Archive for the ‘Sobre la Percepción y la Interrelación Humana’ Category

«Morín + Tortolero»

January 19, 2022

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Reconocimientos

Reconozco los aportes brindados a lo largo de ocho años por mis hermanos Alberto José, Andreína Teresa, Bonnie María Teresa y José Galdino, a quienes agradezco por salvaguardar la memoria de la familia. También doy las gracias a nuestro primo Eduardo Morín Brea, hijo de nuestro tío Calixto Eduardo Morín Infante, por su resumen biográfico de la familia Morín. Por igual debo al tío Calixto Eduardo su guía al inicio de mi estudios universitarios en los Estados Unidos. Como a él, debo a mi padre José Galdino Morín Infante los alicientes que lo hicieron posible allí. Asimismo manifiesto mi gratitud y afecto hacia nuestra madre por su calidez y optimismo. De igual manera honro a todos los primos y tíos tanto de la familia Morín como de la familia Tortolero, quienes ayudaron con la investigación genealógica. Estoy especialmente endeudado con Ala Gaidasz Salamaja de Tortolero, viuda del hermano de nuestra madre, Federico Tortolero Rivero, y con su difunda hermana Lina Angelina Gaidasz Salamaja de Pystrak. Y por final, digo gracias por el apoyo de mi amigo y editor más leal, el profesor emérito, Billy Bussell Thompson, Ph.D.

Ricardo Federico Morín , Fort Lauderdale, enero 20, 2022 .

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Dedicado a mis hermanos y hermanas

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Capítulo 1

El inexorable paso del tiempo

“¿Cómo hace uno un viaje en el tiempo a manos de sus antepasados? En cierto modo uno viene a hacer el papel de su guardián.”

Ricardo F. Morín

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La diversidad genética es innata a la condición humana. La figuración de que unos animales sean más diversos que otros es una interpretación tan limitada como subjetiva. La forma más adecuada de ver nuestros orígenes sería como lo describía un amigo andaluz: “. . .es como buscar parientes de todo el mundo”. Ciertamente, busco enmarcar las historias de mis padres a través de sus antepasados, para desarrollar una biografía, la cual vaya más allá del mero listado de fechas y lugares a definir los posibles vínculos entre costumbres y modos de pensar. Mas no puedo decir adónde me llevará esta narración.

Hace unos años, me hice una prueba del ADN a través de Ancestry y 23andme. Los resultados mostraron que el 40% de los marcadores eran de origen español y portugués. El 60% restante eran no ibéricos: de Europa, África y del Nuevo Mundo.

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Capítulo 2

Hacer conciencia

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Conocernos a nosotros mismos implica la necesidad de comprender las influencias que afectan nuestra conciencia: de quiénes somos y de dónde venimos. Aunque estamos limitados a corto plazo—en su comprensión, porque no tenemos un control absoluto de nuestras facultades. Es importante, más que nunca en la historia humana, conocer nuestros orígenes hasta donde podamos. La noción del autoconocimiento es una necesidad intrínseca e ineludible. ¿De qué otra manera podemos reflexionar sobre nuestro carácter humano, tanto sobre nuestras imperfecciones como sobre nuestras aspiraciones, si no distinguimos entre variabilidad y naturaleza cambiante?

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Capítulo 3

Etimologías y toponímicos

“El estudio etimológico científico moderno se basa en los métodos y hallazgos de la lingüística histórica y comparativa, cuyos principios básicos fueron establecidos por lingüistas durante el siglo XIX”.

Encyclopedia Britanica, 2021. Traducción mía.

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La comprensión de la etimología de los nombres propios y sus ubicaciones geográficas se derivan de la lingüística comparada, como una forma de clasificar a las personas en grupos, por ocupación, lugar de origen, clan, parentesco, adopción y características físicas.

El apellido Morín deriva del francés antiguo Moré, apodo del ‘moro’ o moret. En sus formas diminutivas significa ‘negro’ o ‘marrón oscuro’, o un bereber del noroeste de África. El término fue utilizado por los europeos cristianos para designar a los habitantes islámicos del Magreb, la Península Ibérica, Sicilia y Malta durante la Edad Media: El término moro se aplicó indistintamente a árabes, bereberes e íberos arabizados. El apellido Morín se asoció con los moros de España. En el siglo VIII los árabes entraron en la Península Ibérica y permanecieron como fuerza política de algún modo hasta 1492, con la caída de Granada. El apellido Morín se encuentra principalmente en la provincia de Santa Cruz de Tenerife en las Islas Canarias, y en menor medida en Madrid y Salamanca.

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El apellido Tortolero proviene de la región de Lombardía. El término parte de la denominación dada a las palomas del género Columbina, “tórtola” o “tortolita”, que proviene del latín turtur, probablemente una onomatopeya. Desde sus orígenes en la antigüedad, el nombre Tortolero era asociado con la mitología divinatoria por su habilidad de enviar mensajes, entre otras cualidades, y se les designaba a aquellos que por oficio criaban tórtolas: Un tortolero en cierto modo era también un místico. En España el principal asiento del apellido Tortolero es Andalucía, originario de Écija. Los Tortolero se extendieron por el Nuevo Mundo, especialmente México, Venezuela y Puerto Rico.

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Capítulo 4

Orígenes

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Como muchas familias criollas, de ambos apellidos, Morín y Tortolero, encontramos documentación desde la Inquisición en adelante. En 2015, el gobierno español ofreció devolver la ciudadanía a las familias que la habían perdido por expulsión forzosa.[1]

La familia Morín, comerciantes canarios, se instaló en Caracas en 1745. Durante el período colonial, sus descendientes trabajaron como ganaderos, y luego, después de la Independencia (1821), sirvieron en el ejército federalista luchando contra varios caudillos.

Los Tortoleros, en cambio, según María Teresa Tortolero Rivero, se remontan al Toledo del siglo XIX. El apellido Morín se puede rastrear a través de documentación en la Biblioteca Nacional de Venezuela y de registros eclesiásticos tanto en el estado Guárico como en el Distrito Capital de Venezuela. Antes de su llegada a Venezuela se desconoce el oficio de la familia Tortolero, pero luego trabajaron como cañeros y cafetaleros en Altos de Reyes.

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Capítulo 5

Familia Morín

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En 1813 el cuarto tatarabuelo paterno, el “bachiller” José Calixto Morín Fuentes era párroco de Lezama de Orituco (fundada en 1688), hoy Altagracia de Orituco en Guárico [2]. Su esclava María de Los Santos fue la cuarta tatarabuela de la familia Morín. Ésta le dio dos hijos a José Calixto, quienes, según las actas de bautismo, fueron emancipados por él. Uno de sus hijos fue nuestro tercer tatarabuelo, Críspulo Morín. De la unión entre Narcisa Landaeta y él, nació Venancio Antonio (1843-1929), conocido como El Tuerto. El bisabuelo Venancio Morín Landaeta fue un general federalista perteneciente al régimen Azul.

Venancio Antonio Morín Landaeta se casó con su prima hermana Andrea Fuentes Ramírez en 1870. De esta unión nacieron siete hijos: Luis Ramón, Críspulo, Jesús Antonio, Venancio, Sofía, Catalina y José Calixto. Salvo nuestro abuelo, José Calixto Morín Fuentes, todos sus hermanos fueron abogados. José Calixto estudió música; se desempeñó como director de orquesta en Altagracia de Orituco y fue compositor de valses y otros géneros.

Posteriormente, de la unión de José Calixto Morín Fuentes (1892-1967) y Domitila Infante Hernández (1892-1985), nacieron nueve hijos: Calixto Eduardo (farmacólogo y filólogo), José Galdino (abogado y Doctor en Ciencias Políticas), Jesús María–apodado Chucho–(educador y funcionario ministerial), Sofía del Carmen (asistente del director general de la Biblioteca Nacional de Venezuela), Venancio Enrique (comerciante), María Josefina–apodada Pipina–(ama de casa), Luis Eduardo (abogado), María de Lourdes–apodada Malula–(secretaria de colegio) e Isaura Inés (ama de casa).

La familia Morín Infante vivió en Altagracia de Orituco hasta 1944. En ese año, José Calixto Morín Fuentes fue habilitado al puesto de miembro de la Banda marcial de Caracas. Dos años antes, el hijo mayor Calixto Eduardo (1917-2000) y José Galdino (1920-1997) eran estudiantes de la Universidad Central de Venezuela. Calixto Eduardo se hizo cargo de su hermano a pedido de José Calixto, a quien le preocupaba lo difícil que era disciplinarlo. José Galdino y Calixto Eduardo se habían alojado con su tío Luis Ramón Morín Fuentes, hermano mayor de su padre José Calixto. Durante este tiempo José Galdino sedujo al ama de llaves, quien dio a luz a un hijo suyo. Nuestro primo Luis Morín Loreto, hijo de Luis Ramón, adoptó al recién nacido y le dió el nombre de César Morín Padrón. José Galdino estudió derecho egresando summa cum laude de la Universidad Central de Venezuela el 26 de julio de 1947. Su tesis doctoral, titulada “Capital humano”, estudió los principios básicos de los derechos humanos aclarados por primera vez por Frédéric Bastiat (1801-1850). A partir de entonces, José Galdino se destacó como abogado litigante tanto en casos civiles como penales. Nunca se involucró en la política venezolana

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Capítulo 6

Familia Tortolero

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Los bisabuelos maternos fueron Elogio Tortolero Cabrera y Paula Ojeda. Todavía se desconoce el segundo apellido de la bisabuela materna, como también se desconoce la existencia de hermanos y hermanas. Se sabe, sin embargo, que el bisabuelo Elogio tuvo cuatro hermanos: José Antonio (quien murió en las guerrillas de Ezequiel Zamora), Tobías, Rosa Manuela y María José. Se cree que los hermanos trabajaban como agricultores.

Los Tortolero Cabrera poseían una hacienda en el estado Carabobo, llamada “el fundo de Marta López”, en Altos de Reyes. De la unión de Elogio Tortolero Cabrera y Paula Ojeda nació Rafael Eusebio Tortolero Ojeda (1893-1938). Rafael Eusebio se casó con Marcolina Rivero (1898-1937). Ellos heredaron la finca y tuvieron cinco hijos: Lucía (ama de casa), Leopoldo (tendero), Rafael Eusebio (contratista), María Teresa (abogada) y Federico (representante farmacéutico). El abuelo Rafael Eusebio, sin embargo, llevó una doble vida manteniendo a seis hijos ilegítimos, que nunca se involucraron con los suyos legítimos.

La abuela Marcolina Rivero murió a los 39 años por eclampsia, y un año después nuestro abuelo Rafael Eusebio Tortolero Ojeda murió a los 49 años por una neumonía.

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Capítulo 7

María Teresa Tortolero Rivero

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María Teresa (1927-2011) tenía 11 años cuando quedó huérfana. Entre 1938 y 1944 asistió al Colegio de Lourdes de Valencia. El párroco Francisco Martínez, le facilitó el ingreso donde estuvo internada durante seis años. Luego estudió por 2 años en el Liceo Pedro Gual tras lo cual empezó a trabajar como higienista en Valencia. Poco después obtuvo el título de secretaria en Los Teques, estado Miranda, donde conoció y se casó con un emigrante ruso, Aleksander Sarayeff, en 1949. A los pocos días del matrimonio, éste desapareció.

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Capítulo 8

María Teresa y José Galdino

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En 1950, María Teresa Tortolero Rivero se muda a Tacarigua donde conoce a José Galdino Morín Infante, cuando éste era jefe de personal en la Central Azucarera de Tacarigua. Aconsejada por él, introdujo una demanda de divorcio. Sarayeff reaparece con amenazas contra ella, y José Galdino lo somete a una medida cautelar que le impide contactarla. Luego, en 1951, por falta de recursos médicos y de incubadoras neonatales, José Galdino y María Teresa pierden a su primer hijo, dos meses prematuro (Carlos Alberto). El niño vivió sólo unos pocos días. Un año después, en 1952, María Teresa, a los 25 años, se casa con José Galdino, de 32.

