo fluvial

Por reflejos hilvana el encaje de frondas.

Enfoca Y Toma. E.Y.T.

In Tenebris

January 24, 2021

Coautor Billy B Thompson

In memoriam Jose Galdino: mi padre.

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RECONOCIMIENTOS:

Comparto con el lector mi más sincero agradecimiento a Billy Bussell Thompson, PhD en Lingüística, Profesor Emeritus de la Universidad de Hofstra, quien ha sido mi mentor, editor y amigo más cercano de toda la vida. También doy mi profundo agradecimiento por la sutileza y percepción editorial contribuida por ambas, mi perspicaz hermana Bonnie Morín (https://www.metodomadrid.es/), dramaturga, productora y directora del Taller del Método de Madrid, y por su hija, la talentosa sobrina Natalia Velarde (@nix.conbotas), artista gráfica y autora de fanzines. También doy gracias por un muy esperado reencuentro con su otra hija, la sin-igual sobrina Camila Velarde, Lic. en filosofía y letras, y coreógrafo. Por último doy gracias a mi adorable esposo David Lowenberger, a quien considero más influyente en todo aspecto de mi vida. Sus sabidurías y percepciones sirvieron de inspiración y guía para la realización de este cuento.

Ricardo F. Morin T., 21 de Febrero, 2021

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PREFACIO:

Ahogarse con la propia saliva

Mi padre me dijo una vez lo deprimente que sería su vida si su identidad se perdiera ante la ortodoxia de la religión. No fue una coincidencia que, como reacción a la religiosidad de cinco generaciones, mi padre se convirtiera en criminólogo. Durante la mayor parte de su vida, creyó que las historias tradicionales sobre la retribución complementaria, la creencia binaria entre la recompensa y la condena, eran fantasías inofensivas hasta que se radicalizaran como reemplazos de toda investigación. De joven basó su propia tesis doctoral en dichos principios. Desafortunadamente, esas convicciones que consideró delirantes fueron en última instancia las suyas propias al final de su vida.

Pienso que, a excepción de la instigación de la violencia a través de la búsqueda de significado y su apego a la ficción, ya sea que la violencia surja de la retribución o de la auto-preservación, una persona no tiene por qué volverse temerosa o destructiva. El único remedio a la violencia es conocer la diferencia entre la fantasía y la realidad.

Al reflexionar sobre las contradicciones de mi padre, recuerdo lo que me había dicho cuando era niño, que mentir era una habilidad para sobrevivir. Permitía, a una persona esconderse en secreto, no necesariamente por incompetencia moral. La mentira podría surgir de la caridad o del miedo a ser juzgado. Para él, mentir era parte de convertirse en un adulto competente. Era una forma de ocultar imperfecciones y vulnerabilidades. Sin embargo, si la sinceridad o la honestidad amenazaran la supervivencia de mi padre, sería porque prefería inventar una historia en lugar de investigar su ignorancia y la comprensión disminuida de su propia importancia. ¿Era natural para él esconderse detrás de las mentiras o era su propia arrogancia? Quizás se ahogaba con su propia saliva durante toda su vida. Sufría de la ilusión de que podía evitar la verdad, o que podía controlar el no enfrentarse a ella. ¿Era esto un miedo a perder el control? ¿Era ésa una de las razones por las que no podía comprenderse a sí mismo? El misterio no se centró en su auto-cuestionamiento, sino en la ficcionalización de su propia vida, no de manera diferente a la de nuestros antepasados.

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PANDILLAS DE WEST HARLEM

1

El proceso

Por tercera vez estaba sirviendo como jurado. Como en ocasiones anteriores, me presenté como artista visual durante el voir dire. Esta vez el abogado defensor me preguntó si yo era retratista. Razoné para mí mismo que la pregunta tenía la intención de sondear los grados de observación a los que aspiraba un pintor. Respondí que mi interés como artista visual estaba en los procesos conceptuales del arte abstracto, no diferente al de un retratista o cualquier otro pintor representacional, buscando observar e interpretar la esencia de un tema. Lo que elegía representar a través de la abstracción o la concepción fue tan concreto como el de un modelo para un retratista.

2

Las normas

El juicio se refería al asesinato de un joven de catorce años y fui elegido miembro del jurado número 12. Anteriormente, me desempeñé en casos civiles. En los casos civiles, la preponderancia de la prueba es el principio determinante. En un juicio penal, el principio rector es la medida de la duda razonable. Las reglas eran admonitorias y tenían como objetivo evitar sesgos por parte del jurado. En sus deliberaciones, los jurados debían concentrarse en las pruebas presentadas y no en los antecedentes. Además, los miembros del jurado no debían compartir información con otras personas fuera de su propio foro. No sabía cómo me afectaría mi participación en un juicio por asesinato. El día después de que comenzara el juicio, el jurado número 11 fue reemplazado por un suplente.

Los testimonios duraron 17 días. Durante ese tiempo, se permitían nuestros dispositivos electrónicos, teléfonos móviles, computadoras portátiles y tabletas. A partir del día 18, cuando comenzaron las deliberaciones del jurado, nos quitaron estos dispositivos. Antes de esto, se nos había permitido hablar sobre asuntos no relacionados con el juicio. Éramos un grupo diverso y teníamos muy poco en común. Durante las audiencias judiciales, se nos permitió tomar notas mientras estábamos sentados en el estrado del jurado. Después de los procedimientos del día, nuestros blocs de notas permanecían en nuestros respectivos asientos. Cuando comenzaron las deliberaciones, podíamos llevar nuestros blocs entre el palco del jurado y la sala del jurado. Sólo entonces pudimos estudiar nuestras notas y referirnos a nuestras observaciones. Sólo entonces, pudimos empezar a hablar del caso entre nosotros.

3

Los jurados

El presidente del jurado elegido fue un director de oficina, que se sentía cómodo en su papel de moderador. Sus habilidades de comunicación fueron excelentes; incluso cuando no estaba de acuerdo, sus modales nunca expresaron condescendencia. Algunos miembros del jurado se mostraron reticentes y nunca emitieron un juicio de una forma u otra. El miembro más joven del jurado no consideró que el testigo del crimen fuera poco confiable. Otros miembros del jurado tenían la mente abierta. Un profesor permaneció tranquilo durante todo el tiempo; escuchó a los demás antes de expresar sus propias opiniones. Otro miembro del jurado estaba impaciente por la duración del juicio. Se quejaba de que tenía un niño pequeño que cuidar en casa. Aparte de mí, habían otros dos jubilados, uno de los cuales era un abogado corporativo, que nos recordó la distinción entre casos civiles y penales. Existían dudas razonables en diversos grados para cada miembro del jurado, excepto con respecto al más joven.

4

El acusado: In dubio pro reo.

