Mi trabajo Triangulación Serie 2006-08 se expande sobre cuestiones relativas a perspectivas de síntesis entre conceptos de espacio pictórico y del infinito: algo sobre lo que he trabajado al paso del tiempo. Ello me ha permitido la abstracción pictórica / plasticidad para expresar tanto en forma como contenido un tipo de arte que va más allá del mundo material de los signos; mis pinturas en sí pretenden alcanzar un infinito que es el misterio y la poesía en el drama individual de todo ser humano. Aunque inmerso en las estéticas del siglo Veinte, no lucho por ningún movimiento histórico, ni siquiera por la agenda post-modernista. Simplemente, veo la praxis del arte como un “carnoso” producto de la experiencia humana, resultante de la pasión de su fabricante. Así como la idiosincrasia del individuo, de naturaleza indivisible, pueda ser ciega a la causalidad, el marco estético que éste abarca incluye todos sus sentidos y la imagen viene a ser el resultado o residuo.
Sin objetivo, ni tiempo, e incluso existencial -en este sentido-, la imagen o Kunstgegenstand no pretende explicar cuál es el significado de la experiencia, sino mas bien, la imagen se manifiesta, para provocar una interpretación del observador.
No hay fuentes externas ni ideas preconcebidas de la composición final. De manera gestual e intuitiva, uso el plano del lienzo como una plataforma interactiva (en otras palabras, una conversación, por así decirlo, se lleva a cabo entre la pintura, el lienzo, y yo como observador activo mientras aplico la pintura al lienzo.) En la variedad de densidades, capa tras capa, bien sea transparente o estructural, la obra se transforma a si misma gradualmente mediante una acreción espectral. En diálogo continuo, trabajo por varias piezas al mismo tiempo para que todas sean capaces de informar a las demás. Un ritmo interior de cada composición se desarrolla de este modo mientras orienta los cambios y la construcción de formas: entre entierros, resurrecciones, exaltaciones, velaciones y reencuentros, todos gracias a la suntuosa textura del vehículo; surge así de los interlocutores una conmovedora melancolía con la riqueza de cualidades de disonancia, y transparencia complementaria. De hecho, es el color, como textura lo que establece el paisaje emocional de cada pieza. El trabajo terminado se sostiene sobre si mismo como una concentración de múltiples capas; cada cual de sus numerosos estratos es esencial para su integridad. Hay un sentido de movimiento multidireccional en cada una de las obras que actúa sobre el ojo del espectador al recaer su mirada sobre las formas delineadas y al escudriñar el interior de enredos entre trazos y arabescos. El espectador puede llevarse consigo, espero, un sentido de las obras que es la generativa entereza de un universo habiéndose formado y rehecho a sí mismo.
Como he dicho al principio, enlazo en mi amor al arte un sentido de universalidad; no hago esto para mi propia satisfacción, sino en reconocimiento del orden cósmico y de la interrelación de nuestra propia conciencia humana, que es el modo de unificación de todos los maestros. Como tal, estoy perennemente emergiendo mientras deambulo alrededor de mi espacio en un presente incierto y sin liderazgo, donde la autoridad está aparentemente derivada de confusas y conflictivas fuerzas de incredulidad. La libertad está con nosotros, aunque sus éteres e incongruencias nos desconcierten.
Ricardo Morín [1]
[1] Editado por Billy Bussel Thompson, Profesor Emeritus
December 8, 2008
September 3, 2020 at 3:27 pm |
[…] Durante el periodo 2006-2009, entró en vigor un Manifesto de la Serie Triangulación del cual comparto el siguiente extracto: https://ricardomorin.wordpress.com/2008/12/08/declaracion-de-ricardo-morin-editado-por-billy-bussel-… […]