José Galdino compró una casa en un terreno de 12 hectáreas en las afueras de Guacara. El terreno, enmarcado entre la carretera a Guacara y la autopista a Caracas, tenía una casa con piscina cerrada. En esta residencia nacieron tres hijos: Alberto José (abogado) en 1953, Ricardo Federico (autor y artista visual) en 1954 y Andreína Teresa (abogada) en 1955. Las familias de sus padres les visitaban a menudo. Luego los Morin Tortolero cambiaron de residencia al municipio de Naguanagua. Allí nació María Teresa, apodada por su familia Bonnie (dramaturga, directora y enseñante) en 1958. En 1959, la familia Morín Tortolero se mudó por última vez a la urbanización Carabobo en Valencia. Allí nació José Galdino (comerciante de almacenamiento para la importación y exportación) en 1960.

Después de quince años de matrimonio en 1967, a instancias del reverendo Dr. Simón Salvatierra [3], María Teresa se presentó como candidata a la Asamblea del Estado de Carabobo y posteriormente fue elegida para la misma. Su esposo José Galdino la obligó a renunciar al cargo debido a la historia de persecución del líder del partido, Marcos Pérez Jiménez, a la familia Morín. Posteriormente, María Teresa abrió una boutique y, una vez más, su marido desaprueba su condición de tendera.

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Capítulo 9

El encanto de la superstición

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María Teresa se creía clarividente. Las personas referidas por amigos cercanos a menudo acudían a ella en busca de consejo espiritual. Inspirada en el Teosofismo y la orden Rosacruz, se adentró en los estudios metafísicos. Buscando consejo para su propia iluminación, frecuentaba sesiones de espiritismo. José Galdino cuestionaba su cordura. Él, a su vez, practicaba sus propios rituales de magia. Sus clientes y amigos le daban consejos sobre cómo mantener a raya enemigos, las raíces de su propio destino y los principios para lanzar hechizos.

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Capítulo 10

Separación y divorcio

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Los matrimonios permanecen intactos por mutuo entendimiento. Tal unión es posible siempre que hayan historias compartidas. Pero sin confianza las relaciones se desmoronan.

José Galdino y María Teresa no pudieron hacer frente a sus diferencias. Después de 16 años de matrimonio, José Galdino seguía siendo un mujeriego empedernido, y María Teresa, sintiéndose no correspondida, se cansó de él y sus aventuras. En cierto sentido, no conocían sus propias emociones y deficiencias.

Para José Galdino, el divorcio estaba fuera de discusión: una amenaza para su estatus y sus finanzas. Según la ley venezolana, el divorcio significaba dividir los bienes; algo que él no estaba dispuesto a hacer. Cuando fue notificado en 1975 de la petición de divorcio de su esposa, su furor se volvió incontrolable.

Sabiendo cómo maniobraba su esposo en los casos de divorcio, María Teresa bloqueó cualquier posible transferencia de bienes conyugales. Como resultado, José Galdino intentó arrojar al abogado de su esposa (Padrino Príncipe) por las escaleras del juzgado.

La sentencia de divorcio se dictó en 1979, justo un año antes de que José Galdino se volviera a casar (esta vez a Piedad Urán Cardona: una estudiante de odontología,25 años menor que él). La división de bienes entre José Galdino y María Teresa no concluyó hasta 1985. A pesar de la sentencia judicial a su favor, María Teresa despidió a su abogado y asumió la representación de su hijo Alberto José! Al hacerlo, tuvo que renunciar a gran parte de sus propios derechos. Ahora se sentía agotada y sin ningún sentido de la justicia. A partir de ahí se concentró sólo en su propio futuro.

Entre 1975 y 1985, María Teresa se puso por meta convertirse en abogada (quizás para vengar sus sentimientos de haber sido tratada injustamente por el sistema legal). En preparación para la facultad de derecho, se enamoró de su tutor de matemáticas, José Espirilión Valecillos Carrillo (Piri). Éste era profesor de secundaria en Valencia y quince años menor que ella. Mientras ella se preparaba para ingresar a la facultad de derecho de la Universidad de Carabobo, él también decidió postularse. Antes de terminar sus estudios de derecho, se casaron y se graduaron en 1992: ella tenía 64 años y él 49.

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Capítulo 11

Ironía de ironías

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Inexplicablemente, María Teresa y el Piri trabajaban en el mismo despacho de su exmarido José Galdino y su hijo Alberto José. María Teresa creía que sus sacrificios anteriores le habían dado el privilegio de formar parte del mismo despacho. Su práctica se centró en la protección de los derechos legales de menores. Sin embargo, su segundo matrimonio fue tan decepcionante para ella como el primero, por lo cual se disolvió después de sólo dos años. Luego, en 1996, anunció que su divorcio de José Galdino había sido un error. Ahora estando derrotada mental y emocionalmente comenzó a manifestar una especie de disociación cognitiva (¿era esto simplemente depresión o los comienzos de la enfermedad de Alzheimer?).

Al mismo tiempo, el matrimonio de José Galdino con Piedad Urán estaba en crisis. Desde 1993, ella había estado pidiendo la derogación de su acuerdo prenupcial, obligándola así a renunciar a los derechos de propiedad acumulados durante el matrimonio. José Galdino negó la solicitud. Sin embargo, al cabo de tres años, fue la fortuna quien le concedió el anhelo de Piedad.

Entre 1994 y 1995, José Galdino desarrolló síntomas del Síndrome Neurológico de Pick, dejándolo incapaz de caminar, hablar y razonar. Aunque busqué tratamiento para él, la interferencia de su esposa fue un gran obstáculo. En noviembre de 1996, a sugerencia de mi padre, regresé a los Estados Unidos para tratar mis propios problemas de salud. Unos meses después, José Galdino fue operado de una hemorragia cerebral. José Galdino murió de una neumonía el 4 de agosto de 1997.

Para 1998, María Teresa ya no podía seguir ejerciendo la abogacía. Para ocupar su tiempo, su hija Bonnie le instó a volver a escribir poesía. María Teresa alegó que José Galdino había quemado lo que ella había escrito antes. Entre 2004-05 reconstruyó unos 15 poemas, que luego fueron distribuidos a los miembros de la familia bajo el título Magia Azul.

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Capítulo 12

Últimos años de María Teresa

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En 1999 a la edad de 72 años, María Teresa, cumpliendo un sueño de toda la vida, y yo viajamos a Europa. Visitamos Madrid, París, Venecia y Roma. En el viaje, María Teresa recordó cuando cinco años antes se había tropezado camino a los tribunales: Para ella era mi consuelo de ella lo que representaba al más preciado de recuerdos compartidos. Días después, en el aeropuerto, vio nuestro reflejo en un espejo en el club privado de la aerolínea y me dijo: “Espero guardar este momento para siempre en mi memoria”.

En 2004, la invité a celebrar su septuagésimo séptimo natalicio en la ciudad de Nueva York. En este último viaje, conoció a David, mi esposo durante nueve años, y a Eva, su madre, la cual era cuatro años mayor que ella misma. María Teresa admiraba la vitalidad de Eva. Al año siguiente, María Teresa fue diagnosticada con Alzheimer.

En 2009, ella languidecía en las etapas avanzadas de la enfermedad y sabíamos que su tratamiento debía continuar en una clínica. Ya no era posible que su hija Andreina asumiera la responsabilidad exclusiva de su cuidado. Asimismo su hijo José Galdino no escatimó esfuerzos en el cuidado de su madre. Su dedicación y conducta fueron ejemplares.

A la edad de 84 años murió María Teresa, el 18 de junio de 2011.

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Epílogo

Un viaje en el tiempo

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Al escribir esta historia, reconozco mis propias limitaciones al tratar de comprender vidas que creía conocer íntimamente. Tanto mi familia como yo no sabíamos quiénes éramos, más de lo que realmente podemos sabernos a nosotros mismos. Esto resalta una evanescencia que busca definir nuestras relaciones, que apenas tocan los bordes de nuestra existencia. Hay mucho que no podemos decir. Nuestros propios remordimientos, sentimientos de vergüenza o imprudencias solo pueden ser censores para nuestra comprensión.

El reconocimiento de que la vida es imperfecta es la definición de dignidad. Cabe señalar que un ensayo sentimental no es el objetivo que deshonra nuestra existencia; es más bien una incongruencia que encubre nuestras imperfecciones. Nuestras vidas se celebran por sus diferencias. Ya sea que nos cuidemos unos a otros o nos inflijamos dolor, es una cuestión de tolerancia. Lo que sería más notable sería el perdón.

María Teresa Tortolero Rivero a través de su vida. De izquierda a derecha: 1. En 1945 con el uniforme del Liceo Pedro Gual. 2. En 1954 durante su tercer embarazo, acompañada de su esposo José Galdino Morín Infante y seguida de su cuñado Chucho Morín Infante. 3. En 1992 luciendo toga y birrete con diploma y medalla tras graduarse de abogada. 4. En 2004 a la edad de 77 años en frente de su yerno David Lowenberger y de brazo a su madre, consuegra, Eva Lowenberger.

Editado por Billy Bussell Thompson

Notas de pié de página:

  • [1] Ref: http://www.exteriores.gob.es/Consulados/SANFRANCISCO/es/Consulado/Paginas/Articulos/Leynacionalidadespañolasefard%C3%ADes.aspx Este enlace reporta que el Congreso de los Diputados de España aprobaron en el 2015 el Proyecto de Ley, el cual concede la nacionalidad española a los sefardíes descendientes de los judíos expulsados de España en el siglo XV. La norma suprime la necesidad de residencia española y no exige la renuncia a la nacionalidad anterior.
  • [2] Ref: http://lavozdeoritucohistorialocal.blogspot.com/2015/08/casa-amarilla-de-lezama.html?m=1 Este enlace menciona al “Bachiller” José Calixto Morin quien reportaba al Arzobispo de Venezuela, en el año 1813, el estado administrativo y avance del Lezama. Por decreto las tierras todavía pertenecían a los nativos indios Guarinos de la región, quienes las cultivaron hasta ser desplazados a finales del siglo XIX.
  • [3] Ref,: https://issuu.com/academiahistoriacarabobo/docs/la_hora_de_las_tinienblas_homenaje_ as_tinienblas_homenaje_ La hora de las tinieblas, conmemora en 2010 el nacimiento del párroco Simón Salvatierra. El reverendo Dr. Simón Salvatierra (1910-69) era natural de Bejuma: un sacerdote de la Arquidiócesis de la ciudad de Valencia, quien rompió con las normas de la iglesia al ser senador afiliado a un controvertido partido político: El Indio, también conocido como Cruzada Cívica Nacionalista, fundado por seguidores del expresidente, dictador militar, Marcos Pérez Jiménez. A mediados de los años sesenta María Teresa mantuvo su consejo y estrecha amistad. El Reverendo Salvatierra fue instrumental en que María Teresa hubiese sido electa a la Asamblea del Estado de Carabobo como representante de dicho partido y ella a su vez se sentía especialmente honrada de ser la primera mujer asambleísta de su estado.

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Poemario de Maria Teresa

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Magia Azul

(Dedicado a sus hijos)

i

Cuando florezca en primavera
(junio 15 de 1974)

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Cuando florezca en primavera
hermosa flor de mi jardín,
te ofrezco en ella la vida entera
por que de pronto ...
se nos va al fin.

Cuido tu suelo, riego tus plantas
y dulces frutos darte quisiera
de mis campiñas de oro y plata
cuando florezca en primavera.

Hermosa flor de mi jardín
cruzo los valles, profundos mares
con sus alitas de querubín.

Dejo sus suelos y amados lares
pues ya su sabia no riega más
y las campiñas de sus cantares
deja su aroma y al fin se va.

Allá a lo lejos de verdes valles
en que yo soñé,
y esa la meta de mis andares
allá tus plantas que tanto amé.

ii

Alas al viento
(junio 15 de 1974)

[Poema escrito y anexo por su hija Bonnie Morín Tortolero]

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Nacimos libres
cual amapolas sin alas
con la inquietud innata
de remontar escalas.
Y en un abrir y cerrar de ojos
emprendemos el vuelo ...
¿En qué aposento amargo
dejará su anhelo,
aquel que encubra sus ojos un velo
y el corazón el destello
de afrontar el mundo
cual ufano cielo?