La abogada defensora hizo que su cliente alegara la quinta enmienda constitucional. El acusado miró solícito, con ansias de desespero. Parecía siete años más joven con su corbata y camisa blanca recién almidonada. En su labio superior tenía un bigote recto y su cabello era un afro recién rapado. Se presentaba obviamente para dar fe de salubridad. Desde el momento del asesinato, era reo de Rikers Island. Sentado a apenas a 10 metros del jurado, el acusado mostraba una sonrisa en su rostro cada vez que nos miraba. Algunos miembros del jurado interpretaban su semblante como un regodeo. Otros veían su expresión como auto-compasión o abyección, incluso como un intento de conquistarnos. Su sonrisa, una especie de mueca retorcida, fue imperturbable, razón por la cual nos inquietaba. Sin embargo, resolvimos descartar nuestras aprehensiones. Era imposible saber si el acusado estaba arrepentido o simplemente intentaba engañarnos. Más importante aún fue la cuestión de la coherencia. Si la duda nos habría de servir de algo, tendría que surgir de la evidencia. La clave fue saber si el acusado era un agresor solitario o si había alguien más involucrado. Nuestra certeza tendría que provenir de la valoración de los hechos y no de las apariencias.

5

El enjuiciamiento

La fiscalía cargó al acusado de asesinato en “primer grado”. Esto implicaba premeditación con alevosía. La fiscalía agregó otros dos cargos: asesinato en “segundo grado”, lo que sugería falta de premeditación. El tercer cargo fue por delito de homicidio: muerte causada durante la comisión de un delito con arma ilegal y con extrema indiferencia hacia la vida humana. Emitir un juicio sobre estos cargos se basó en la intención. Cada miembro del jurado tendría que llegar a una aproximación de la verdad, y ninguna otra explicación razonable podría explicar la evidencia presentada en el juicio. El veredicto, por supuesto, tendría que ser unánime. La prueba de la participación directa del acusado era fundamental. La evidencia tenía que demostrar que el acusado había cometido el crimen. ¿Fue la muerte de la víctima el resultado de una legítima defensa o fue deliberada? La pregunta ante el jurado era si existían circunstancias fuera del control del acusado. ¿Cómo entraron en juego sus instintos y miedos con sus propias acciones? ¿Podrían los jurados diferenciar todos estos aspectos?

6

Testimonios

I

El clima de aquel julio fue abrumadoramente caluroso. El aire acondicionado en la sala del jurado era viejo y tan ineficaz como la del tribunal; la sala del jurado era aún más sofocante, particularmente entre los largos intervalos de los procedimientos de cada día. La habitación era apenas lo suficientemente grande para la mesa larga y sus 12 incómodas sillas. En este espacio reducido, era casi imposible para nosotros caminar, ir a la fuente de agua o incluso al único servicio disponible. Los recesos para el almuerzo eran muy anticipados. En los pocos días de brisa refrescante, pudimos abrir las ventanas, pero teníamos que aguantar el ruido callejero. En la sala del tribunal, no se permitían tales libertades.

II

A la tercera semana del proceso, el juez comenzó a ponerse de pie con los brazos cruzados sobre las caderas. Con cara de desconcierto, se daba la vuelta y se ponía de pie detrás de su silla, con la túnica negra medio desplegada y la corbata suelta. A veces, asumía lo que parecía ser una expresión meditativa con ambos brazos apoyados sobre el respaldo de la silla. Otras veces, se apoyaba con uno de sus codos sobre el respaldo de la silla. Una de sus manos sostenía su barbilla, dándole una cierta mirada de abandono. Para mí, semejante informalidad rompía con la monotonía del caso, como si lo ayudara a mantenerse despierto, apaciguándosele del calor embrutecedor.

III

El caso había estado bajo investigación durante siete años. Nosotros, los miembros del jurado, quedamos asombrados por la falta de cohesión de las acusaciones. Las declaraciones de los testigos no se correspondían en modo alguno con los alegatos del fiscal. De hecho, el caso de la fiscalía parecía estancado. Uno se preguntaba si había alguna justificación para dicho juicio. El único mérito del caso aparentemente fue el uso de la autoridad de un jurado para emitir un veredicto, ya fuese para descargo o condena.

IV

Según testimonio de la policía, el crimen fue el resultado del enfrentamiento de dos bandas rivales. Las edades de los pandilleros oscilaban entre los 12 y 40 años. La abogada del acusado proporcionó sus fotografías al jurado. Las fotos les mostraban en ropa costosa. Ambos grupos parecían lucirse, como si fuesen la fuente de orgullo del barrio. Cada grupo tenía sus propios signos de mano como lemas. Según la policía, la noche del asesinato las dos bandas se peleaban por su territorio en el tráfico de drogas. El acusado llegó a convertirse en el principal sospechoso dos años después de iniciada la investigación. Según uno de los detectives, el acusado buscó “joder” a los miembros más jóvenes de la pandilla adversaria, como una forma de establecer su propia autoridad sobre ellos. Se dijo que el motivo del acusado era también satisfacer la sed de venganza por haber sido “rallado” (desprestigiado) por ellos. El jurado consideró, sin embargo, que dichas intervenciones eran meramente subjetivas. Para nosotros los únicos hechos creíbles eran los de la lucha territorial entre ellos.

V

El primer testigo, quien tenía 13 años en el momento del asesinato, fue el eje de la defensa de la acusación. Había sido un amigo íntimo de la víctima y su proximidad al hecho le hacía valioso. Durante el transcurso de varios días de testimonio, dos oficiales le escoltaban vestido con un mono naranja, con grilletes en ambas manos y tobillos. Sólo le quitaban las manillas cuando se sentaba en el estrado. Por el abogado del acusado, supimos que el testigo había estado detenido durante dos años por un cargo de asesinato distinto. La abogada defensora le preguntó: ¿Está aquí hoy a cambio de indulgencia por la acusación que enfrenta? En desafío empujó los brazos y los hombros hacia adelante. Su actitud parecía evasiva, mientras la fiscalía se oponía a que respondiera. La pregunta fue retirada, pero el jurado no la olvidó. Su mano cubría parcialmente su rostro, especialmente sus ojos y nariz. Su cabeza se movía de un lado al otro. Señaló este al acusado mientras se frotaba la barbilla y le acusó de asesino. Sus declaraciones nos confundían al parecer mas bien manipuladoras. Se evidenciaba que él no había visto de dónde había provenido la bala. Sus acusaciones sonaban inverosímiles, como si hubieran sido ensayadas. Tenía un aire prepotente, exudando odio. Durante el examen de la fiscalía, reveló su conversión al Islam y afirmó que había llegado a ser mejor persona a través de las enseñanzas del Profeta. Para nosotros, sin embargo, su comportamiento era el de un malhechor impenitente. Su falta de sensibilidad insinuaba una vida delictiva e inmoral.

VI

El segundo testigo del fiscal hablaba en voz baja, pero su testimonio parecía vacilante. Según él mismo, había estado al filo de una horda. Se había formado un círculo alrededor de un encapuchado y la víctima. Cuando fue interrogado por la defensa, titubeó antes de admitir haber visto a otro compañero armado. Pero al final cedió. Recordó que otros pandilleros habían disparado al aire. Su reconocimiento del uso de otras armas explicaba los múltiples proyectiles de balas encontrados por la policía. Sin embargo, el origen de la bala que penetró el corazón de la víctima continuó siendo un misterio. No sabíamos qué había pasado. ¿Fue una represalia? ¿Estaba el tirador incitando a otros cómplices? No hubo respuesta, ni de este testigo ni del anterior.

VII

A pesar de que la abogada defensora trató de desentrañar la credibilidad de los dos testigos presenciales del fiscal, ella tropezó con sus propias palabras. No pasó desapercibida su afirmación de que el encapuchado podría haber llevado una pistola dentro del bolsillo de su sudadera. Pero, como nadie había afirmado todavía haberlo visto sacar un arma, su atención a este asunto parecía fuera de lugar. ¿Estaba tratando de negar la inocencia del hombre encubierto, mientras que al mismo tiempo parecía implicar a su propio cliente? No podíamos entender su propósito, ya que la identidad del encapuchado nunca se había aclarado. Para el acusado, su digresión fue intrascendente. Pero para nosotros, el jurado, dicho desliz aumentó la duda. Aún así, al final, la defensora logró refutar las pruebas reunidas por la policía.

VIII

La noche del asesinato, un peatón llamó la atención de un velador de vecindario sobre una conmoción callejera. El velador no hizo nada hasta que la policía llegó en sus autos encontrando el cuerpo del asesinado. La multitud alrededor de la víctima ya se había dispersado y ninguno de los vecinos hablaba de buena gana de lo que habían visto. El jurado se mostró consternado porque la orden de arresto se emitió dos años después del hecho. El abogado defensor enfatizó que, en el transcurso de esos dos años, la memoria del suceso en cualquier testigo seguramente se hubiera opacado. El abogado defensor argumentó: “… sólo señalar con el dedo a un presunto culpable, por el simple deseo de cerrar el caso, no debe considerarse probatorio en sí mismo”.

7

La evidencia

Como parte de nuestras deliberaciones solicitamos ver la evidencia en vídeo antes y después del tiroteo. Testigos habían afirmado que en la noche del asesinato el acusado fue a una casa de vecindad en busca de un arma, la cual compartían los miembros. Había dos cámaras, ambas con ángulos de visión bastante restrictivos. El vídeo era granulado: producto de cámaras de seguridad de baja resolución. No se incluía sonido alguno y las imágenes estaban entrecortadas. La cámara del vestíbulo mostraba a alguien bajando las escaleras para salir, vestido con una gorra de béisbol debajo de una sudadera con capucha. Sólo sus labios y barbilla eran visibles. Para nosotros el dilema fue cómo identificar a la persona. La mujer del jurado con el niño en casa enfatizó: “… esas facciones no eran de gran particularidad, podrían haber sido las de cualquiera”.

El crimen tuvo lugar a la medianoche. No había tráfico y la calle estaba mal iluminada. Por segunda vez, examinamos la cinta de la cámara exterior. Nos concentramos en el rodaje justo antes del suceso. La imagen era turbia y nos mostraba a la persona encapuchada saliendo del edificio. La espalda de la víctima era visible y su amigo estaba detrás de él. De pronto hubieron varios destellos de disparos, uno de los cuales ocurrió justo al lado de la víctima. El encapuchado estaba frente a la cámara claramente empuñando un revólver.

La evidencia balística mostró que la trayectoria de la bala provino de una distancia corta antes de ingresar al cuerpo de la víctima. Quizás el disparo vino de la posición del encapuchado, pero esto era tan sólo una suposición, y no sabíamos quien era él. Más importante aún, la policía no halló arma alguna. En resumen, los testimonios, el análisis y los relatos escritos nos resultaron inútiles.

8

La comunidad

Los miembros del jurado estuvieron de acuerdo en que no se podía confiar en los relatos de las bandas ni de los de la comunidad. Las dos bandas vivían en manzanas adyacentes. Plagada de drogas, la comunidad se había convertido en su propia víctima. La solidaridad se manifestaba como hostilidad, en mutua convivencia. Los asaltos eran generalizados, tanto en las calles como en los hogares. Madres, hermanos y hermanas se atacaban entre sí. La tasa de mortalidad era alta, lo que en sí mismo evidenciaba que la comunidad estaba sembrando las semillas de su propia destrucción. Rara vez algún adolescente estaba exento de robar o asesinar. Ningún programa social era de ayuda. Nos preguntábamos si sólo servíamos como agentes de retribución y venganza.

9

Justicia ciega

Desde los primeros días de deliberación, no estábamos seguros de si el acusado había tomado parte. En nuestro cuarto día, la joven que se había mostrado inflexible sobre la culpabilidad del acusado comenzó a vacilar. La mayoría de los miembros del jurado todavía pensaban que era inocente, pero cuatro insistían no estar convencidos. Cuanto más aceptaban los jurados sus propias limitaciones, más difícil resultaba formarse una opinión. La frase justicia ciega nos parecía más bien hiriente.

10

Unanimidad

La mayoría discutió con los cuatro opositores. Las tensiones escalaron con el termómetro. El calor del mediodía, la humedad y el ruido de calle se volvían cada vez más insoportables. Con las ventanas cerradas, encendimos el anémico aire acondicionado y nos asustaba más que nunca el no estar a la altura de la tarea. Nuestros desacuerdos nos llevaron al límite y nos pusieron los nervios de punta. Lentamente avanzamos hacia el acuerdo. Paso a paso, se hicieron concesiones. En el momento de la tercera encuesta, el moderador votó con reserva en contra de la condena. Mas, todavía habían tres miembros del jurado defendiendo con firmeza la condena. Nos dimos un minuto de silencio antes de emitir un nuevo voto. La decisión fue unánime por la inocencia. Nos preguntábamos estupefactos si habíamos presentado un veredicto injusto o si habíamos descarrilado el caso.

11

Anunciando el veredicto

Convocamos al guardia y le entregamos la funda oficial con el veredicto. Después de regresar a la sala, el juez nos encuestó individualmente. Impreso indeleble en nosotros estaba el rostro de la madre del niño asesinado. Desde el principio se había sentado sola en la esquina trasera izquierda al fondo de la sala. Su dolor contrastaba con el de la familia del acusado. Cuestioné las reacciones de los familiares. Me sentía inepto, e incluso de hecho insignificante. A partir de ese instante, mi entendimiento se evaporaba.

Anunciado el veredicto, un clamor estridente irrumpió en el tribunal. Los gritos de la madre del niño asesinado se disputaban con el regocijo de los del acusado. A fuerza de percutir su martillo, el juez exhortó a la sala que guardara silencio. Y clausuró agradecido por el servicio de los miembros del jurado. ¿Teníamos o no razón?, me preguntaba.

12

El azar de la verdad

La aleatoridad dominó a cada incursión del jurado. Recordé con temor el imperativo de mi padre de esconderse detrás de la ficción como si ello fuese instrumento de suficiencia.

El jurado inició el desalojo de la tribuna. Observé que el juez nos miraba con una leve sonrisa de comprensión, mientras nos dirigíamos hacia la salida. Caminamos hasta la sala de deliberaciones donde recogimos nuestras pertenencias por última vez. Nos trasladamos al ascensor en el extremo opuesto del palacio de justicia. Abajo nos esperaba la familia del exculpado quienes al acercarnos exultaban sus gracias a gritos ensordecedores. Su influencia había pervertido toda una vida, mas hecho triunfante, era una corrupción sin acabar.