*

[Alas al viento, escrito por Maria Teresa Tortolero Rivero en respuesta al mismo poema de su hija Bonnie]

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... sigue su raudo vuelo
con el paso de su sino
que ancho y largo es el camino
y al primer paso ha caido,
avecilla mal herida:
levanta tus ojos al cielo,
no temas más al destino
que es de cobardes la huida
cuando el amor es divino.

iii

Ven a mí
(junio 30 del 2004)

*

Alma mía , ven a mí
si es que me amas.
Te estoy esperando.
No te hagas de rogar,
por que yo te amo
y sufro por no verte.

Me hace falta la luz
de tu mirar
para seguir viviendo,
por que aparecistes en
mi camino
para amarte hasta 
la eternidad.

¡Qué absurda es la vida
en algunos casos!,
donde no hay correspondencia,
no hay nada que esperar.

Dejar que las cosas sigan
su camino y nada más,
dejar todo en su lugar.
Se impone el olvido
y así será.

iv

Vive por ellos mi bien
(abril 9 del 2004)

*

De la estrechez de la forma
surge el principio de bien,
el bien de mis amores,
el bien de mi querer.

Sintiendo cuanto les amo
vive por ellos mi ser.
Es cuanto tengo,
es cuanto soy.

Sin ellos no sería nada.
Vive por ellos mi bien.
Les amo, les amo.
Gracias a mi creador,
amar es vivir.

v

No quiero, no quiero
(abril 14 del 2004)

*

No quiero forzar las barreras.
No quiero tener en mis sueños quimeras,
alentando la ilusión por un falzo amor,
tan frágil como brizna de paja en el viento.

¡Qué más quisiera borrar,
todo recuerdo ingrato de su vida,
qué más quisiera,
con la fuerza de este amor
que llevo indeleble en mi ser,
como un reto al destino:
Ése que jugó con nosotros
como si fuéramos niños!

vi

No te apartes de mi camino
(mayo 11 del 2004)

*

Pon en mi alma tu fuerza creadora
para cantarte con embeleso
todo lo que mi alma añora.
Ávida de tu consuelo
tu presencia implora.
Plena mi alma con tu amor divino
y no te apartes de mi camino.

vii

Soñé
(mayo 11 del 2004)

*

Soñé que era una diva
del bel canto
que con devoción
cantaba a mi Creador.
Era este soñar despierta
que me acompaña desde niña
con una dulce melodía,
dentro de mi alma,
que sin saber canto todavía. 

viii

Se hace un sueño realidad
(enero 26 del 2004)

*

Lo que fué para mi una lisonja
fué para otros un atrevimiento total.
Yo no juzgo, sólo sopeso las acciones.
El hombre no está en su lugar.
Él vive soñando.
Una manera de pasar el tiempo.
Mientras se limita a soñar
no le hace daño a nadie.
Sólo con sus sueños está,
y a manera de vivir soñando
se hace un sueño realidad.

ix

La más bella entre las bellas
(septiembtre 11 del 2004)

*

Era bella, la más bella entre las bellas,
de nariz respingona y fina,
de labios delgados y expresivos
con unos ojazos de cielo
que sonreían al mirar
y con una voz dulce que invitaba a cantar,
Yo cantaba con ella
a la sombra de un ventanal
y mientras cantaba
los pájaros venían 
y se ponían a cantar.

La canción que ellos oían ,
pajaritos mañaneros,
que venían a su ventana,
cantando en la mañana
para despertar el día.

Mamá se sonreía
y entre cantos me decía:
"Tú eres una pajarita más,
mi niña buena, mi niña inteligente.
Habrá que educarte bien
para que, entre vuelo y vuelo,
tus sueños se hagan realidad,
para que, entre sueño y sueño,
aprendas a volar.

x

Ausencia
(junio 13 del 2005)

*

Cuánto encierra la ausencia
angustias y sin sabores
por el que espera al ausente
que nunca llega, dejando dudas
al que espera desesperanzado
por no saber de su amado;
qué le ha pasado.
Hay que llenarse de paciencia
con un amor singular
y saber esperar
que Él se haga presente
con su amor de siempre.

xi

Del cielo bajó un ángel
(junio 30 del 2004)

*

Del cielo bajó un ángel
cargado de luz
y sus ojos como dos luceros
penetraron en mi alma
y se adueñaron de mí.

Pero estoy sola y triste
por que sin Él no sé vivir.
¿Qué se ha hecho mi ángel amado?
¿Dónde se ha ido?
¿Con quién está?
Aprende a vivir.
Yo te esperaré.
Sabré esperar.
Tu volverás a mí.
Te hare feliz
por que te amo.

xii

Por que te ví
(marzo de 1978)

*

¿Por qué te ví para quererte?
¿Por qué te amé
para vivir ausente?
¡Qué destino tan cruel!
Amarte tanto
sin saber si soy amada
y soportar estar distante.
No puedo comprender:
¿Qué se hizo de ese amor
de un alma enamorada
que ví brillar en su mirada?

xiii

Mirar quisiera
(marzo de 1978)

*

Errante voy entre las sombras
y como al ciego mirar quisiera,
mirando y viendo entre las cosas
donde no llega la luz del día;
mirando entre las cosas
hasta encontrar el alma mía.

Al cielo pido en su piedad infinita
se apiade de mi dolor acerbo,
pues si sufro por creerme diosa,
tambié sufro por sentirme sola;
pena que a mi alma roba
todo el encanto de su gloria.

xiv

Un alma grande me diste
(julio de 1979)

*

Una alma grande me diste
pues cabe un mundo en mi pecho,
sin embargo, vago triste
con el corazón desecho,

Como paria en el desierto,
de mi alma peregrina,
siento el punzar de la espina
y la duda de lo incierto.

Solitario etá mi nido.
Sólo ausencia existe en él.
¿Por qué señor tanto olvido,
por qué tanta hiel,
si mi hiciste para amar
y a Ese Amor quiero ser fiel?

xv

Como magia azul
(julio 9 del 2004)

*

Ya verás como el
águila real en raudo vuelo
al infinito alcanzará.

Ya verás como a todo lo amado
como Magia Azul
a ti vendrá.

Ya verás que la magia del amor
transforma al corazón,
da fuerzas a vivir,
el Sueño Aquel, tan esperado,
¡de amar y ser amado!

Wislawa Szymborska

December 19, 2021
Wisława Szymborska, (nacida el 2 de julio de 1923 en Bnin [ahora parte de Kórnik], Polonia; murió el 1 de febrero de 2012 en Cracovia), poeta polaca sobre exploraciones inteligentes y empáticas de cuestiones filosóficas, morales y éticas le valieron el  Premio Nobel de Literatura en 1996.

In memoriam Herta L. Kane

Unas palabras sobre el alma

  • Poema escrito por Wislawa Szymborska, publicado 1 de Julio del 2000, traducido del polaco por Stanislaw Baranczak and Claire Cavanagh en 2006 y transpuesto al español e inglés por Ricardo Morin y Billy Bussell Thompson, diciembre 2021
     A veces tenemos un alma. 
Nadie la tiene sin parar,
ni para siempre.


Día tras día,
año tras año,
podrían transcurrir sin ella.


A veces se anida en nosotros por un rato,
como en los miedos y arrebatos de la niñez,
y a veces en nuestro asombro ante la vejez.


Rara vez nos tiende una mano
con tareas tediosas,
como al mudar de muebles,
llevando equipaje,
y caminando un largo trecho en calzado tieso.


Nos huye
cuando la carne deba ser molida
y las peticiones deban responderse.


De cada mil conversaciones
participa en una,
a veces ni siquiera en ello,
pues prefiere el silencio.
Cuando nuestras entrañas transitan del dolor sordo al intenso
ella se ausenta.


Es quisquillosa:
no le gusta vernos entre muchedumbres.
Las aspiraciones de dudosa ventaja
y el asqueroso deseo de colarse la enferman.


Para ella el regocijo y la melancolía
no son contrarios.
Ella se halla en nosotros
sólo en la unión de ambos.


Pudiéramos contar con ella
si no estuviésemos seguros de nada
y curiosos sobretodo.


De todos los objetos
favorecería a los relojes con péndulos
y espejos que permaneciesen en sigilo
sin nadie mirarles.


No dice de dónde viene
ni cuando partiría de nuevo,
aunque aguardase tales cuestiones.


Por alguna alguna razón de ser
la necesitamos,
y ella a nosotros por igual.

El libro de mutaciones

April 12, 2021

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Ricardo Federico Morin

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Editor Billy Bussell Thompson

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Ricardo F Morin, estadounidense nacido en Venezuela (1954)
Titulo: Número de serie platónica 0023
Medium: Imagen generada por computadora.
2018

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In memoriam Eva Lowenberger

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El encanto del éxito para uno,
Te organiza la verdad en apuro,
Para prenderla en un lío con uno.

Ricardo F Morin – abril 12, 2021

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Reconocimiento

El libro de mutaciones es una nueva salida de mi trabajo como artista visual. Escribo en colaboración con Billy Bussell Thompson, profesor emérito de la Universidad de Hofstra. Nuestra relación no es la de autor y editor. Como amigos, con una historia de experiencias e influencias variadas, nuestras relaciones van más allá de la mera reacción al otro.

No me considero escritor profesional, ni me importa emular algún estilo en particular de escritura. Tampoco me considero un artista profesional. Sin embargo, he dedicado la vida investigando ambas disciplinas. De convertirme en escritor sería gracias a Billy. Aprender a traducir las percepciones, como hablante no nativo del inglés, ha sido una tarea difícil. Su ayuda en particular ha sido la de entender las diferencias entre los campos semánticos del inglés y el español, mi lengua materna. Nuestras relaciones me hacen tanto un trabajo en progreso para él como para mí mismo.

El proceso que se encuentra en El libro de mutaciones proviene de cómo expresar la memoria en prosa. Era fácil dejar de lado la falta de autenticidad, pero mucho más difícil era eliminar los detalles excesivos. Aún así, la ausencia de lo cancelado dejaba su huella en la narrativa.

Unidos se encontraban recuerdos de eventos casuales o del azar de la vida. Encontrar su unidad era la tarea a mano. Todo se unía en un collage singular.

Para mí, la escritura y la pintura son procesos abstractos. Aunque el proceso de escribir sea diferente al de pintar, cada palabra es como una pincelada o una línea, que culmina en un retrato regenerativo.

El libro de mutaciones documenta recuerdos a través de aquellos matices episódicos de una vida., donde lo que es personal y particular no es el objetivo; más bien uno busca la evolución de la verdad.

Ricardo F Morinabril 12, 2021

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Capítulo 1

Ignis Fatuus: el mundo entero podría colapsar; para vivir necesitamos falsas esperanzas.

Capitulo 2

Tu abuelo paterno casi nunca hablaba; acostado a su lado, sufrías sus ronquidos. Un domingo por la mañana te sentabas tranquilamente en el banco con él mientras él tocaba el órgano en la Iglesia de Bella Vista de Caracas. Un domingo por la tarde, te llevaba a dar de comer a las palomas en la “plaza mayor” de Puerto La Guaira. Un lunes temprano, se sentaba en un escritorio tallado y tomaba sorbos de café caliente de un platillo de demitasse. Durante un tiempo, hacia girar los pulgares y silbaba una melodía. De repente, te echaba de la casa creyendo que le habías roto algo suyo. Temeroso, cruzaste la calle corriendo y casi te atropella un coche. Te uniste a niños mayores que tú, de ocho años, quienes jugaban a las canicas.

Capítulo 3

Hay tantas cosas que ignoramos que la humildad se convierte en una necesidad, no en una elección. Nada puede ser concluyente en ningún momento.

Capítulo 4

Tu abuela paterna nunca entablaba conversaciones triviales. Para disuadirte de chuparte el dedo pulgar, antes de acostarte, te aplicaba salsa picante en la mano izquierda. Simplemente cambiabas al pulgar derecho.

Capítulo 5

El hombre no controla quién es, ni cómo piensa, ni siquiera cómo se percibe a sí mismo. No controlas quién eres, cómo piensas o cómo te percibes a ti mismo. Preguntar por qué existes u observar cómo cambias de vez en cuando, sólo parece sugerir una falta de control.