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Epílogo

Terminado el teatro de confrontación, jurados, abogados, y testigos se convirtieron en actores de lo absurdo. Nuestro veredicto fue tétrico. Sin opciones, las ventajas y desventajas se habían enfrentado dejándonos vacíos. ¿Qué papel hacen el abandono y la oscuridad en la condición humana?, me preguntaba. Tal parece que la indiferencia a la verdad se convierte en la coraza de no ser juzgado.

Ricardo F Morín T

Ricardo F. Morín

September 3, 2020
1997

Es un hecho que la propia naturaleza del arte es la antítesis de la mercantilización; aunque, la lucha por la supervivencia, común a la humanidad, sea parte integral de la humanidad en si misma, y ciertamente, una característica implícita al arte como modo de definirnos. Tanto la seguridad y la respetabilidad, como la fama y el éxito tal parecen mas bien obstáculos a la expresión de comunalidad; y nuestras reacciones a los acontecimientos sólo pueden ser vistos por necesidad como el condicionamiento que cada uno requiere desintegrar al reconocerse como tal: Háblese de la noción del miedo o de territorialidad, de la propiedad o el nacionalismo, como influencias divisorias que cualquiera puede optar por desarraigar.

Nacido el 2 de Julio de 1954 en el seno de una familia de abogados de clase media en Valencia, Venezuela, vine a los Estados Unidos en 1972, naturalizándome ciudadano estadounidense en 2001. Mi interés por el arte surgió desde la primera infancia. Formalmente comencé, a los siete años en mi ciudad natal de Valencia, con estudios de dibujo en la Escuela de Bellas Artes Arturo Michelena. Más tarde en la adolescencia por dos veranos consecutivos comencé a integrar una formación en la pintura en el taller privado del pintor húngaro Lazlo Lenyel.

Después de completar el bachillerato en humanidades en el Colegio La Salle en 1972, mis padres me enviaron a estudiar a Estados Unidos cuando tenia 17 años de edad. Durante el año académico 1974-76 me registré en los programas de arte tanto en la Universidad Estatal de Nueva York, Buffalo, como en Villa Maria College (también en Buffalo). Aunque por un corto plazo en 1976 tuve que residir de nuevo en Venezuela, donde estudié de forma privada con el artista malagueño José Luis Montero, en 1977 regresé a Buffalo bajo la tutela de la profesora Herta Kane en SUNY Buffalo y James Jipson en Villa Maria College. Para entonces había comenzado a acumular un buen portafolio de trabajos. En mayo de 1976 realicé mi primera exposición individual: “Obras de Ricardo Morin” en Villa Maria College Gallery. En 1977 el Ministerio de Educación de Venezuela me otorgó una beca completa para la culminar un B.F.A. en SUNY Buffalo, donde me especialicé en pintura de estudio. A los 26 años de edad, me gradué summa cum laude en mayo de 1980. Antes de graduarme, la curaduría de mi exhibición de tesis “Buffalo Series 1979” https://www.ricardomorin.com/l-series-html/62.html fue dirigida por el conocido pintor Seymour Drumlevitch en la Galería Alamo de la Universidad Estatal de Nueva York en Buffalo. [2] https://www.ricardomorin.com/l-series-html/62.html

Ese mismo año en marzo de 1980 presenté una pintura abstracta no objetiva, Buffalo Series Nº 1, 1980, https://www.ricardomorin.com/l-series-html/53.html para el 38th Western New York Show en Albright Knox Art Gallery de Buffalo, la cual recibió el premio de pintura: Birge Wall Covering y el Reed Foundation Award. En junio de 1980, tuve mi segunda exposición individual, Buffalo Series 1980 en Hallwalls Gallery, Buffalo, NY. [3] https://www.ricardomorin.com/l-series-html/57.html

El año anterior, en la ciudad de Salzburgo, cuando asistí a los seminarios escenográficos impartidos por Gunther Schneider Siemsen en 1979 en la Internationale Sommerakademie für Bildende Kunst Salzburg, Austria (Academia Internacional de Verano de Bellas Artes de Salzburgo), recibí el premio Förderungspreis Leistung der Stadt Salzburg. Seymour Drumlevitch, mi entonces asesor académico en SUNY Buffalo, reconociendo mi madurez como pintor, recomendó me postulara para el programa M.F.A. el cual me ofrecía la Universidad de Yale, Escuela de Drama (Departamento de Diseño). Mi maestría en escenografía en Yale fue financiada por una beca completa del gobierno venezolano Gran Mariscal de Ayacucho. Un factor determinante para elegir una carrera como escenógrafo se debió en parte a mi confianza en que podría sobrevivir a las demandas de la escena artística de la ciudad de Nueva York si también tenía las habilidades comerciales correspondientes. Posteriormente, a la edad de 29 años, el grado fue obtenido secundi honoris en mayo de 1983.

En los primeros cinco años después de haberme graduado en Yale, inicié mi trabajo en la ciudad de Nueva York como escenógrafo en Off-off-Broadway con la conocida dramaturga-directora Irene Fornés https://www.nytimes.com/1986/04/17/theater/stage-lovers-at-intar.html y el director Max Ferrá https://www.nytimes.com/1986/02/12/theater/the-stage-la-chunga-by-mario-vargas-llosa.html en el teatro INTAR con buenas reseñas periodísticas en el New York Times https://www.nytimes.com/1983/04/17/theater/theater-dario-fo-s-about-face.html y otras publicaciones como el Village Voice sobre mi trabajo como diseñador. Complementaba entonces mis ingresos como asistente principal de diseñadores establecidos a gran escala en Broadway (Robin Wagner, David Mitchell, Tony Walton, Santo Loquasto, et al.). A los 34 años de edad, en 1988, logré obtener un contrato de arrendamiento para un taller ¨loft¨ en Tribeca dedicado a la pintura exclusivamente, donde continué elaborando grandes formatos. En 1988, también entré al programa “Artista en el mercado” del Museo de las Artes del Bronx, el cual culminé con un buen recibimiento de la critica en 1989 https://www.ricardomorin.com/l-series-html/32.html and http://m.bronxmuseum.org/aim/aim-fellowship. A partir de entonces, tuve mi primera exposición individual en la ciudad de Nueva York en la Galería Venezuela en East 51st Street en Septiembre de 1992. [5] https://www.ricardomorin.com/l-series-html/18.html

Debido al SIDA, tuve que pasar a la discapacidad en 1993 a la edad de 38 años. Lamentablemente esto significó renunciar a mi espacio de estudio en Tribeca. Creyendo que la atención médica sería en vano, elegí refugio con mi familia en Venezuela. Abandoné tanto la cobertura médica como todas las actividades comerciales anteriores. Sentí que solo las necesidades básicas requerían atención. Guiado por mi propia intuición, fui activo y expresivo en mi propio entorno, y la expresión visual llegó a ser el factor estabilizador en el proceso de convalecencia.

Entre 1993 y 1996 mi salud se deterioró bastante, pero comencé una serie de pinturas contemplativas titulada “Aposentos”. El segundo cuadro de esta serie, Aposento Nº 2 https://www.ricardomorin.com/l-series-html/11.html fue seleccionado para el “XIV Salón Municipal de Pintura: Homenaje a Carlos Cruz Diez, 1994”, Galería Municipal de Arte [Ayuntamiento, Maracay, Venezuela].

Mientras estuve en Venezuela, me ofrecí como voluntario para trabajar en servicios sociales en la Fundación Metaguardia, la cual había creado y dirigido. Metaguardia se formó como un centro de información y educación en Valencia para ayudar a las personas que padecían una enfermedad terminal, en particular, aunque no exclusivamente, a los que también eran indigentes. La fundación consideró la compasión y la cooperación como la forma más alta de inteligencia en apoyo de los afligidos. El objetivo era crear terapias que involucraran el concepto de una revolución psicológica a través de las artes, que fuera paralela a los servicios pro bono de los médicos quienes participaban. Aunque la fundación sólo duró aproximadamente dos años de 1994 a 1996 (esta no pudo sobrevivir a los problemas económicos del colapso de la economía de Venezuela), sigue siendo un tema de conversación en mis esfuerzos artísticos.

Con la llegada del cóctel antirretroviral en 1996, mi inmunidad era prácticamente inexistente. Aunque se había radicalizado en un estado de inercia, dicho estado me fortaleció con una interna sensación de paz y tranquilidad. Y fue así que regresé finalmente a Nueva York en diciembre de 1996 para adquirir los nuevos tratamientos disponibles, los cuales no hubiesen sido disponibles en Venezuela. Al poco tiempo de haber restablecido la cobertura médica y mejorado sustancialmente mi salud en la ciudad de Nueva York, busqué auxilio del Departamento de Recursos Humanos a falta de hogar. Estaba seguro que a corto plazo encontraría una vivienda. Pasé de un abismal hotel de transición llamado Paradise situado en el Bronx (por 3 meses en 1997) al igualmente abismal programa ¨Common Ground” del Hotel Time Square por 4 años hasta llegado el 2001, cuando hallé un digno apartamento donde he vivido hasta la actualidad. Conseguí seguir pintando en todos los espacios disponibles. Entre 2002 y 2003 asistí al Art Student League. Al poco tiempo a la edad de 46 años tuve la fortuna de encontrar la relación mas significativa, mi compañero de vida, en el año 2000, con quien he convivido hasta el presente, mientras convertí por un periodo de 11 años su apartamento en un taller de pintura laborando hasta finales del 2012.

En septiembre de 1998, ayuda había llegado a través de la organización Visual AIDS de Nueva York, que estuvo a cargo de la curaduría de una exposición individual/doble, la cual estaba basada en retratos en acuarelas y óleos junto con otro miembro, Nicolo Cataldi, en la Iglesia de San Marcos de Nueva York. También he tenido numerosas oportunidades de participar en exposiciones colectivas, tanto en espacios alternativos como en la web, una de estas: Exhibit “In the Flesh”, comisariada por el artista de Hong Kong Jo-ey Tang, febrero de 2009, donde se refirió a mis pinturas de principios de los noventa como “cartas de amor a la ciudad de Nueva York”. Aunque fueran pequeñas muestras de apoyo, recibí subvenciones de materiales de Visual AIDS en diversas ocasiones durante el curso de siete años.

En 2000 recibí una Beca de Rehabilitación VESID que incluía software de alta gama y un equipo de alta capacidad para proyectarme profesionalmente con un certificado en Maya (software digital relacionado a un entorno tridimensional digitalmente sumergible) del Centro Avanzado de Aplicaciones Digitales de la Universidad de Nueva York, así como un certificado en Auto-Cad de la Escuela de Continuación de Estudios Profesionales de la Universidad de Nueva York. El compendio de dichos estudios, el equipo y softwares subvencionados me han permitido utilizar la computadora como un medio alternativo a la pintura, lo que se refleja particularmente en mi Serie de Interacciones Platónicas 2006-09 https://www.artmajeur.com/en/rfmorin/artworks?page=5. Entre 2000 y 2003 también utilicé la computadora en combinación con la acuarela y el dibujo manual para explorar la naturaleza del infinito como concepto visual, reinterpretando miniaturas persas del siglo XV, deconstruyéndolas y reconstruyéndolas como un solo movimiento de expresión en la confluencia de lo abstracto y geométrico. https://www.ricardomorin.com/06_paintings_html/13.html

De 2003 a 2005 amplié cuestiones relacionadas con perspectivas que sintetizan conceptos de espacio pictórico sobre el infinito. El proceso de geometrización del gesto se convirtió en la base de mis pinturas, que equiparé con alcanzar un infinito personal: el misterio y la poesía en el drama individual de uno. Desde 2005 hasta 2012, como profesor adjunto en el Manhattan Pratt Institute, impartí un curso titulado Pictorial Perspective. Habia creado dicho curso como un estudio de las metodologías del dibujo perspectivo desde el Renacimiento hasta el presente, dedicado a estudiantes de arquitectura y diseño: donde el enfoque era el infinito como forma de arte.

Durante el periodo 2006-2009, entró en vigor un Manifesto de la Serie Triangulación del cual comparto el siguiente extracto: https://ricardomorin.wordpress.com/2008/12/08/declaracion-de-ricardo-morin-editado-por-billy-bussel-thompson-profesor-emerito/

… la abstracción / plasticidad pictórica expresa tanto en forma como en contenido un tipo de arte que va más allá del mundo material de los signos. Elijo la proporción áurea 1 = 1618 como formato consistente para la abstracción no objetiva, que es claramente inherente a la congruencia infinita [una manifestación común a todas las metodologías de perspectiva conocidas], para expresar un diálogo sobre la fluidez del vehículo de la pintura y su geometría. Al mismo tiempo, establezco una triangulación del plano desnudo del lienzo que reafirma su naturaleza paradójica como objeto: en cuya planitud pongo en juego de suspensión la profundidad espacial ficticia de las formas expresadas en él. Aunque en mi interés visual esté inmerso en la estética del siglo XX, no me esfuerzo ni por un movimiento histórico específico ni por la agenda posmodernista. Simplemente, considero hacer arte como un producto “carnoso” de la experiencia humana, resultado de la propia pasión. Así como la idiosincrasia del individuo, indivisible por naturaleza, sea ciega a la causalidad, un marco estético abarca todos sus sentidos y la imagen es sólo el resultado o residuo. No objetiva, atemporal o incluso existencial —en este sentido— la imagen o Kunstgegenstand no busca explicar cuál sea el significado de la experiencia; más bien, la imagen se manifiesta, provocando la interpretación del observador. El trabajo terminado se destaca por sí solo como una concentración de múltiples capas. Cada uno de los numerosos estratos es esencial para la integridad total. Pueda haber una sensación de movimiento multidireccional en cada una de las obras, el cual perciba la mirada del espectador a través de las formas delineadas, donde se asoman entrelazamientos de trazos y arabescos. El espectador se queda, espero, con un sentido de completitud generativa de las obras en un universo que se hace y se rehace a sí mismo. https://www.ricardomorin.com/Triangulation_Series.html https://www.ricardomorin.com/Link_Drawings.html