Capítulo 6

En su celda, el padre Manuel, el profesor de matemáticas, hablaba consigo mismo. Sus murmullos eran apenas audibles. A menudo nos reprendía por las diferencias entre un hombre grande y un hombre pequeño. El padre principal Lisandro respondía que no había explicación para el mal en el mundo.

Capítulo 7

Los temores sobre la existencia de Dios y el diablo son argumentos imposibles. Es una búsqueda inútil. La cultura, similar a la tradición y la creencia, proviene de la imaginación.

Capítulo 8

Como amigo, Rogelio era atento y considerado. Tu madre te llamó la atención de no acercarte demasiado a él: —era pobre, negro–. Enfadado respondiste: –la pobreza no era vergonzosa y, además, la piel de tu padre era tan sólo un poco más clara–.

Capítulo 9

¿Encuentras significado alguno en mundos imaginativos y ensoñaciones?

Capítulo 10

Durante el almuerzo, el tío Calixto se sentó al otro lado de la mesa. Casualmente anunció el suicidio de una pareja que te había presentado, sólo hacía un mes. Tu consternación fue obvia. El tío Calixto insistía en que no debías preguntar más. Años después, con el mismo tono de truculencia te acusó de malos pensamientos: –Tienes al diablo en ti– por ser gay.

Capítulo 11

Te preguntabas qué tan moral puede ser una persona: ¡alguien quien cree en el diablo, el infierno y la condenación eterna! Para ti dicha moralidad era defectuosa. Para ti la religión no era distinta a la astrología.

Capítulo 12

Hace quince años, Francis murió de cáncer. Su hermano se afligió como si le hubieran amputado un miembro. Prendió fuego a su casa antes de beber anticongelante. La familia no se sorprendió. Los vecinos nos culparon por no haber borrado su dolor. El administrador del edificio llamó al día siguiente alarmado porque habías expuesto 45 pisos a la conflagración, aunque tu no vivías con él.

Capítulo 13

El suicidio no es diferente del homicidio. Matarte a ti mismo no es menos moral que matar a otro. Ambos son actos de cobardía. La conciencia pertenece sólo a los vivos. Matarse a uno mismo es violar la propia naturaleza. Dar cuenta de la locura no puede absolver la agonía. El recuerdo del amor es el único consuelo.

Capítulo 14

Justo antes de la Primera Comunión, tu padre mencionó la muerte. Respondiste que era inevitable. Más tarde lo escuchaste decirle a tu madre que tu respuesta fue bastante inesperada. En Navidad, le anunciaste a tu padre que lo sabías todo sobre Santa. Él respondió: —¿qué planeas hacer al respecto?—. Simplemente te encogiste de hombros y le pediste su bendición antes de irte a la cama.

Capítulo 15

¿Sufres por no ser un inocente?

Capítulo 16

El tendero dijo que conocía a tu familia, así que le pediste que te llevara a casa en la parte trasera de su camioneta. Al llegar allí, se encontró con tu padre en un estado de pánico. Le habías desaparecido y tú pensabas que te había olvidado. A partir de entonces, no asististe a tus clases de arte durante diez años. Luego, cuando eras adolescente, vagabas por tu vecindario. Un día, a últimas horas de la tarde, encontraste a un joven mayor estudiando. Estaba memorizando algo cuando lo interrumpiste. Preguntó por qué le ofrecías dulces y tú dijiste: —¿Por qué no? ¿Acaso no somos vecinos?— Cuando llegaste tarde a casa, tus padres se iban a reportar tu desaparición.

Capítulo 17

¿Puede alguien medir la conciencia?

Capítulo 18

Cada vez que atravesabas por las rejas de la casa de tu mejor amigo, su pastor alemán se lanzaba feroz hasta que reconocía tu voz y tu olor. Ese día, tu amigo no había podido ir a la escuela. No se sentía bien ese día. Sin preámbulos, te ofreció como explicación que lo enviarían a una escuela militar. Agregó que estaba terriblemente molesto y que tenía que deshacerse de su estrés. Te sentaste en silencio al pie de su cama. Los dos intercambiaban monosílabos, mientras él se masturbaba debajo de la manta. Te dijo que tenía que “hacerse la paja y acabar”. Dichas palabras no tenían sentido para ti. Te marchaste con una mirada amistosa sin volver a verle jamas.

Capítulo 19

No alejabas los temores, tanto como debías tener en cuenta su fugaz existencia, como cuando te despiertas de un sueño.

Capítulo 20

De vacaciones con un compañero de clase, tu atención estuvo puesta en su hermano mayor Kiko. Cada vez que tus cuerpos se tocaban temblabas. Temías sentirte abrumado. Mucho después de su muerte, su atractivo te persigue.

Capítulo 21

Desde la primera infancia la inocencia ya se había perdido en el dolor. Hacía mucho tiempo de haberte convertido en un blanco disponible.

Capítulo 22

A los 18 años conociste a Ennio Lombana, después de haber cruzado a la casa de los vecinos. Te convertiste en su víctima sexual. Quizás esto explique ir a la universidad a seis mil kilómetros de distancia.

Capitulo 23

Intentaste no pensar nunca en el miedo, pero se convirtió en una obsesión.

Carta 24

Tu padre y tu tutor de arte te fomentaron la educación en América del Norte, pero temían sus implicaciones. Sus recuerdos permanecen en silencio.

Capitulo 25

La ignorancia es la condición esencial de la existencia. La arrogancia obstruye las percepciones de ansiedad, el dolor de la soledad, el miedo y el desamor. La racionalidad no se puede lograr a través del dogma.

Capítulo 26

La Nena Pérez fue una rebelde de oro para José Luis. Su belleza hechizaba a todos los que la veían. Para su esposa Antonieta, sin embargo, era una intrusa. Décadas más tarde, llegó una carta suya desde Andalucía. En ella Antonieta fue elogiada como toda una señora. Con auto-desprecio, alababa a tu padre. Mencionaste que La Nena no te reconoció en un encuentro casual en Caracas. Estuvo fuera de sí al saber que tu voz ya no le era familiar. Al parecer, se había olvidado de navegar en canoa por la bahía de Tucacas.

Capitulo 27

¿Cómo puede haber amor si uno está vacío? El hastío lo descubre. La importancia personal aspira a la iluminación al igual que el anhelo a la santidad y la humildad. Mas sólo es una suerte encontrar el amor puro.

Capitulo 28

Antes de ingresar a la universidad te inscribiste en un curso de inglés como segundo idioma. El profesor hizo que el aprendizaje fuese emocionante. Su paciencia te desarmaba. A la hora de la comida, hablabas sin descanso, olvidándote de comer, y él sonreía con ternura.

Capítulo 29

La desesperación no puede mitigar el sufrimiento.

Capítulo 30

Tres Marías hicieron vuelo desde Sudamérica a las Cataratas del Niágara para una visita. Se montaron en la noria del parque de atracciones a orillas del Lago Ontario. Su visita fue un completo misterio, excepto que creían que estaban en contacto con extraterrestres. Una de ellas se dio cuenta de que ella no era el objeto de los afectos de Ennio Lombana. El colapso resultante de tu madre fue inmediato.

Capítulo 31

En 1977, hambriento y desamparado, estuviste cerca de morir. Te distraes en las discotecas. Conociste a Donald Bossak y Paul Barret: el primero inseguro y el segundo suicida. Te mudaste a los dormitorios de la universidad para enfrentarte a un grupo de alborotadores, que habían sido incitados por un compañero de habitación. Fuera el extranjero, gritaban, prendiendo fuego a tu puerta. En la graduación te enteras de que la universidad te había asignado un guardaespaldas. Para entonces habías llegado a conocer a un estudiante. Este disidente polaco, Jurek Pystrak, consoló tu miseria. El verano antes de la graduación, estudiasteis juntos en Austria y, después de graduaros, él continuó sus estudios en la Universidad de Pensilvania y tú pasaste a Yale para el MFA. Jurek murió a mediados de los 80 en Berlín. Sólo más tarde te enteras de que fue SIDA.

Capítulo 32

La tecnología ha extendido nuestras vidas a mundos preconcebidos. Los arquetipos algorítmicos imponen un cierto orden al prejuicio, mediante el cual te controla, vende y manipula.

Capítulo 33

Todos los fines de semana, tu y Jurek viajabais entre New Haven y Filadelfia. Antes de tomar su Fulbright, él sugirió que estaba bien salir con otra persona durante su ausencia. Tomaste esto como una falta de lealtad. Desde Berlín escribió que había conocido a un historiador de cine. Después de la muerte de Jurek, Karl visitó tu estudio de arte. Encontró tus lienzos geométricos extrañamente formales. ¿Fue su conversación un eco de su propia influencia en Jurek y de su propia visión de la libertad de expresión artística? Más tarde escribía desde Berlín que se estaba muriendo. En su carta, decía que tus búsquedas con respecto a tratamientos médicos eran inútiles pretensiones misioneras.

Capítulo 34

Pero no era una misión, era compasión por él como pudo haberlo sido por Jurek. Karl estaba lleno de sus propios recuerdos; le rogabas que mantuviera la esperanza.

Capítulo 35

Nunca has llorado por alguien como cuando lo hiciste cuando Benjamin Ivry se fue a trabajar a París en 1984. Después de que él se fuera de Nueva York, tu vieja amiga Carol Magar te ayudó a negociar el pase a la ciudadanía estadounidense. Dieciocho años después, murió de cáncer cervical y cinco años antes, Benjamín había ya regresado de Francia. ¿Fue su postura de ironía lo que los separó como amigos? La última vez que te habló fue en una librería en Park Avenue y 57th Street. Allí, con motivo de la promoción de su libro “Maurice Ravel: His Life”, le presentaste a tu esposo David. Benjamín se disculpó y se despidió de abrupto para encontrarse con su agente. Más tarde ese año, Benjamín se mudó a Tailandia. Se convirtió en biógrafo y traductor de reconocidas figuras de las artes del siglo XX. Solo gracias a la World Wide Web se puede ver su imagen al envejecer, y su prosa continúa brindándote su particular métier. Sigue siendo tu provocador.

Capítulo 36

En 1987 te diagnosticaron SIDA. Antes del diagnóstico conociste a un clérigo episcopal y actor de una telenovela. Ambos lucharon por tu atención. Durante años uno desaprobaba del otro. El actor era irónico y el clérigo era un libertino. El clérigo murió de un ataque al corazón en 2008. El actor tiene más de 80 años. Su marido se burlaba de tí.

Capítulo 37

Durante los años de histeria del SIDA, tus amigos Philip Jung y Tom Bunny no le tenían miedo a la muerte. Los consolabas cuando yacían tranquilamente en su regazo.

Capítulo 38

Casi ciega, Lyda se veía a sí misma como una mecenas de la cultura latina en los Estados Unidos. Disfrutaba la curaduría de exposiciones de arte en Midtown Manhattan. Un maestro provincial, convertido en diplomático, le hizo valer la idea de que tenían la oportunidad de abrirse al establecimiento artístico estadounidense. Luego, una revolución pseudo-progresista los fortalecían como potenciales populistas.

Capítulo 39

Escuchaste grandes historias. Sus aspiraciones, afines al fervor religioso, nunca se materializaron. Parecían timadores incapaces de renunciar a sus deseos de dominar.

Capítulo 40

Pintar te mantenía cuerdo, dijo un amigo, quien había ido a tu loft. Tus pinturas estaban desarrollando un vocabulario abstracto. Pintabas de noche y trabajabas como diseñador comercial durante el día. Cuando tu salud falló renunciaste a todo y elegiste refugio con tu familia en Sudamérica.

Capítulo 41

Se aprende a vivir con miedo.

Capítulo 42

Te convertiste en un balancín en tu tierra natal. Te encontraste con la repugnancia tanto del establecimiento médico como de la familia.

Capítulo 43

En 1994 las instituciones médicas venezolanas estaban colapsando. Algunos médicos y varios miles de empresas te pidieron que redactases una declaración de misión para la Fundación Metaguardia. Esta se había registrado como un programa para personas con enfermedades terminales. La propuesta pasó a las comisiones del congreso venezolano, de Salud, Educación y Cultura, y hasta las Naciones Unidas. El propósito falló. El Ministerio de la Familia de Venezuela intentó convertir el programa en actividades para los débiles mentales. No pasó nada.