Después de completar quimioterapia en 2008 para el linfoma Non-Hodgkin’s [asociado con el SIDA], comencé a sufrir trastornos musculares sistémicos, que me impedían estirar mis propios lienzos. Habiendo explorado ya el formato de lienzo colgante al estilo de pergamino chino como una alternativa a los formatos de estiramiento en mi Serie de Triangulación de años antes, y llegué a comprender cómo se comportaba el material y su aplicación en sus términos más simples, así como cuáles eran las limitaciones del medio en lo relativo a mis propias limitaciones físicas. Me di cuenta de lo poderoso e inteligente que era el “silencio” en comparación con todo el ruido y la cacofonía visual del mundo tangible en general. Consciente de esta energía vibrante, de su vitalidad, como espejo de la apercepción o de las percepciones de la realidad, en absoluta quietud, fue entonces cuando la simplicidad incidental del medio y mi propia concepción de la forma facilitaron mi mas profunda empatía por la naturaleza del silencio como tema.

Entre 2009 y 2010, comencé a trabajar en la nueva serie actual de pergaminos colgantes, Metaphors of Silence. Un extracto de su manifesto audio-visual dice lo siguiente: https://ricardomorin.wordpress.com/2010/11/24/metaforas-del-silencio/

La verbalización de una realidad estética implica su propia muerte; no importa cuán precisas sean, la precisión misma de las palabras resiste la magnitud de esa realidad. Ver la actualidad del arte nunca puede tener lugar si nace en un espíritu fragmentado por la ilusión de fórmulas novedosas, encerrado por la gratificación o la condena, el placer sostenido por el pensamiento: la avaricia de un observador prejuicioso; ni se deriva de un estímulo excéntrico contradictorio para llamar la atención, sino que se encuentra en el espacio abierto del silencio, en la quietud virtuosa de una contemplación meditativa, en la libertad misma de lo conocido, libre de observar con un mayor atención, donde las preguntas son innecesarias y las respuestas trivializan la observación misma. Esta estética no es producto de la experiencia, ni de la asociación con el pasado ni de la búsqueda de una audiencia, ni producto de un mercado imperante. Estos fluidos ni siquiera son conscientes o inconscientes; no propagan un esfuerzo de realización ni son el producto de un ritual egoísta y vano de elección. Estos fluidos son manifestaciones comunes a todos nosotros, aquello que nos define más allá de las ideas y las palabras, aquello que opera creativamente sin depender del ruido del conocimiento, aquello que no se adapta a medidas o etiquetas, donde la oscuridad misma permite la propagación de su vitalidad. energía para empujar más allá de la esclavitud de lo conocido. Es creación en el vivir, el propio despertar y la renovación en cada relación, si uno quiere unirse a todo el movimiento de la vida.

En el curso entre 1997-2012, colaboré en un proyecto experimental de investigación en arte y antropología con el Dr. Andrew Irving de la Universidad de Manchester. Con el apoyo de una subvención de la Fundación Wenner Gren titulada “New York Stories” – ver descripción completa en el enlace Biografía en “Proyectos”. https://www.ricardomorin.com/Bio.html. Mi papel colaborativo con el Dr Irving era definir, en un enfoque cronotópico, un viaje biográfico que está asociado con la naturaleza del silencio y su impacto en el sentido de humanidad. El libro del Dr Irving The Art of Life and Death: Radical Aesthetics and Ethnographic Practice (El arte de la vida y la muerte: Estética radical y practica etnografica) fue publicado en 2017 por Hau Books, Chicago https://haubooks.org/wp-content/uploads/2017/12/Irving_Art_of_Life_and_Death.pdf

En base a nuestros diálogos en el capítulo III, Observaciones sobre la naturaleza de la percepción, pp. 119-146) el Dr Irving comenta:

Para Ricardo, el término Arte Outsider a menudo denota un prejuicio hacia las personas que se percibe como plagadas de algún tipo de deterioro de la salud física o psicológica. Como tal, tanto los medios académicos como el establecimiento artístico tienden a dividir el arte sobre la base de su importancia cultural o a través de un prejuicio subyacente, el cual Ricardo sugiere que evoluciona de acuerdo con las demandas del mercado. Otro término es el Arte Folclórico, el cual se considera como referente al arte de las colonias o al patrimonio cultural de una nación, y se asocia con ideas de raíces compartidas y experiencias vividas. “¿Son estos términos de alguna manera similares o diferentes de los temas involucrados en el arte producido durante la lucha por la enfermedad crónica o terminal?” Ricardo preguntó después de leer este capítulo, “y si bien la noción de reciprocidad es esencial para comprender la condición humana compartida, ¿puede también ayudar a expandir la sensibilidad sobre la comprensión de la expresión humana en un contexto científico interdisciplinario, limitado por la miríada de circunstancias que pueden envolver el patetismo humano además de la biología?, ¿ya sea en la supervivencia sociológica para encajar o como un esfuerzo por sobrevivir terapéuticamente a una enfermedad crónica o terminal? ” La respuesta y el análisis de Ricardo continuaron:

Hay una gran inteligencia en los esfuerzos creativos que realiza la mente humana para sobrevivir a cualquier circunstancia. Además, es innegable que el dolor corporal y el dolor mental son omnipresentes en la vida, ya sea por privilegio o por alienación. Los conceptos lógicos de la ciencia cognitiva con promedios, clasificaciones y algoritmos no tendrán otro propósito que proporcionar una mera aproximación para comprender la complejidad de la expresión humana, su diversidad, heterogeneidad y naturaleza inenarrable. ¿Podemos realmente llegar a comprender las formas en que los diferentes modos de expresión interior, como los diálogos interiores en curso de las personas, los estados de ánimo no articulados, los mundos de vida imaginativos y las ensoñaciones emocionales, permanecen ocultos bajo la superficie de las actividades públicas y, por lo tanto, ocultos de la investigación? En última instancia, lo místico sobre el ciclo de la vida y la muerte puede que no se dilucide con un enfoque táctico, sino a través de una profunda introspección que es muy difícil de articular.

El Dr Irving explica:

Las camas y las sillas https://www.researchgate.net/figure/Self-portrait-in-a-chair-by-Ricardo-Morin-1998-oil-on-canvas-Reproduced-by-permission_fig17_331629358 suelen ser lugares dinámicos de pensamiento, expresión y memoria para las personas quienes viven con períodos prolongados de enfermedad, cuyo pensamiento se extiende libremente por el pasado, el presente y el futuro. Las personas siguen siendo seres que piensan y hablan incluso cuando están acostadas o sentadas en silencio durante largos períodos y pueden estar negociando cuestiones críticas, dilemas y decisiones con respecto al tratamiento, el trabajo o la fe y participar en corrientes emergentes de diálogo interior, pensamiento y emoción.