Capítulo 44

En noviembre de 1995, hiciste un vuelo directo de Caracas a Los Ángeles. Habías sido nominado a un Emmy por tu trabajo en En busca del Dr. Seuss. A la mañana siguiente de despertar con una fiebre de 108 grados Fahrenheit, desde una cama de hospital, alucinaste hacer el amor con un ángel quien había descendido sobre ti. A tu enfermera, le habías explicado que la muerte era una ilusión. En tu mente hablaste de dioses y diosas egipcios, de alemanes deambulando por tu habitación, de Zapata luchando por la libertad de México, e incluso de un viaje intergaláctico en una nave espacial sobrevolando el hospital. Una enfermera te pidió que abrieras los ojos. Tu cuerpo había comenzado a desacelerarse; tu vista se había agrandado. Sacando la vía intravenosa de tu brazo, querías huir. No podías caminar, pero de alguna manera, pudiste bailar con la música que tocaba la radio de las enfermeras. Te sentiste en un tiempo diferente. Viste tu casa en Venezuela mientras gateabas por su piso. Las lechadas eran como ríos. Luego abriste los ojos a un océano. Oías el corazón palpitar. Subiste al tejado de tu casa y miraste el cielo despejado. Los fractales de luz pulsaban como miles de arcoíris. Ahora estabas despierto; tus tobillos estaban débiles. Te levantaste sin embargo. Te volviste hacia el médico y le dijiste: –¿Qué significa la dignidad para usted? ¿Eres un ser humano?

Capítulo 45

Nueve meses después, estabas en casa de tu madre. Tu padre venía a visitaros todas las semanas. A medida que te vuelves más fuerte, él te dice que deberías regresar a los EE. UU.

Capítulo 46

En noviembre de 1996, haces vuelo de Caracas a Nueva York. Tu estadía de nueve meses en Venezuela violó el estatus de tu residencia. —Creo que me estaba muriendo y no podía regresar— respondiste. —Señor, puede proceder— dijo el agente de inmigración estadounidense.

Capítulo 47

Algunas semanas después, tu padre se cae en casa y sufre un derrame cerebral. Después de la cirugía, muere en el hospital. Tu madrastra lo había encerrado como si fuera una bestia. Con dolor pintas de nuevo. Sin más éxito que antes, los rechazos de las galerías continuaron abundando. Con tu madre viajaste a Europa. Ella hablaba incesantemente y luego nueve años después pierde la voz debido a la enfermedad de Alzheimer. Sin padres, no tenías un puente con tus hermanos y hermanas. A lo largo de los años de Chávez y Maduro has ayudado a la familia.

Capítulo 48

En 2012, dejaste de pintar en tu estudio de arte en Jersey City, sólo para volver al arte a través de las tecnologías digitales… Por casualidad has recuperado la confianza.

Capítulo 49

En 1997 conociste a Nelson. Juntos caminasteis por la selva amazónica hasta el Salto Ángel. Nadasteis juntos en Los Roques. Contigo se mostró vulnerable. ¿Fue su suicidio el desahogo de su abatimiento por la muerte de su hermano?

Capítulo 50

En agosto de 1999, te confesabas ante un sacerdote nicaragüense en el Vaticano. Te pide que midieras tus responsabilidades. Lloraste desconsoladamente por la muerte de Nelson. La respuesta del sacerdote: —Esto no es el lugar—. Desde el Vaticano regresaste al hotel, donde te encerraste. Al regresar a los Estados Unidos, buscabas terapia. Allí hablaste de una relación con un profesor de inglés casado con niños, quien te dice: —Tú también me has matado—. Luego entablaste una relación con un alcohólico. Tampoco tuvo éxito.

Capítulo 51

La terapia se convirtió en una muletilla que estrangulaba tu libertad. Al dejarle, el terapeuta se sintió decepcionado. Se había acostumbrado a dirigir tus pensamientos y acciones. Era su empoderamiento y, para su disgusto, te despediste.

Capitulo 52

Cuando tú y David os encontráis, él llena un vacío en ti y tú en él. Se encuentra un respiro en un mundo imperfecto.

Capítulo 53

Se despertó con la quijada que le picaba y tenía una barba incipiente. Frotaste tus mejillas descuidadamente contra su rostro y su olor almizclado. Sus ojos tenían la expresión de un niño cariñoso.

Capítulo 54

Sus ojos brillantes muestran una tímida sensación de asombro.

Capítulo 55

Juntos han viajado por el mundo: el Atlántico, el Pacífico, el Mar de China Meridional, el Mediterráneo y el Mar del Norte.

Capítulo 56

El 27 de diciembre de 2000, la policía informó que un hombre de 39 años aparentemente saltó hacia su muerte desde un edificio de apartamentos en Manhattan el domingo por la mañana. El presunto suicidio ocurrió en Hell’s Kitchen, a poca distancia de tu casa. Era tu médico de cabecera, que se había desplomado desde el sexto piso. La semana anterior, le habías explicado que la última medicación que te recetó te había privado del sueño durante ocho días consecutivos.

Capitulo 57

Algunos amigos de infancia siguen en contacto hoy en día. A los 94 años, Herta es mi amiga más antigua. La conozco desde hace 46 años. Ella fue mi mentora y amiga platónica desde la universidad. Perdió su memoria por la enfermedad de Alzheimer. De la escuela de posgrado de Yale, están Angiolina Melchiori, quien ahora es directora de noticias italiana en RAI TV en Roma; Ariel Fernández, quien es un químico físico e investigador farmacéutico estadounidense-argentino; y Maider Dravasa, vasca francesa con Ph.D. en Lingüística viviendo en París. Los tres han sido mis amigos durante los últimos cuarenta años. Al igual que con todos mis amigos, hemos atravesado los bosques de la vida a través de claros y espesura. Luego está mi buen amigo Billy Bussell Thompson, quien tiene un doctorado en Lingüística, profesor emérito de la Universidad de Hofstra. Creo que Billy ha sufrido lo que Job no sufrió. Conozco a Billy desde hace 34 años desde 1987. Mi verdadera educación comenzó cuando lo conocí. A lo largo de los años, hemos sido coautores en múltiples ocasiones, o ha sido mi editor en casi todos mis blogs de WordPress: “Observaciones sobre la naturaleza de percepción: Plasticidad estética, las artes y una mente humana libre”. Cuando escribí otros cuentos en español, italiano o francés, Billy estaba allí para guiarme y ordenar mis pensamientos en las lenguas romances. “El libro de mutaciones” evolucionó a partir de un collage de reflexiones provenientes de memorias, mi interés y aversión por las ciencias sociales, mi amor por la historia, mi interés por la métrica, su auge y caída en la poesía estadounidense, la prevención del suicidio y la auto-sanación. Billy aporta a mi prosa el deseo de ser preciso y de aligerar esas alusiones mías, molestas, vagas y dispersas, y de superar mis limitaciones de fluidez como escritor bilingüe. Más importante aún, está mi esposo de más de 20 años: David Lowenberger, quien ha ejercido quizás la influencia más significativa sobre quién soy. Sus amigos y familiares también han contribuido de manera importante. Para mi buena suerte, su madre, mi suegra, Eva, me obsequió 20 años de memorable amistad. Digna en todos los aspectos, fue una inspiración como madre y amiga. Recientemente murió casi cinco semanas antes de cumplir los 98. Dedico estos cuentos en su memoria.

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Abril 12, 2021

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Bosque de helechos

March 20, 2021

Nubes de algodón pasan sigilosas

A lo largo del cielo azul bebé

Enfoca Y Toma, E.Y.T.

Ponte el sombrero y relájate!

Las libélulas suspiran en el aire

Cruzando nuestros senderos

Me diviertes. Eres mi musa

Como ramas en espiral nuevas hojas

No más el sueño del león a punto de saltar

Ahora puedo moverme y respirar

Hongos blancos, juguetes del albar

Lagartijas se escabullan al cruce de senderos

Correteando furtivamente entre troncos mutilados

Ennegrecidos por su edad, aun de color marrón

Mañana comienza la primavera, 20 de marzo

Llega el Equinoccio Vernal

Un claro iluminado por el sol, ya no bajo la sombra

Tum, tum, tum: Oigo golpes de martillo

Una familia joven camina hacia nosotros

Una mariposa revolotea bailando sobre el suelo humedecido

Aletea sus alas con rayas negras y amarillas

Se queda en un solo lugar entre barro y piedras grises

Alimentándose de minerales, alimentándose de miii-neee-raaa-les

Despliega sus alas y se queda en un lugar

Luce collar amarillo sobre planos negros

Una libélula gigante también se alimenta del barro.

Sus alas resplandecen luz

Como ningún diamante podría jamás

Su cuerpo parece una serpiente

Con ojos grandes,

Una libélula gigante.

Pasó un chihuahua.

¿Izquierda o derecha? Izquierda …

Para freír peces más grandes

Insectos de superficie navegan sobre el río

Parecen estar patinando o peleando.

Son graciosos.

Una serpiente de rayas marrones se desliza sobre el agua.

Y una tortuga joven revolotea al flotar,

Pez pequeño iridiscente con largas colas.

Mira, mira, mira, mira

La tortuga se aleja lentamente

Ver, ver, ver

Una serpiente que también se ondula

Entre nenúfares

Flotando sobre el espejo fluvial

Por reflejos hilvana el encaje de frondas.

Enfoca Y Toma. E.Y.T.

Ricardo F. Morín

September 3, 2020
1997

Es un hecho que la propia naturaleza del arte es la antítesis de la mercantilización; aunque, la lucha por la supervivencia, común a la humanidad, sea parte integral de la humanidad en si misma, y ciertamente, una característica implícita al arte como modo de definirnos. Tanto la seguridad y la respetabilidad, como la fama y el éxito tal parecen mas bien obstáculos a la expresión de comunalidad; y nuestras reacciones a los acontecimientos sólo pueden ser vistos por necesidad como el condicionamiento que cada uno requiere desintegrar al reconocerse como tal: Háblese de la noción del miedo o de territorialidad, de la propiedad o el nacionalismo, como influencias divisorias que cualquiera puede optar por desarraigar.

Nacido el 2 de Julio de 1954 en el seno de una familia de abogados de clase media en Valencia, Venezuela, vine a los Estados Unidos en 1972, naturalizándome ciudadano estadounidense en 2001. Mi interés por el arte surgió desde la primera infancia. Formalmente comencé, a los siete años en mi ciudad natal de Valencia, con estudios de dibujo en la Escuela de Bellas Artes Arturo Michelena. Más tarde en la adolescencia por dos veranos consecutivos comencé a integrar una formación en la pintura en el taller privado del pintor húngaro Lazlo Lenyel.

Después de completar el bachillerato en humanidades en el Colegio La Salle en 1972, mis padres me enviaron a estudiar a Estados Unidos cuando tenia 17 años de edad. Durante el año académico 1974-76 me registré en los programas de arte tanto en la Universidad Estatal de Nueva York, Buffalo, como en Villa Maria College (también en Buffalo). Aunque por un corto plazo en 1976 tuve que residir de nuevo en Venezuela, donde estudié de forma privada con el artista malagueño José Luis Montero, en 1977 regresé a Buffalo bajo la tutela de la profesora Herta Kane en SUNY Buffalo y James Jipson en Villa Maria College. Para entonces había comenzado a acumular un buen portafolio de trabajos. En mayo de 1976 realicé mi primera exposición individual: “Obras de Ricardo Morin” en Villa Maria College Gallery. En 1977 el Ministerio de Educación de Venezuela me otorgó una beca completa para la culminar un B.F.A. en SUNY Buffalo, donde me especialicé en pintura de estudio. A los 26 años de edad, me gradué summa cum laude en mayo de 1980. Antes de graduarme, la curaduría de mi exhibición de tesis “Buffalo Series 1979” https://www.ricardomorin.com/l-series-html/62.html fue dirigida por el conocido pintor Seymour Drumlevitch en la Galería Alamo de la Universidad Estatal de Nueva York en Buffalo. [2] https://www.ricardomorin.com/l-series-html/62.html

Ese mismo año en marzo de 1980 presenté una pintura abstracta no objetiva, Buffalo Series Nº 1, 1980, https://www.ricardomorin.com/l-series-html/53.html para el 38th Western New York Show en Albright Knox Art Gallery de Buffalo, la cual recibió el premio de pintura: Birge Wall Covering y el Reed Foundation Award. En junio de 1980, tuve mi segunda exposición individual, Buffalo Series 1980 en Hallwalls Gallery, Buffalo, NY. [3] https://www.ricardomorin.com/l-series-html/57.html

El año anterior, en la ciudad de Salzburgo, cuando asistí a los seminarios escenográficos impartidos por Gunther Schneider Siemsen en 1979 en la Internationale Sommerakademie für Bildende Kunst Salzburg, Austria (Academia Internacional de Verano de Bellas Artes de Salzburgo), recibí el premio Förderungspreis Leistung der Stadt Salzburg. Seymour Drumlevitch, mi entonces asesor académico en SUNY Buffalo, reconociendo mi madurez como pintor, recomendó me postulara para el programa M.F.A. el cual me ofrecía la Universidad de Yale, Escuela de Drama (Departamento de Diseño). Mi maestría en escenografía en Yale fue financiada por una beca completa del gobierno venezolano Gran Mariscal de Ayacucho. Un factor determinante para elegir una carrera como escenógrafo se debió en parte a mi confianza en que podría sobrevivir a las demandas de la escena artística de la ciudad de Nueva York si también tenía las habilidades comerciales correspondientes. Posteriormente, a la edad de 29 años, el grado fue obtenido secundi honoris en mayo de 1983.

En los primeros cinco años después de haberme graduado en Yale, inicié mi trabajo en la ciudad de Nueva York como escenógrafo en Off-off-Broadway con la conocida dramaturga-directora Irene Fornés https://www.nytimes.com/1986/04/17/theater/stage-lovers-at-intar.html y el director Max Ferrá https://www.nytimes.com/1986/02/12/theater/the-stage-la-chunga-by-mario-vargas-llosa.html en el teatro INTAR con buenas reseñas periodísticas en el New York Times https://www.nytimes.com/1983/04/17/theater/theater-dario-fo-s-about-face.html y otras publicaciones como el Village Voice sobre mi trabajo como diseñador. Complementaba entonces mis ingresos como asistente principal de diseñadores establecidos a gran escala en Broadway (Robin Wagner, David Mitchell, Tony Walton, Santo Loquasto, et al.). A los 34 años de edad, en 1988, logré obtener un contrato de arrendamiento para un taller ¨loft¨ en Tribeca dedicado a la pintura exclusivamente, donde continué elaborando grandes formatos. En 1988, también entré al programa “Artista en el mercado” del Museo de las Artes del Bronx, el cual culminé con un buen recibimiento de la critica en 1989 https://www.ricardomorin.com/l-series-html/32.html and http://m.bronxmuseum.org/aim/aim-fellowship. A partir de entonces, tuve mi primera exposición individual en la ciudad de Nueva York en la Galería Venezuela en East 51st Street en Septiembre de 1992. [5] https://www.ricardomorin.com/l-series-html/18.html

Debido al SIDA, tuve que pasar a la discapacidad en 1993 a la edad de 38 años. Lamentablemente esto significó renunciar a mi espacio de estudio en Tribeca. Creyendo que la atención médica sería en vano, elegí refugio con mi familia en Venezuela. Abandoné tanto la cobertura médica como todas las actividades comerciales anteriores. Sentí que solo las necesidades básicas requerían atención. Guiado por mi propia intuición, fui activo y expresivo en mi propio entorno, y la expresión visual llegó a ser el factor estabilizador en el proceso de convalecencia.

Entre 1993 y 1996 mi salud se deterioró bastante, pero comencé una serie de pinturas contemplativas titulada “Aposentos”. El segundo cuadro de esta serie, Aposento Nº 2 https://www.ricardomorin.com/l-series-html/11.html fue seleccionado para el “XIV Salón Municipal de Pintura: Homenaje a Carlos Cruz Diez, 1994”, Galería Municipal de Arte [Ayuntamiento, Maracay, Venezuela].

Mientras estuve en Venezuela, me ofrecí como voluntario para trabajar en servicios sociales en la Fundación Metaguardia, la cual había creado y dirigido. Metaguardia se formó como un centro de información y educación en Valencia para ayudar a las personas que padecían una enfermedad terminal, en particular, aunque no exclusivamente, a los que también eran indigentes. La fundación consideró la compasión y la cooperación como la forma más alta de inteligencia en apoyo de los afligidos. El objetivo era crear terapias que involucraran el concepto de una revolución psicológica a través de las artes, que fuera paralela a los servicios pro bono de los médicos quienes participaban. Aunque la fundación sólo duró aproximadamente dos años de 1994 a 1996 (esta no pudo sobrevivir a los problemas económicos del colapso de la economía de Venezuela), sigue siendo un tema de conversación en mis esfuerzos artísticos.

Con la llegada del cóctel antirretroviral en 1996, mi inmunidad era prácticamente inexistente. Aunque se había radicalizado en un estado de inercia, dicho estado me fortaleció con una interna sensación de paz y tranquilidad. Y fue así que regresé finalmente a Nueva York en diciembre de 1996 para adquirir los nuevos tratamientos disponibles, los cuales no hubiesen sido disponibles en Venezuela. Al poco tiempo de haber restablecido la cobertura médica y mejorado sustancialmente mi salud en la ciudad de Nueva York, busqué auxilio del Departamento de Recursos Humanos a falta de hogar. Estaba seguro que a corto plazo encontraría una vivienda. Pasé de un abismal hotel de transición llamado Paradise situado en el Bronx (por 3 meses en 1997) al igualmente abismal programa ¨Common Ground” del Hotel Time Square por 4 años hasta llegado el 2001, cuando hallé un digno apartamento donde he vivido hasta la actualidad. Conseguí seguir pintando en todos los espacios disponibles. Entre 2002 y 2003 asistí al Art Student League. Al poco tiempo a la edad de 46 años tuve la fortuna de encontrar la relación mas significativa, mi compañero de vida, en el año 2000, con quien he convivido hasta el presente, mientras convertí por un periodo de 11 años su apartamento en un taller de pintura laborando hasta finales del 2012.

En septiembre de 1998, ayuda había llegado a través de la organización Visual AIDS de Nueva York, que estuvo a cargo de la curaduría de una exposición individual/doble, la cual estaba basada en retratos en acuarelas y óleos junto con otro miembro, Nicolo Cataldi, en la Iglesia de San Marcos de Nueva York. También he tenido numerosas oportunidades de participar en exposiciones colectivas, tanto en espacios alternativos como en la web, una de estas: Exhibit “In the Flesh”, comisariada por el artista de Hong Kong Jo-ey Tang, febrero de 2009, donde se refirió a mis pinturas de principios de los noventa como “cartas de amor a la ciudad de Nueva York”. Aunque fueran pequeñas muestras de apoyo, recibí subvenciones de materiales de Visual AIDS en diversas ocasiones durante el curso de siete años.

En 2000 recibí una Beca de Rehabilitación VESID que incluía software de alta gama y un equipo de alta capacidad para proyectarme profesionalmente con un certificado en Maya (software digital relacionado a un entorno tridimensional digitalmente sumergible) del Centro Avanzado de Aplicaciones Digitales de la Universidad de Nueva York, así como un certificado en Auto-Cad de la Escuela de Continuación de Estudios Profesionales de la Universidad de Nueva York. El compendio de dichos estudios, el equipo y softwares subvencionados me han permitido utilizar la computadora como un medio alternativo a la pintura, lo que se refleja particularmente en mi Serie de Interacciones Platónicas 2006-09 https://www.artmajeur.com/en/rfmorin/artworks?page=5. Entre 2000 y 2003 también utilicé la computadora en combinación con la acuarela y el dibujo manual para explorar la naturaleza del infinito como concepto visual, reinterpretando miniaturas persas del siglo XV, deconstruyéndolas y reconstruyéndolas como un solo movimiento de expresión en la confluencia de lo abstracto y geométrico. https://www.ricardomorin.com/06_paintings_html/13.html

De 2003 a 2005 amplié cuestiones relacionadas con perspectivas que sintetizan conceptos de espacio pictórico sobre el infinito. El proceso de geometrización del gesto se convirtió en la base de mis pinturas, que equiparé con alcanzar un infinito personal: el misterio y la poesía en el drama individual de uno. Desde 2005 hasta 2012, como profesor adjunto en el Manhattan Pratt Institute, impartí un curso titulado Pictorial Perspective. Habia creado dicho curso como un estudio de las metodologías del dibujo perspectivo desde el Renacimiento hasta el presente, dedicado a estudiantes de arquitectura y diseño: donde el enfoque era el infinito como forma de arte.

Durante el periodo 2006-2009, entró en vigor un Manifesto de la Serie Triangulación del cual comparto el siguiente extracto: https://ricardomorin.wordpress.com/2008/12/08/declaracion-de-ricardo-morin-editado-por-billy-bussel-thompson-profesor-emerito/

… la abstracción / plasticidad pictórica expresa tanto en forma como en contenido un tipo de arte que va más allá del mundo material de los signos. Elijo la proporción áurea 1 = 1618 como formato consistente para la abstracción no objetiva, que es claramente inherente a la congruencia infinita [una manifestación común a todas las metodologías de perspectiva conocidas], para expresar un diálogo sobre la fluidez del vehículo de la pintura y su geometría. Al mismo tiempo, establezco una triangulación del plano desnudo del lienzo que reafirma su naturaleza paradójica como objeto: en cuya planitud pongo en juego de suspensión la profundidad espacial ficticia de las formas expresadas en él. Aunque en mi interés visual esté inmerso en la estética del siglo XX, no me esfuerzo ni por un movimiento histórico específico ni por la agenda posmodernista. Simplemente, considero hacer arte como un producto “carnoso” de la experiencia humana, resultado de la propia pasión. Así como la idiosincrasia del individuo, indivisible por naturaleza, sea ciega a la causalidad, un marco estético abarca todos sus sentidos y la imagen es sólo el resultado o residuo. No objetiva, atemporal o incluso existencial —en este sentido— la imagen o Kunstgegenstand no busca explicar cuál sea el significado de la experiencia; más bien, la imagen se manifiesta, provocando la interpretación del observador. El trabajo terminado se destaca por sí solo como una concentración de múltiples capas. Cada uno de los numerosos estratos es esencial para la integridad total. Pueda haber una sensación de movimiento multidireccional en cada una de las obras, el cual perciba la mirada del espectador a través de las formas delineadas, donde se asoman entrelazamientos de trazos y arabescos. El espectador se queda, espero, con un sentido de completitud generativa de las obras en un universo que se hace y se rehace a sí mismo. https://www.ricardomorin.com/Triangulation_Series.html https://www.ricardomorin.com/Link_Drawings.html

Después de completar quimioterapia en 2008 para el linfoma Non-Hodgkin’s [asociado con el SIDA], comencé a sufrir trastornos musculares sistémicos, que me impedían estirar mis propios lienzos. Habiendo explorado ya el formato de lienzo colgante al estilo de pergamino chino como una alternativa a los formatos de estiramiento en mi Serie de Triangulación de años antes, y llegué a comprender cómo se comportaba el material y su aplicación en sus términos más simples, así como cuáles eran las limitaciones del medio en lo relativo a mis propias limitaciones físicas. Me di cuenta de lo poderoso e inteligente que era el “silencio” en comparación con todo el ruido y la cacofonía visual del mundo tangible en general. Consciente de esta energía vibrante, de su vitalidad, como espejo de la apercepción o de las percepciones de la realidad, en absoluta quietud, fue entonces cuando la simplicidad incidental del medio y mi propia concepción de la forma facilitaron mi mas profunda empatía por la naturaleza del silencio como tema.