Fue durante este estado, que Ricardo describe como uno de “alta inercia” que llegó a reconocer la simplicidad, el poder y la estética del silencio, especialmente “cuando se compara con todo el ruido y la cacofonía visual del mundo tangible en general”. Por supuesto, un silencio nunca es simplemente un silencio. Los diferentes días están mediados por diferentes silencios; un silencio incierto, un buen silencio, un silencio heroico, un silencio surrealista, un silencio doloroso. Un silencio puede contener los rostros de las personas más cercanas a ti, pensamientos suicidas, imágenes del mundo exterior, ensoñaciones y proyectos de vida orientados al futuro.

Entre sus analises, Irving comenta en este capitulo:

• Aunque las cualidades estéticas y materiales de cada obra de arte se puedan explicar en términos de cómo las vías del cerebro responden a ciertas frecuencias de color y luz, o en relación con la teoría cultural, la historia del arte y el simbolismo, estas siguen siendo explicaciones ineficaces a menos que las experiencias corporales y existenciales de la persona y sus circunstancias se incorporen a ellas. Las imágenes no existen independientemente de un cuerpo que percibe y del mundo vital que las acompaña, constituido a través de la experiencia, la emoción y la sensibilidad estética.

Más tarde le escribí al Dr. Irving después del lanzamiento de su libro:

Mucho ha sucedido desde los días en que entablamos un diálogo sobre estética en relación a la negociación entre contingencias en el posible final de la vida. Esto parece resumir el tema central, abriendo el camino a nuevas investigaciones sobre la psicología del final de la vida.

Comprendí lo variable o cambiante que era nuestra percepción de la vida, cuando la muerte dejaba de ser una amenaza, particularmente en esos momentos en los que nuestra vida diaria, de repente, aparentemente, se volvió productiva, con más actividad. Y así fue que se pudo aceptar cada momento que nos renovaba día a día. En mi caso, luego de 10 años siguiendo nuestros diálogos, y en remisión por cáncer, sobreviviendo la necrosis avascular, bilateral de caderas, e incluso después de la cirugía de revisión para recuperar la atrofia muscular resultante de la primera artroplastia de cadera.

Escribiendo blogs y metiéndome en el activismo, e incluso en la continuación de mi arte visual, entendí que no era que uno quisiera ser autocomplaciente: si la medicina venía al rescate, o si el destino le permitía sobrevivir a lo prometido. para ser un fin, ¿cómo podría haber vanidad en dicho reconocimiento?

Incluso si enfrenté la adversidad, la mía y la de los demás, no pude evitar sentirme bendecido en medio del amor y la compasión que compartían quienes nos rodeaban. La muerte parecía ser claramente el mero ciclo de la vida, manifestado incluso cuando uno duerme, cuando uno se eleva conscientemente por encima del dolor del pasado, no por ningún esfuerzo u obligación, sino porque uno puede sentirse indiferente a todo conocimiento, incluidos aquellos significados de naturaleza religiosa.

Llegado el momento, uno finalmente se siente vacío para poder recibir y llenarse nuevamente. El acto de negociar ya no está presente, no hay negociaciones, no hay amenaza ni recompensa en el futuro, y lo viejo ya no está bajo el radar.

Quizás uno se familiarice tanto con la proximidad a la muerte, que ya no sea relevante; pero uno reconoce el no tener sentido temer a la muerte; porque uno se ha dado cuenta de que la muerte es solo una parte de nuestra vida diaria: en la ausencia de toda comparación o distinción como hubiera dicho Jiddu Krishnamurti en sus enseñanzas.

Esta quietud interior, y ese silencio no se pueden filtrar de ninguna aspiración, ya que la humildad no puede ser el resultado del deseo. Se haya por mera casualidad si tenemos amor.

A partir de 2015 hasta el presente a la edad de 66 años, paulatinamente he asumido una perspectiva de vida sin el enfoque de producir arte. La pintura es sólo una parte de mi vida. La vida tiene mucho más que ofrecer en la simplicidad y sin propósito alguno. Me dejo llevar por la vida misma sin tratar de controlarla. Hoy en día no tengo ningún otro interés que vivir y disfrutar de la vida, de mantener y mejorar la buena salud para que sea estable, disfrutar de los lazos familiares y las amistades, la lectura como la escritura, la comunicación en todo sentido, no solo lo visual.

Para ser un verdadero artista, pienso sea necesario primero nadar en el anonimato, lo contrario a la sed de buscar atención. Uno no está completamente entero, permitiéndose estar atado a los deseos o a la ambición, sujeto a la dependencia o a la conformidad. Uno puede ser fiel a sí mismo dondequiera que la vida le lleve.

VENEZUELA: Una Globalización Tiránica

September 1, 2019

Estamos presenciando cómo la relación cambiante entre las naciones está afectando el orden global, incluyéndose un nuevo balance de poderes frente a los Estados Unidos.

Si bien el régimen xenófobo de Donald Trump se está aislando cada vez más de las relaciones mundiales, al abandonar los principios democráticos internacionales, y disminuyendo la supremacía del mercado global liberal; las fuerzas ideológicas fascistas detrás de la red del crimen transnational (bajo el manto del comunismo internacional del siglo 21), se impulsan en reacción con nuevas actitudes hacia la gobernanza global: desde las mafias rusas de Putin que representan una amenaza a la seguridad de los países europeos y latinoamericanos hasta la propia agenda expansionista de China en Asia y Latinoamérica, a lo cual se agrega la misma injerencia rusa en las últimas elecciones presidenciales de los Estados Unidos en el 2016, así como habrán de ocurrir en futuras elecciones.

En Latinoamérica se busca la promulgación de una gran patria, que está siendo codificada por Rusia y China conjuntamente con representantes islamistas radicales ubicados en el propio patio trasero de los Estados Unidos–y supuestamente a favor de Rusia: en México, Cuba, Honduras, Nicaragua, República Dominicana, Venezuela, Bolivia, Uruguay, etc. Se trata de una estrategia de unificación que forma parte de lo que la campaña globalista del comunismo internacional llama la búsqueda de una utópica Patria Grande o Gran Patria: Una travestía del significado de nación donde al igual que Cuba se reduce la libertad del individuo a la lucha por su supervivencia mediante la sumision. Su objetivo es convertir a la nación en un súbdito maleable, y que su subsistencia dependa de su nivel de cooperación: o sea destruir la integridad democrática para crear esclavos dispuestos a dar la vida por la Gran Patria.

Es bajo su propio riesgo que la actual administración de EE. UU. permanezce desconectada de la idea de toda intervención militar, solo para hablar de diálogo o sanciones destinadas a imponerse sobre las mafias que gobiernan países como Venezuela y Cuba, Nicaragua, Honduras y Bolivia; o a invocar el Tratado Democrático Interamericano acordado por la ONU y la OEA, como si estas tímidas medidas pudiesen prevenir el genocidio de las mayorías disidentes.

Sabemos que las políticas domésticas de Trump son consistentes con su política internacional de aislamiento, lo cual a nivel constitucional se ha convertido en una distracción sobre sus propias deficiencias como presidente de la nación más poderosa del mundo, y más grave aún existe la posibilidad de que sea reelegido gracias a un ciego apoyo de la ultra derecha electoral.  Es muy dudosa la posibilidad de que Trump puediese alcanzar un mayor poder político en un segundo mandato para actuar de manera más perniciosa en el ámbito internacional.  Si ello sucediera, la probabilidad de que Estados Unidos se debilitase aún más serla mucho más probable.

Mientras tanto, es un hecho que las instituciones gubernamentales de Venezuela ya se han derrumbado y, por lo tanto, la autonomía de su Estado ha dejado de existir, ocupado por Estados truhanes como Cuba, Rusia y China, con su presencia militar; quienes a su vez son ayudados por paramilitares locales y grupos guerrilleros de Colombia (La FARC y el ELN), así como los grupos radicales islámicos chiítas, denominados como Hezbolá, asi como otros grupos ungidos por los ayatolás de Irán y Siria.

Mas trágico aún podría ser que a partir de la explosion demográfica mundial de musulmanes de hoy en día, podamos predecir un posible resultado distópico, uno que sea difícil de articular a riesgo de ser discriminatorio o políticamente inadmisible. Del mismo modo que los musulmanes en el Medio Oriente están comprometidos en una alianza con las fuerzas del ejército ruso y la inteligencia de Putin, para servir como instrumentos desestabilizadores en la expansión rusa y su silenciosa guerra de ocupación del mundo occidental, al mismo tiempo, la discriminación de los musulmanes en la China y la India solo sirve para erradicar cualquier lealtad ilusoria con quienes no sean musulmanes. Esta discrepancia persistirá en todo caso, y podría ser contraproducente al envalentonar un mayor radicalismo y terrorismo de lo que ya hemos visto en todo el mundo, hasta que finalmente se convierta en una abrumadora masa crítica de musulmanes persiguiendo infieles en cada rincón del orbe.

Destrucción de Iconos Ancestrales

September 20, 2009

El arte de los cazadores-recolectores, aborígenes australianos, desde los principios de los Setenta, se ha difundido no sólo desde el punto de vista antropológico, sino a través de su comercialización, rompiendo así el revelador paradigma de ocultamiento inherente a su cultura. Como tal, la iconografía de sus rituales y expresiones corporales de carácter temporal, así como de los dibujos en la arena no permanentes -derivados de la comunión con la naturaleza – se han traducido en un nuevo protocolo de objetivación destinados a la pintura en madera contra-enchapada o murales permanentes sobre laminados de metal, con la expresa intención de colmar la curiosidad de un público externo: un proceso, que viola su confidencialidad a través de su mercantilización como objetos de arte.

Con pocas excepciones, ciertamente bien recibidas por sus inocentes productores, el secreto de las iconografías ancestrales se ha transferido a objetos preciosos de pinturas al acrílico, las cuales se difunden o se transgreden al ser publicadas inevitablemente por coleccionistas occidentales, introduciendo así una, no tan inesperada, consecuencia de un dilema.  Hablamos de un dilema que erosiona los protocolos indígenas de iniciación, tal como la narrativa de sus iconografías los obligan a verse y comprenderse a si mismos. Evidentemente, no es suficiente aislar una indeseada difusión Occidental fuera de los ojos de los aborígenes en la confluencia de una comunidad global.

Ya no es posible mantener la parte de los rituales de iniciación que forman parte del ciclo de competencias comunales de sus tribus, mientras que sus objetivadas iconografías se apropian o se hayan atrapadas y consignadas entre la curiosidad pecuniaria y la atracción del coleccionista extraño. En el esfuerzo para apropiarse con el mérito, supuestamente derivado de la admiración, una cultura ancestral se daña con la fuerza externa que consolida su influencia adversa y dominio sobre comunidades nativas en lugar de una simple conservación del acervo cultural indígena.

Una influencia disruptiva se impone sobre el frágil equilibrio ecológico de estas culturas por las destructivas potencias colonizadoras planteadas por investigadores y sus acólitos, antropólogos e instituciones de financiamiento, coleccionistas y sus séquitos de propaganda, así como por insensibles gobiernos locales los cuales están tan hambrientos de  atención internacional, quizás en un concepto mal entendido de  expiación de sus potencias colonizadoras.

RM

Sept 20, 2009

Un Diálogo Sobre la Verdad y Belleza

May 3, 2009

 

MN> La película Mi Cena Con André fue cancelada recientemente en Caracas.
RM> Esta es casualmente uno de mis películas favoritas de todos los tiempos.
MN> También hay “Alas del deseo” (Der Himmel über Berlín); ellas  se pueden ver aparte, pero con alguna connección…
RM> Por haber tenido un profundo impacto durante los años Ochenta, llegué a adquirir ambas películas en formato DVD;  me acabas de recordar verlas de nuevo, tal como si tratara de volver a leer un buen libro. Por cierto, estos días busco una mejor comprensión sobre la percepción mediante la lectura de innumerables publicaciones escritas por J. Krishnamurti [Krishnamurti Foundation of America].

MN> ¿Has leído las obras de Osho Rajneesh? ¿O sobre G.I. Gurdjieff?  Hay  otra película interesante: Reunión con Hombres Notables de Peter Brook …
RM> Tan solo entiendo que en ambos casos al imponer su liderazgo o su metodología ellos en efecto han eclipsado la búsqueda de la verdad.
MN> Eso pueda ser correcto, pero la información tiene que ver con  métodos para aumentar la conciencia… el Sufí y los nuevos movimientos Hindúes … Otras observaciones de interés se encuentran en el libro de Powels Gurdjieff. También existe un enfoque muy interesante para el conocimiento de Ouspensky en sus Fragmentos de una Enseñanza Desconocida…


RM> Pongo en duda cualquiera quien pretenda el logro de la verdad a través de una técnica, un método o un sistema, una creencia o un dogma; por que de tal modo él o ella sucumbe a la división.  Por mucho que admire a Krishnamurti, aún así, no persigo ninguna autoridad:  ni la de Jesús, ni la de Mahoma, ni la de Buda y ni mucho menos la de un Ashram o famoso Gurú.  Me parece útil recordar una cita del mismo J.K. que viene al caso: “La belleza (o verdad) está en el mismo experimentar, no en la experiencia del pasado.  Pues la realidad no tiene un punto de descanso.”  El entendimiento que saco de ello es que nuestro pasado colectivo no le pertenece a nadie, aunque pueda su conocimiento ser muy útil para establecer sus límites.
MN> Sí, el camino es el que adopta una mente sola; comparto la misma perspectiva acerca de la libertad.  Solía decir a mis amigos que yo era un hombre sin nacionalidad ni héroes… o quizás no sólo era yo, un tanto ‘enfermo mental,’ pero tal vez, ‘socialmente discapacitado’.  Es muy agradable comunicarme contigo.  En raras ocasiones, se tiene un verdadero diálogo.
RM> Creo haz querido decir no estabas inclinado al gregarismo, a diferencia del ser socialmente discapacitado o insociable.  Si bien la discapacidad en términos de sociabilidad equivalga a la incapacidad de compasión; te veo, todo lo contrario,  como un ser humano compasivo.
MN> Cierto. Gracias por tu gentileza.
RM> ¡Consérvate bien!
MN> Y usted también amigo.  Hablaremos pronto.