Entre 2009 y 2010, comencé a trabajar en la nueva serie actual de pergaminos colgantes, Metaphors of Silence. Un extracto de su manifesto audio-visual dice lo siguiente: https://ricardomorin.wordpress.com/2010/11/24/metaforas-del-silencio/

La verbalización de una realidad estética implica su propia muerte; no importa cuán precisas sean, la precisión misma de las palabras resiste la magnitud de esa realidad. Ver la actualidad del arte nunca puede tener lugar si nace en un espíritu fragmentado por la ilusión de fórmulas novedosas, encerrado por la gratificación o la condena, el placer sostenido por el pensamiento: la avaricia de un observador prejuicioso; ni se deriva de un estímulo excéntrico contradictorio para llamar la atención, sino que se encuentra en el espacio abierto del silencio, en la quietud virtuosa de una contemplación meditativa, en la libertad misma de lo conocido, libre de observar con un mayor atención, donde las preguntas son innecesarias y las respuestas trivializan la observación misma. Esta estética no es producto de la experiencia, ni de la asociación con el pasado ni de la búsqueda de una audiencia, ni producto de un mercado imperante. Estos fluidos ni siquiera son conscientes o inconscientes; no propagan un esfuerzo de realización ni son el producto de un ritual egoísta y vano de elección. Estos fluidos son manifestaciones comunes a todos nosotros, aquello que nos define más allá de las ideas y las palabras, aquello que opera creativamente sin depender del ruido del conocimiento, aquello que no se adapta a medidas o etiquetas, donde la oscuridad misma permite la propagación de su vitalidad. energía para empujar más allá de la esclavitud de lo conocido. Es creación en el vivir, el propio despertar y la renovación en cada relación, si uno quiere unirse a todo el movimiento de la vida.

En el curso entre 1997-2012, colaboré en un proyecto experimental de investigación en arte y antropología con el Dr. Andrew Irving de la Universidad de Manchester. Con el apoyo de una subvención de la Fundación Wenner Gren titulada “New York Stories” – ver descripción completa en el enlace Biografía en “Proyectos”. https://www.ricardomorin.com/Bio.html. Mi papel colaborativo con el Dr Irving era definir, en un enfoque cronotópico, un viaje biográfico que está asociado con la naturaleza del silencio y su impacto en el sentido de humanidad. El libro del Dr Irving The Art of Life and Death: Radical Aesthetics and Ethnographic Practice (El arte de la vida y la muerte: Estética radical y practica etnografica) fue publicado en 2017 por Hau Books, Chicago https://haubooks.org/wp-content/uploads/2017/12/Irving_Art_of_Life_and_Death.pdf

En base a nuestros diálogos en el capítulo III, Observaciones sobre la naturaleza de la percepción, pp. 119-146) el Dr Irving comenta:

Para Ricardo, el término Arte Outsider a menudo denota un prejuicio hacia las personas que se percibe como plagadas de algún tipo de deterioro de la salud física o psicológica. Como tal, tanto los medios académicos como el establecimiento artístico tienden a dividir el arte sobre la base de su importancia cultural o a través de un prejuicio subyacente, el cual Ricardo sugiere que evoluciona de acuerdo con las demandas del mercado. Otro término es el Arte Folclórico, el cual se considera como referente al arte de las colonias o al patrimonio cultural de una nación, y se asocia con ideas de raíces compartidas y experiencias vividas. “¿Son estos términos de alguna manera similares o diferentes de los temas involucrados en el arte producido durante la lucha por la enfermedad crónica o terminal?” Ricardo preguntó después de leer este capítulo, “y si bien la noción de reciprocidad es esencial para comprender la condición humana compartida, ¿puede también ayudar a expandir la sensibilidad sobre la comprensión de la expresión humana en un contexto científico interdisciplinario, limitado por la miríada de circunstancias que pueden envolver el patetismo humano además de la biología?, ¿ya sea en la supervivencia sociológica para encajar o como un esfuerzo por sobrevivir terapéuticamente a una enfermedad crónica o terminal? ” La respuesta y el análisis de Ricardo continuaron:

Hay una gran inteligencia en los esfuerzos creativos que realiza la mente humana para sobrevivir a cualquier circunstancia. Además, es innegable que el dolor corporal y el dolor mental son omnipresentes en la vida, ya sea por privilegio o por alienación. Los conceptos lógicos de la ciencia cognitiva con promedios, clasificaciones y algoritmos no tendrán otro propósito que proporcionar una mera aproximación para comprender la complejidad de la expresión humana, su diversidad, heterogeneidad y naturaleza inenarrable. ¿Podemos realmente llegar a comprender las formas en que los diferentes modos de expresión interior, como los diálogos interiores en curso de las personas, los estados de ánimo no articulados, los mundos de vida imaginativos y las ensoñaciones emocionales, permanecen ocultos bajo la superficie de las actividades públicas y, por lo tanto, ocultos de la investigación? En última instancia, lo místico sobre el ciclo de la vida y la muerte puede que no se dilucide con un enfoque táctico, sino a través de una profunda introspección que es muy difícil de articular.

El Dr Irving explica:

Las camas y las sillas https://www.researchgate.net/figure/Self-portrait-in-a-chair-by-Ricardo-Morin-1998-oil-on-canvas-Reproduced-by-permission_fig17_331629358 suelen ser lugares dinámicos de pensamiento, expresión y memoria para las personas quienes viven con períodos prolongados de enfermedad, cuyo pensamiento se extiende libremente por el pasado, el presente y el futuro. Las personas siguen siendo seres que piensan y hablan incluso cuando están acostadas o sentadas en silencio durante largos períodos y pueden estar negociando cuestiones críticas, dilemas y decisiones con respecto al tratamiento, el trabajo o la fe y participar en corrientes emergentes de diálogo interior, pensamiento y emoción.

Fue durante este estado, que Ricardo describe como uno de “alta inercia” que llegó a reconocer la simplicidad, el poder y la estética del silencio, especialmente “cuando se compara con todo el ruido y la cacofonía visual del mundo tangible en general”. Por supuesto, un silencio nunca es simplemente un silencio. Los diferentes días están mediados por diferentes silencios; un silencio incierto, un buen silencio, un silencio heroico, un silencio surrealista, un silencio doloroso. Un silencio puede contener los rostros de las personas más cercanas a ti, pensamientos suicidas, imágenes del mundo exterior, ensoñaciones y proyectos de vida orientados al futuro.

Entre sus analises, Irving comenta en este capitulo:

• Aunque las cualidades estéticas y materiales de cada obra de arte se puedan explicar en términos de cómo las vías del cerebro responden a ciertas frecuencias de color y luz, o en relación con la teoría cultural, la historia del arte y el simbolismo, estas siguen siendo explicaciones ineficaces a menos que las experiencias corporales y existenciales de la persona y sus circunstancias se incorporen a ellas. Las imágenes no existen independientemente de un cuerpo que percibe y del mundo vital que las acompaña, constituido a través de la experiencia, la emoción y la sensibilidad estética.

Más tarde le escribí al Dr. Irving después del lanzamiento de su libro:

Mucho ha sucedido desde los días en que entablamos un diálogo sobre estética en relación a la negociación entre contingencias en el posible final de la vida. Esto parece resumir el tema central, abriendo el camino a nuevas investigaciones sobre la psicología del final de la vida.

Comprendí lo variable o cambiante que era nuestra percepción de la vida, cuando la muerte dejaba de ser una amenaza, particularmente en esos momentos en los que nuestra vida diaria, de repente, aparentemente, se volvió productiva, con más actividad. Y así fue que se pudo aceptar cada momento que nos renovaba día a día. En mi caso, luego de 10 años siguiendo nuestros diálogos, y en remisión por cáncer, sobreviviendo la necrosis avascular, bilateral de caderas, e incluso después de la cirugía de revisión para recuperar la atrofia muscular resultante de la primera artroplastia de cadera.

Escribiendo blogs y metiéndome en el activismo, e incluso en la continuación de mi arte visual, entendí que no era que uno quisiera ser autocomplaciente: si la medicina venía al rescate, o si el destino le permitía sobrevivir a lo prometido. para ser un fin, ¿cómo podría haber vanidad en dicho reconocimiento?

Incluso si enfrenté la adversidad, la mía y la de los demás, no pude evitar sentirme bendecido en medio del amor y la compasión que compartían quienes nos rodeaban. La muerte parecía ser claramente el mero ciclo de la vida, manifestado incluso cuando uno duerme, cuando uno se eleva conscientemente por encima del dolor del pasado, no por ningún esfuerzo u obligación, sino porque uno puede sentirse indiferente a todo conocimiento, incluidos aquellos significados de naturaleza religiosa.

Llegado el momento, uno finalmente se siente vacío para poder recibir y llenarse nuevamente. El acto de negociar ya no está presente, no hay negociaciones, no hay amenaza ni recompensa en el futuro, y lo viejo ya no está bajo el radar.

Quizás uno se familiarice tanto con la proximidad a la muerte, que ya no sea relevante; pero uno reconoce el no tener sentido temer a la muerte; porque uno se ha dado cuenta de que la muerte es solo una parte de nuestra vida diaria: en la ausencia de toda comparación o distinción como hubiera dicho Jiddu Krishnamurti en sus enseñanzas.

Esta quietud interior, y ese silencio no se pueden filtrar de ninguna aspiración, ya que la humildad no puede ser el resultado del deseo. Se haya por mera casualidad si tenemos amor.

A partir de 2015 hasta el presente a la edad de 66 años, paulatinamente he asumido una perspectiva de vida sin el enfoque de producir arte. La pintura es sólo una parte de mi vida. La vida tiene mucho más que ofrecer en la simplicidad y sin propósito alguno. Me dejo llevar por la vida misma sin tratar de controlarla. Hoy en día no tengo ningún otro interés que vivir y disfrutar de la vida, de mantener y mejorar la buena salud para que sea estable, disfrutar de los lazos familiares y las amistades, la lectura como la escritura, la comunicación en todo sentido, no solo lo visual.

Para ser un verdadero artista, pienso sea necesario primero nadar en el anonimato, lo contrario a la sed de buscar atención. Uno no está completamente entero, permitiéndose estar atado a los deseos o a la ambición, sujeto a la dependencia o a la conformidad. Uno puede ser fiel a sí mismo dondequiera que la vida le lleve.

Metáforas del Silencio

November 24, 2010

Manifiesto de Ricardo Morín: Muestra extensivamente su taller de pintura en la ciudad de Nueva Jersey en los Estados Unidos, donde él narra su manifiesto Metáforas del Silencio con obras de apertura que están en proceso de gestación y otras que forman parte de una serie recientemente terminada. http://www.ricardomorin.com/

“Hazañas del Talento Individual”

October 2, 2009

Triangulation Series 225

Triangulation Series 225, 49″ x 68″ x ¾” Oil on linen 2008

Orígenes de la Estética Occidental Moderna

El concepto de Estética nos llega a partir de una amplia variedad de tradiciones diferentes: de la occidental, la china, la japonesa, la africana, la polinesa, etc. Las tradiciones occidentales, por supuesto, tienen cualidades diferentes a las demás con respecto a sus orígenes, a los criterios evaluativos; ya sea a la hora de oponerse o defender los enfoques de la creación artística.

Desde sus inicios, la teoría estética occidental se ha desarrollado paralelamente a la crítica de arte. El concepto de Estética, sin embargo, pero no la palabra, fue mencionado por primera vez por Joseph Addison (1672-1719), en una serie de ensayos en The Spectator en 1712, como un “placer que se deriva de la imaginación”. Así, el placer forma la base que servirá como fundamento de la estética moderna. Alexander Gottlieb Baumgarten (1714-1762) probablemente leyó Addison, y trató de definir la Estética como una ciencia de lo que se siente o imagina en su tesis de maestría Aesthetica, 2 vol. (1750-58) en la Universidad Real de Prusia en Halle. Él acuñó la palabra para el idioma alemán. La Estética se deriva del nuevo latín aesthetica (el adjetivo femenino), y se relaciona con el griego aesthetikos / aestheta (cosas perceptibles) y se relaciona con el verbo aesthetai (percibir). Immanuel Kant (1724–1804), sin embargo, se opuso a la estética como ciencia. El término siguió siendo controvertido, y no fue sino hasta mucho más tarde en el siglo XIX cuando finalmente fuera aceptado en los círculos académicos.

La Estética es una teoría de valoración específica, o una convención distintiva de lo que es la belleza. Es una característica individualizada o un gusto particular, o un acercamiento a lo que interesa al intelecto o agrada a los sentidos: tanto visual como auditivo (como en la literatura, las artes plásticas, la arquitectura y la música). Por extensión, el término Estética se puede aplicar a muchas variedades de comportamiento humano: moda, cosmetología, diseño de interiores, etc…

Para la vanguardia, la Estética y la Originalidad pueden estar reñidas con las normas sociales o políticas establecidas. La Estética, como valoración, es normativa. La crítica de arte es la forma en que se establecen las normas. La crítica de arte se transmite tanto a los coleccionistas como a las instituciones (por ejemplo, a los museos, en el caso de las artes plásticas y el mercado, en el caso de la música y la arquitectura).

Aunque la crítica de arte data de la antigüedad, los análises de la estética visual o de las artes plásticas comenzaron como un esfuerzo periodístico. El crítico de arte y el artista se volvieron mutuamente dependientes, y lo que una vez había sido nuevo y refrescante a fines del siglo XX, se volvió académico, rutinario y repetitivo. En la contemporaneidad, Harold Bloom (1930-2019) llegó a exhortar que la crítica de arte se había confundido con cuestiones de justicia social y política, y ya no se trataba del producto artístico en sí.

Nada, sin embargo, es realmente nuevo. Se puede decir que el concepto de Estética en sí, como medio de expresión, es una fuerza dominante que se remonta a los orígenes de la civilización con las pinturas rupestres. Y en el cambio de siglo XXI, tal parece que ya no hay una adhesión a una estética actual y dominante o a un enfoque único. La crítica de arte ahora aparenta evocar una más amplia gama de tendencias: de lo formal, moral, social y espiritual.

En el siguiente extracto, “Confesiones de un artista visual siempre emergente” a través de un Manifiesto audiovisual por YouTube y WordPress, llamado “Metáforas del silencio” (2010), he dado mi propio punto de vista [1], [2]:

El uso al que sirven las artes visuales es una demostración compleja de diversas dimensiones cuya expresión busca no explicar el significado sino expresar su intención: producir un acto de interpretación claramente independiente, sobre el cual el artista no ejerce ningún control como creador. De ahí surge la sublimidad de la condición psicológica que es en parte deleite visual y en parte pasión que renueva y nutre un espíritu de asociación con el médium. La intención que expresa uno es lo que uno percibe: es decir, es una cualidad de energía y un temperamento independientes del intelecto, separados del oficio mismo y separado del residuo de las imágenes.

[1] Ref. Manifesto: https://rfmorin.wordpress.com/2010/11/24/metaphors-of-silence/

[2] Ref. Declaración autobiográfica: Ricardo Morin – Arte – Pinturas y acuarelas (http://ricardomorin.com/Statement.html)

Hazañas del Talento Individual

Una situación nociva pero tentadora se desarrolla en las artes visuales cuando los artistas etnocéntricos se alinean con los adjuntos del comercio y sus poderhabientes (instituciones comerciales y marchantes de arte por un lado, y fundaciones y curadores por el otro), todos los cuales sirven como instrumentos de adoctrinamiento y promoción publicitaria para el dictado de estilo, tema y contenido, dando así al dar mercados el entretenido ‘circo’ de la cultura de masas.

El Zeitgeist de lo multidisciplinario y el traspaso de fronteras procura justificar la relevancia de las artes visuales–en sus ventas y reventas–a través de sus contorsiones de contextualización y la validez de su vanguardia. El estudio de los principios metodológicos de interpretación estética mide la importancia de las artes y su lugar en el mundo de lo ilusorio y la moda, muy alejado de la dinámica de sus orígenes. Como tal, las artes visuales se encuentran en aproximación a las modalidades de la narrativa pero expresadas en el lenguaje del comercio. El artista visual ahora está sucumbiendo a un espíritu de sofistería académica en expansión (las parcelas para la venta de la historia del arte comercial, tal como son promovidas por los críticos de los medios de comunicación). El resultado no es tanto una escasez de discernimiento perceptivo sino un impulso desesperado por cultivar la codicia en la lucha por adquirir el estatus de una minoría rectora. Este indicio de una iluminación y autoridad (que exacerba lo burgués y sentimental), procura evitar todo género terapéutico como pasatiempo, o como cualquier otra cosa que no sea un diletantismo servil (que no amerita reconocimiento alguno), destinado tan solo a los aficionados (no profesionales) a una búsqueda artística.

Y es así como la siguiente adaptación de los discursos analíticos a la política, las filosofías, la semiótica, la lingüística, la psicología y las matemáticas perfila lo obvio al tiempo que absorbe las semillas de la autodestrucción. En otras palabras, el impulso universal de una necesidad visual se transfiere y transforma al servicio del éxito comercial. La autoexpresión se compara con la mercantilización: la realización personal se equipara con ganar dinero. ¿Podemos suponer que este mercantilismo surja de las pinturas de Género del siglo XVII (petit genre: naturalezas muertas, flora y fauna, paisajes o escenas cotidianas de la clase media) con el poder emergente de la burguesía pudiendo decorar sus hogares con este estilo de pintura? Con un legado aún más sombrío, comerciantes del gusto y el consumismo parecen haber pasado por alto el punto de que la percepción de una imagen no puede ser reemplazada por su descripción. Hacerlo seria sustituir la intención visual con la jerga del chisme, lo cual disminuye la riqueza de contenido. El significado visual se deriva de la intención interna: por ejemplo, una etiqueta codificada de una obra de arte nunca podría reemplazar el regocijo de experimentarla. El arte es una manifestación de observación y como tal, es básicamente inconmensurable. La pasión y la calidad de su energía no necesitan ser explicadas o, en particular, su manifestación no debería interpretarse por su precio, evaluación o enriquecimiento de una élite determinada [1].

En última instancia, hay una tendencia por parte de cualquier artista en su enfoque a consolidar la supremacía de sus egos y mentes, con lo verbal y lo visual en un proceso creativo hierático. En dicho instante, la racionalización extingue tanto la probabilidad como la lógica (en otras palabras, ¡muere!). Las insípidas alusiones a las presunción conceptuales–de auto-engrandecimiento–, al kitsch simplista de las iconografías populares–prejuicios convertidos en cliché–, a la orientación de Género o Identidad Sexual–afirmaciones de autodescubrimiento–, o al ostento de Instalaciones Geo-ambientales–con sus fijas constantes dimensionales–ninguna cumple su promesa de entregar algo nuevo o trascendental, aun cuando en su momento abundaran aclamaciones.

Muchos de los artistas de la élite de hoy en día mitifican especímenes desarraigados, derivados de lo trivial y prosaico, viniendo de un mundo que conocemos y en el que vivimos, en lugar de un mundo que aún nos falta por descubrir. Estos agentes de la estética actual se derivan de formas tiránicas de erudición. En lugar de mejorar nuestro sentido de perceptibilidad, propagan la ambición del acto de adquirir y poseer el objeto de nuestras vidas en su ordinariez. Esta amalgama de gregarismo y consumismo masivo desconecta y nos adormece en una era tecnológica de proveedores de todo menos de la sensibilidad e ínterconectividad humana. Los coleccionistas, museos y galerías, codiciosos usurpadores de la cultura post-modernista, idolatran el brillo con el que convierten al arte en una mercancía. Con su poder plutocrático buscan satisfacer la ignorancia creada por su desfile circense de índices de mercado omnipresentes.

Por definición, la mitomanía del estrellato promueve sólo a unos pocos: cada selección de uno es un rechazo de muchos (El Ascenso de la meritocracia [2]). El resultado de la complacencia alimenta la marginación del 90% de los artistas existentes, generando una escasez artificial de recursos, mientras se le da valor a dichos índices de mercado que en última instancia representan una lucha desmedida para sobrevivir. En lugar de fortalecer al arte, un sentido sectario separa a todos en una carrera de ideologías en competencia por su comercio. La verdad del arte se deja buscar entre opiniones contrapuestas sobre lo que es relevante. Estos tiempos inestables, de victimarios y víctimas, de saqueadores y explotados, se repiten en la historia.

La conformidad, la indiferencia, que nos definen por la supremacía del éxito personal, oscurecen la mesura de la alienación. Es un gesto vacío defender el progreso del libre mercado en las artes de hoy o de cualquier otro período. Ha habido innumerables artistas cuyos logros no dependieron de un apoyo financiero resplandeciente o de una explicación irrefutable de narrativas en competencia. A veces, su máximo logro se produce a pesar de los obstáculos que tuvieron que soportar, así como de las costumbres y la inestabilidad de vanidades culturales que se les opusieran. Sus obras pueden haber llegado a tener un gran reconocimiento hacia el final de sus vidas (como en el caso de Paul Cézanne, quien se adelantara a la modernidad del siglo XX a lo largo de sus primeros cuarenta años de oscuro trabajo antes de lograr su primera exhibición solista); o después de sus muertes (como en el caso de Vincent van Gogh, reconocido por sus creaciones sublimes como “outsider”) cuando los caprichosos dictados de la moda los hacían relevantes. Y luego, están los que pierden o recuperan su relevancia, como en el caso de François Boucher durante la Revolución Francesa, cuya reformulación esperó hasta finales del siglo XIX–alrededor de cien años. De la misma manera, tenemos la banal persecución de lo nuevo a finales del siglo XX. Y, finalmente, están aquellos en el siglo XXI que primero son elogiados, pero seguramente su éxito no habrá de repetirse, quedando enterrados en el olvido.

La respuesta se puede quizás encontrar en el rechazo del sistema de codicia del colector o en el reconocimiento de que la calidad de las creaciones artísticas no puede perseguirse como una mercancía apropiable. La respuesta tampoco se puede encontrar en su taxonomía. La respuesta se encuentra en el reconocimiento de que cualquier forma de explotación es indeseable y destructiva para nuestro ser colectivo. La respuesta se encuentra en un cultivo igualitario de todas las artes como testimonio de nuestro sentido de humanidad.

Si se buscara apoyo para las artes, ¿no sería necesario indagar la irracionalidad de nuestro sistema de valoración, tal vez incluso nuestra propia racionalidad cultural?

Ricardo Morin – Asesor académico, Billy Bussell Thompson.


[1] Es difícil reconocer las formas incipientes de arte cuando van en aumento, y por el momento en que son muy apreciadas, sus mejores días ya han quedado atrás= un extracto pertinente de Blank Slate: la Negación de la Naturaleza Humana por Steven Pinker, 2002 Es difícil reconocer las formas incipientes de arte cuando van en aumento, y por el momento en que son muy apreciadas, sus mejores días ya han quedado atrás= un extracto pertinente de Blank Slate: la Negación de la Naturaleza Humana por Steven Pinker, 2002

[2] Michael Young, El Triunfo de la Meritocracia, 1870-2033:  La Nueva Elite de Nuestra Revolución Social, (New York:  Random House, 1959), p. 12 [Londres:  Thames & Hudson, 1958].  La concepción peyorativa de Young, situada en un futuro deshumanizado [anti-utopia], se basa en la existencia de una clase meritocrática, que monopoliza el acceso a los méritos y los símbolos y marcadores del mérito, y de esta manera perpetúa su propia potencia, su condición social, y privilegio.

Triangulation Series 555

Triangulation Series 555, 22″ x 27″ Oil on linen 2008

Platonic Series 2009

September 9, 2009

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Platonic Scroll Series #99 -printed on canvas

A través de los milenios, la belleza estética y la simetría de los Sólidos Platónicos han servido de tema favorito para los geómetras. Llevan el nombre del filósofo griego Platón, quien teorizaba que los elementos clásicos se construyen a partir de los cinco sólidos regulares: el dodecaedro, icosaedro, el octaedro, el tetraedro y el hexaedro, no existen otros posibles poliedros regulares. Los 92 Sólidos ‘Johnson’ son poliedros irregulares que, como los Sólidos Platónicos, también están hechos de triángulos, cuadrados y pentágonos.

La serie de Platonic Scrolls sirve de analogía a nuestra interconexión y la imponderable calidad de armonía que nos une. Es de notar que no existe prescripción alguna de cómo deben ser percibidas estas manifestaciones por cualquier observador.  Nuestra realidad es siempre mucho más interesante de lo que cualquier imagen represente o cualquier cosa que se pueda explicar.